Brigada Medioambiental de la Escuela 18 de Septiembre renovó su compromiso de ser guardianes de la Tierra

• Los estudiantes que integran el grupo se embarcaron en una jornada de aprendizaje
  y acción, en el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Tierra.

En un mundo donde la conciencia ambiental es más importante que nunca, el Día Mundial de la Tierra cobra un significado especial y es que es un recordatorio de la responsabilidad colectiva de proteger y preservar el planeta Tierra. En este contexto, los estudiantes que integran la Brigada Medioambiental de la Escuela 18 de Septiembre, bajo la guía del profesor Carlos Rodríguez, se embarcaron en una jornada de aprendizaje y acción.

El destino era el vivero Parcelas Lomas 34, un oasis verde ubicado en las cercanías del sector de Río Seco, al norte de Punta Arenas. Desde el momento en que llegaron los estudiantes al recinto, sintieron el aroma fresco de la tierra y la vegetación los envolvió, mostrando la vitalidad y la belleza de la naturaleza.

Bajo la guía de los dueños y cuidadores del vivero, Sergio Carrasco y Génesis Carrasco, los alumnos exploraron un mundo de biodiversidad vegetal. “Aprendimos sobre la importancia de cada planta y descubrimos los intrincados procesos de germinación, crecimiento y reproducción que hacen posible la vida vegetal en nuestro planeta”, explicaron desde el establecimiento educacional.

Cada paso que daban entre las parcelas se acercaba más a la comprensión de la interconexión entre todas las formas de vida. “Nos maravillamos ante la complejidad y la simplicidad de la naturaleza, reconociendo nuestra propia dependencia de ella para nuestra supervivencia y bienestar”, agregaron.

Pero la visita al vivero no sólo fue una experiencia educativa, también fue un momento de acción y colaboración. “Nos emociona enormemente la alianza que hemos forjado con el vivero, que nos permitirá surtir nuestro propio invernadero con plantas sanas y vigorosas”, dijeron desde la Escuela 18 de Septiembre.

El Día Mundial de la Tierra había dejado una marca indeleble en las mentes y corazones, recordándoles la responsabilidad compartida de cuidar y proteger el planeta. Tras esta vital experiencia, los brigadistas renovaron su compromiso de ser guardianes de la Tierra, hoy y siempre.