Puerto Williams: el epicentro del turismo antártico
A raíz del reciente Congreso Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras, una reportera argentina sostuvo una conversación en directo desde Punta Arenas con un canal de televisión de Buenos Aires y, consultada por el título de si Ushuaia o Puerto Williams era la urbe más meridional del orbe, la profesional declaró: “Ya se despejó esa duda: Puerto Williams es la ciudad más austral del mundo”.
Escuchar aquello no deja de ser importante, sobre todo cuando fue consecuencia de su viaje, junto a otras 82 profesionales, a la capital de la Provincia Antártica, donde pudo conocer el Parque Etnobotánico Omora, interiorizarse de parte de la historia del pueblo yagán al visitar el Museo Territorial Yagán Usi – Martín González Calderón, informarse de la oferta turística de dicha zona, degustar de la gastronomía local gracias a un menú que preparó un chef de Puerto Williams con productos de la zona e intercambiar pareceres sobre la importancia de la divulgación científica en el Centro Subantártico Cabo de Hornos.
Se trató de un programa intenso y altamente provechoso, que impactó profundamente a todos los asistentes.
Las y los participantes del Congreso Ammpe World vivieron Cabo de Hornos como una comuna que despierta los sentidos y los sentimientos, una zona de gran belleza natural y de asombrosa biodiversidad y como una zona segura, en la que se puede trabajar y turistear sin sobresaltos.
Una semana después de dicho viaje, autoridades regionales y empresarios se trasladaron a Puerto Williams, donde se anunció la inversión de 36 millones de dólares para ampliar el hotel Lakutaia. Se trata de una inyección de capitales privados que apuesta a la transformación de esa ciudad y la vislumbra como el nuevo epicentro del turismo antártico.
Puerto Williams es la ciudad más austral del mundo. Sólo esa condición bastaría para, con una eficiente campaña de promoción turística, atraer a los turistas. Pero, ello no se ha hecho y tampoco sería suficiente.
Se tienen que generar las condiciones para que la conectividad no sea un óbice y para que Puerto Williams pueda brindar los servicios de calidad que tal condición amerita y que, sin duda, tiene que ofrecer si quiere erigirse como la capital del turismo antártico.
El Estado debe seguir invirtiendo en infraestructura y en generar mejores condiciones de bienestar humano. También es importante y promisoria la decisión de los privados de asociarse e inyectar recursos que puedan cambiarle el rostro a Puerto Williams para competir eficaz y eficientemente con Ushuaia.