Necrológicas
  • Lorenzo Barrientos Vito

“Reñaca”. Reminiscencia de Teresa Hamel

Domingo 30 de Junio del 2024

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Tal como nos indica el escritor Luis Alberto Mansilla en su lúcido prólogo a esta publicación, se trata de un libro póstumo de Teresa Hamel (1918-2005). Mansilla nos da a entender también que Hamel habría tenido la intención de escribir sus memorias y de ahí las notas o apuntes dispersos que dejó y a partir de los cuales surge “Reñaca”; el título es una directa alusión a los acaudalados ancestros de la escritora, fundadores del hoy conocido balneario.      

El texto es una colección de apuntes (capítulos) sobre instantes de su vida, su entorno, su familia, personajes, sus colegas escritores, lugares o episodios que nunca olvidó. El primer capítulo ya marca una pauta: “Yo era muy chica, debo haber tenido cuatro años, iba de la mano de don Emiliano Figueroa. Jamás había conocido a un presidente con colero, barba blanca, colorados cachetes, iris celestes, simpático, en chaqué de cola y en el ojal un sorprendente clavel traído de La Serena. Era un personaje de opereta, de fotografía, de circo. Me pareció un gigante de banda terciada tricolor. Lo hallé bastante encantador y cariñoso. Con él de la mano, me sentía segura”.

La evocación de Federico “Perico” Vergara, nieto de José Francisco Vergara fundador de Viña del Mar (o sea, los Vergara de la “Quinta Vergara”) es plena de ternura y coquetería infantil. “Perico” fue amigo del padre de Teresa, era un hombre de mundo y así lo recuerda “Teruca”:

“Los envidiosos le adjudicaban a Perico la fama de seductor. A mí siempre me pareció un príncipe, por lo entretenido, de inteligencia vivaz, imaginación desbordante. Con razón, su santa madre, misia Blanca, lo adoraba, lo mismo, cuantas mujeres lo rodeaban.

“Debo de haber tenido siete años esa vez, cuando lo vi, y me preguntó: “¿Qué piensas ser cuando grande?”

“¿Yo? Divorciada”, contesté de inmediato, tal vez con la intención de conquistarlo. Y todos se rieron”.

El texto prosigue con las evocaciones de sus padres (Gastón Hamel y Teresa Nieto) y la vida en familia, los juegos de infancia y aquellas actividades de las cuales fue testigo, como la caza de zorros o las peleas de gallos (que no eran de su agrado).

Del padre recuerda su faceta de emprendedor; fue el primero en destilar petróleo en Chile, pero no pudo desarrollarse en este ámbito por la presión de las compañías extranjeras. También destaca su vocación de servicio público, fue alcalde de Viña del Mar y dejó su huella en importantes obras de esta ciudad. De su madre recuerda: “Mi madre, mujer enérgica, alegre y enfermiza, se dedicó toda su vida al Sanatorio Marítimo y a la Gota de Leche. Y al jardín. Este creció en un espacio vivido en cada una de sus etapas”.

La infancia, adolescencia, su matrimonio y sus hijos ocupan también capítulos del libro, al igual que personajes como Agustín Edwards Mac-Clure, Carlos Vial Espantoso o Raúl Braun (sobrino de Sara y Mauricio Braun).

Pero quizá las páginas más entrañables del libro son las que “Teruca” dedica a sus amigos escritores.

Armando Cassigoli: “Pocos amigos tuve como Armando, aparte de su generosa atracción sobresalían sus chispeantes recursos imaginativos. En toda su narrativa aflora una preocupación religiosa de la lucha por la liberación del hombre, en especial, por el que se defiende del despojo. Una se sorprende del ingenio de este escritor mal conocido”.

Ricardo Latcham: “…conoció en profundidad la literatura latinoamericana, se mantenía en el conocimiento de la evolución del quehacer nativo. Pocos en Chile tienen su altura”.

Marta Jara: “…dueña de idioma copioso, rico, excelente, usando todo el poder que el conocimiento le confiere, crea una obra de arte dramática, admirable con un argumento eterna preocupación humana que la hará renacer y perdurar dentro de la más alta esfera del huerto de las letras chilenas. Profunda, densa, con su temática de las soledades australes, isleñas, con ese sufrimiento arrebozado donde se ignora el descanso y trabajar constituye la única entretención”.

Pablo Neruda: “Amigo-amigo fue Pablo Neruda, quien ejerció suma influencia en mi vida, por su intermedio conocí a destacados escritores; asistí a congresos encuentros que ampliaron mis conocimientos y esa familia humana de las letras”.

El texto “Reñaca” es una publicación de lujo que denota un cuidado trabajo editorial y cuyos textos se acompañan de abundantes fotografías. En cuanto al contenido, es un libro nos permite conocer de cerca a Teresa Hamel, una honesta escritora, una mujer valiente de espíritu libre, generosa sin aspavientos y que amó su país y su gente y que supo estar donde debía en los momentos difíciles.

Teresa Hamel publicó dos novelas, ocho libros de cuentos y uno de crónicas de viaje. Se la encasilla en la llamada Generación Literaria del 50.   “REÑACA, REMINISCENCIA DE TERESA HAMEL”, Fundación Pablo Neruda. Bravo y Allende Editores. Santiago, Chile, 2005, 136 pags. (Disponible en el sitio web de la Biblioteca Nacional).

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