Caminos de Libertad: educación personalizada y apoyo integral para jóvenes desescolarizados
Con una propuesta educativa integral y comprometida, los programas Caminos de Libertad y Caminos de la Tarde han logrado ofrecer una segunda oportunidad a jóvenes que han visto interrumpida su formación escolar. La educadora María Teresa Bórquez Aguila, coordinadora de ambos programas que dependen del Slep, destacó que Caminos de Libertad se enfoca en la educación básica en la modalidad 2×1 para estudiantes de quinto a octavo básico, mientras que Caminos de la Tarde cubre la enseñanza media con un esquema similar para primero y segundo medio.
“Nuestra intervención es psicosocioeducativa porque entendemos que el proceso de aprendizaje no se reduce sólo a lo académico; hay factores emocionales y sociales que afectan directamente a nuestros estudiantes, y debemos abordarlos con un enfoque integral”, subrayó Teresa Bórquez.
Los programas cuentan con un equipo multidisciplinario de 18 funcionarios, entre los que se incluyen docentes, asistentes de la educación, una dupla psicosocial compuesta por una trabajadora social y una psicóloga, una psicopedagoga, una educadora diferencial del Programa Pie, y personal de apoyo en áreas esenciales como la alimentación y el mantenimiento del espacio. “Cada uno de estos profesionales tiene un papel fundamental en el éxito de nuestros estudiantes. Es un trabajo coordinado y en equipo, donde se atienden todas las áreas que puedan influir en su desempeño académico y personal”, añadió Bórquez.
Además, resaltó la figura de las consejeras, que juegan un rol crucial en el día a día de los estudiantes. “Las consejeras están siempre presentes para acompañar el proceso de cada alumno y mantener una comunicación fluida con los apoderados, algo esencial para el éxito de la intervención”.
Reencantar a los jóvenes
Claudia Chávez Peña, encargada de la Unidad Técnica Pedagógica de ambos programas, reforzó la idea de que el trabajo no sólo se centra en recuperar habilidades académicas, sino también en restablecer la confianza de los estudiantes en el sistema educativo. “Nuestro enfoque pedagógico tiene dos pilares: primero, generar una vinculación afectiva, ya que muchos de nuestros estudiantes llegan con desconfianza hacia el sistema. Luego, a partir de esa relación de confianza, empezamos a trabajar en reforzar sus habilidades escolares, muchas veces dañadas por experiencias previas de fracaso o abandono escolar”, señaló Claudia Chávez.
Uno de los métodos clave es la tripleta pedagógica, en la que participan la educadora diferencial Tamara Valenzuela y la psicopedagoga Natalie Alarcón, quienes junto con la dupla psicosocial intervienen directamente en las aulas, ofreciendo apoyo pedagógico y emocional. “El desafío es grande, porque los estudiantes presentan diversas problemáticas, tanto emocionales como académicas, pero nuestro objetivo final es que logren completar sus trayectorias escolares. No solo como una meta personal, sino también para sus familias, quienes en muchos casos son su mayor apoyo”, complementa.
Segunda oportunidad
Uno de los aspectos más valorados por los estudiantes y sus familias es el ambiente inclusivo y acogedor que ofrecen los programas Caminos de Libertad y Caminos de la Tarde. Según Teresa Bórquez, la matrícula está abierta para jóvenes que buscan una segunda oportunidad de culminar sus estudios, y provienen de diversas situaciones, por lo que quienes busquen matrícula para el próximo año ya pueden comenzar a consultar. “No seguimos el proceso de admisión tradicional, ya que somos una educación para adultos. Nuestros estudiantes llegan recomendados por otros alumnos, familiares, vecinos, o son derivados por instituciones de la red de infancia, tribunales, e incluso colegios que ya no pueden sostener su intervención”, explicó.
La coordinadora también destacó un aumento en la demanda tras la pandemia, con jóvenes que buscan espacios más pequeños y personalizados. Actualmente, los programas tienen 38 estudiantes, con edades que van desde los 13 hasta los 20 años, divididos entre la enseñanza básica y media. Aunque las matrículas suelen estar abiertas durante gran parte del año, Bórquez instó que quienes deseen inscribirse para el próximo año pueden comenzar a hacerlo desde diciembre.
Una historia de compromiso
Caminos de Libertad se inició en 1997 bajo el alero de la Escuela Pedro Pablo Lemaitre, recibiendo subvención de educación especial. En 2005, ambos programas se unieron al Centro de Educación Integral de Adultos (Ceia), formalizándose como cursos anexos. Desde entonces, el equipo se ha fortalecido con profesionales comprometidos con el éxito académico y emocional de sus estudiantes.
Como parte de la culminación del año escolar, Bórquez anunció que la licenciatura y premiación de los estudiantes de ambos programas se realizará en el gimnasio de Patagona N°1070. “Es un momento especial para nosotros, porque no sólo celebramos los logros académicos, sino también el compromiso y esfuerzo de los estudiantes”, señaló. También invitó a aquellos interesados en unirse a los programas a acercarse a partir de diciembre, cuando comienzan las nuevas matrículas.