Migrantes e integración

– … Las cifras del Ine indicaron que había 7.826 extranjeros en 2018, lo que representó un incremento del 58% en sólo un año. A mitad de 2020, Magallanes figuraba como la tercera región del país con más aumento de inmigrantes dentro de su población, exhibiendo un 25,1% de alza.

La migración es un proceso natural y es considerada un derecho, respecto de aquellas personas que, por diversas circunstancias, necesitan dejar sus países y buscar otros destinos.

Los enfrentamientos bélicos, las persecuciones étnicas y religiosas, las crisis socioeconómicas y hasta los conflictos políticos internos figuran como las principales razones que llevan a los pueblos a migrar.

Latinoamérica no escapa a estas realidades y es así como en las últimas semanas nuevamente este tema ha estado en el centro de la noticia, sobre todo respecto del ingreso masivo e ilegal de extranjeros por la zona norte del país.

En Magallanes, el Censo regional de 2017 arrojó que había 4.939 personas foráneas viviendo en la región. Este cuadro cambió sustancialmente al año siguiente, cuando las cifras del Ine indicaron que había 7.826 extranjeros, lo que representó un incremento del 58% en sólo un año.

A mitad de 2020, Magallanes figuraba como la tercera región del país con más aumento de inmigrantes dentro de su población, exhibiendo un 25,1% de alza.

Las olas migratorias no siempre encuentran una respuesta adecuada en la institucionalidad de cada país y representan un verdadero desafío. A la vez, implican para la población nativa un ejercicio de valoración del otro y su cultura, demandando un gran esfuerzo de la sociedad por integrar a los inmigrantes, procurando regularizar lo más pronto posible su situación, a fin de que no sean vulnerados sus derechos, y, sobre todo en el caso de los niños, incorporarlos al sistema educacional y de salud.

En este sentido, ha habido experiencias interesantes en varios establecimientos de enseñanza municipal y en la red primaria de atención de salud en nuestra zona.

Pero, como en todo grupo humano, también llegan personas que tienen conductas reñidas con la ley y que, gracias al accionar de las policías y de los tribunales, se identifican y sancionan. En este caso, sin embargo, se corre el peligro de estigmatizar a todos los inmigrantes por la culpa de unos pocos.

La migración demanda, entonces, un justo equilibrio entre la perspectiva del Derecho Internacional Humanitario y el derecho que tiene un país de tener una política migratoria regulada y de sancionar y/o expulsar a aquellos extranjeros que se transforman en elementos negativos.