Reforma al sistema de pensiones, el primer paso
Estamos a punto de contar con una nueva legislación en materia de pensiones que ha generado, no pocas, críticas y emplazamientos, así como recomendaciones y ajustes que se han ido implementando.
El proyecto establece un sistema de seguridad social que apunta a hacerse cargo del aumento de los índices de longevidad o esperanza de vida del país y de la brecha entre las pensiones de hombres y mujeres, planteando como principal herramienta para el logro de estos objetivos, el aumento al aporte previsional de 10% actual a un 16% en el futuro.
La Reforma Pensional pretende transitar a un Sistema de Protección Integral de la Vejez que brinde cobertura a todas las personas, bien sea con el pilar solidario, el pilar semi contributivo, contributivo o voluntario.
El proyecto de ley de reforma de pensiones mantenía el pilar de ahorro individual y la protección a la propiedad de los fondos. Se disponía la creación de un aporte de los empleadores que irá a un fondo de seguro social que permitirá mejorar las pensiones de todos, con un acento especial en las mujeres que son las más afectadas por el actual sistema.
La reforma razona sobre un Sistema Mixto de Pensiones, con un gestor público de inversión y actores privados, en el que las personas tendrán la libertad para elegir quién gestiona sus ahorros, en definitiva.
Los principales aspectos considerados en el proyecto original, eran los que siguen:
Se aumenta el monto de la Pensión Garantizada Universal (PGU).
Se crea un nuevo componente del seguro social, financiado por los empleadores, de 6%, en el que se registrarán todos los aportes en cuentas personales y contempla compensaciones significativas para las mujeres.
Las AFP se terminan. Existirán nuevos gestores de inversión privados y una alternativa pública.
La reforma mantendrá la herencia, respetando la voluntad de las personas.
Todo el servicio de atención para los afiliados y afiliadas, la recaudación de cotizaciones, cartolas, pagos de pensiones, cobranza, será centralizado en una entidad pública sin fines de lucro, lo que permitirá una baja sustantiva de las comisiones que pagan los afiliados.
Para rentabilizar los ahorros individuales, se podrá elegir entre un inversor público o actores privados.
La reforma mantendrá la propiedad individual del aporte del trabajador/a, respetando la voluntad de las personas.
Como ya se ha anticipado, muchos de estos aspectos se han desarrollado y generado modificaciones, indicaciones e, incluso, se han desechado ideas originales.
Lo curioso, y lo que debemos dejar atrás, es esta permanente argumentación que el proyecto no es bueno, que tiene serias falencias, que producirá severos perjuicios al país; por su parte, el gobierno habla de sus bondades y ceder en aquello cuya modificación asegura la aprobación del proyecto.
Digo que debemos superar esto, por cuanto, debemos entender que las leyes no son instituciones o estructuras inamovibles, perfecta o perpetuas. Las leyes son una oportunidad para mejorar y su proceso de discusión queda registrado para poder considerar todos los asuntos que se plantean en futuras reformas y modificaciones; las leyes son el primer paso de un caminar mucho más extenso.
Por otra parte y, finalmente, en mi opinión, cualquier reforma es mejor que lo que hoy tenemos, pues claramente lo que nos ofrecieron hace más de cuarenta años, cuando se instalo este nuevo sistema, no cumplió sus promesas, ni mucho menos las legítimas expectativas de las personas.