Día del Patrimonio ¿algo que celebrar?
Durante este fin de semana que recién acaba, se ha vuelto a celebrar el Día Nacional del Patrimonio. Como toma de conciencia y acercamiento a distintas expresiones del arte y de nuestra Cultura, esta celebración que nace en 1999, todos los últimos fines de semana de mayo, es loable y avanza en un sentido de toma de conciencia y aprendizaje, sensibilización y acercamiento con las distintas expresiones presentes y pasadas que han conformado nuestra “forma de ser y de vivir”.
Pero, si somos rigurosos, es más, somos honestos como individuos y como “sociedad magallánica”, ¿hemos estado a la altura de las circunstancias y al estándar que pregonamos y que queremos hacer creer, respecto a la preservación, al cuidado y al respeto de nuestro patrimonio material e inmaterial de la Patagonia y más específicamente de Magallanes?
Para ser honestos y rigurosos, NO. Nuestros pueblos originarios diezmados. (obviamente ejecutado por la omisión y acción del Estado y de las generaciones que nos precedieron en la Región). Los pueblos originarios que quedan en la región, se encuentran en estado precario. Puerto Edén, lejos hoy de ser un Edén por las precarias condiciones en que se encuentra, en contraposición con lo que el Siglo XXI, permite y exige, para con un lugar, que además es estratégico, en el corazón de los hielos patagónicos y en la rica zona de los canales. En el caso de Ukika en Puerto Williams, precarias condiciones para un sector que agrupa a los últimos descendientes del valeroso Pueblo Yagán.
En el caso de nuestra riqueza naviera y de la historia del mar y sus exploraciones, los restos de gloriosas embarcaciones y navíos, yacen en las costas del estrecho de Magallanes, como mudos testigos del olvido y de la inacción. Los vapores Amadeo y Ambassador en San Gregorio, desapareciendo lentamente ante los embates del mar y de la naturaleza.
En la rada de Punta Arenas, en las antiguas dependencias del viejo Asmar, hoy adyacente al Centro Cultural, en administración de la Armada de Chile, los antiguos veleros, Falstaff, Hipparcus y County of Peebles. El Hipparcus casi convertido en ruinas, a punto de salir a navegar ante el próximo temporal, pero despedazado, lo que hará desaparecer, otro ejemplar más, de una forma de conexión y de navegación del mundo contemporáneo y de la riqueza naviera de esta Patagonia y el estrecho de Magallanes.
A propósito ¿en que quedó el proyecto, para darle aún más valor y relevancia al Museo Histórico Nao Victoria, emprendido por el Neo Quijote, Juan Luis Mattassi? Se había definido incluso su traslado a un lugar de gran presencia dentro de la Costanera del Estrecho. Hasta hoy, “Ni una papa pelada”. En innúmeros lugares del mundo, estos museos abiertos, son fuente de afianzamiento de identidad, y de importantes ingresos por visitas, lo que constituye un modelo de desarrollo basado fuertemente en la historia y la cultura del lugar. ¿Cómo nos estamos preparando, para cuando las cosas tengan una nueva normalidad?
Adentrados ya en Punta Arenas, Puerto Natales y Porvenir, que podemos decir, del vergonzoso estado en que se encuentran los viejos hospitales de cada una de estas ciudades. El “guaripola” de la inacción y de la incapacidad de los últimos 8 (ocho) intendentes regionales, es el viejo, pero significativo Hospital Regional Lautaro Navarro Avaria. Es de esperar que con la llegada del nuevo gobernador (que también fue Intendente y por cuatro completos años), se pueda impulsar la definitiva reutilización y ocupación, de este edificio, donde muchas de nuestras recientes generaciones nacieron o murieron. Hay algo más patrimonial, que un lugar como éste. Recursos y tiempo ha habido. Cada vez nos queda menos, pero es de esperar “que aún haya Patria ciudadanos”.
Ejemplos, como la derruida Casa de los Derechos Humanos, anteriormente la Residencia del Arquitecto Antoine Beaulier (quien diseñó entre otros los edificios del Banco del Estado y el actual Inach), a punto de venirse a tierra, a pesar de que primero “la salvamos” de la intención de enajenación del primer gobierno de Piñera y luego se ha salvado y resistido a los embates de los aluviones y de los atentados incendiarios (a propósito, se supo algo respecto de los culpables). Las antiguas oficinas del Servicio Nacional de Salud en la calle Chiloé con Valdivia (José Menéndez) es otro ejemplo de indolencia. ¿Sabía Usted, que esa fue la Casa de Juan Bautista Contardi? Sí, el fundador del Primer Cuerpo de Bomberos y del Diario El Magallanes, entre otras tantas organizaciones que corresponden a nuestra rica historia y cultura.
Nuestras viejas “quintas” y la cultura del “auto-sustento familiar” (tan importante y vigente hoy en tiempos de globalización) han quedado en el olvido. Que importantes por historia y por pragmatismo recuperar la pequeña agricultura campesina y urbana.
Por último, que recuerdos de apreciar por nuestras calles, a los obreros y trabajadores, con su capón, borrego o cordero, en sus hombros o en sus manos un par de centollas. ¿Habrá que normar una cantidad mínima de productos regionales, que se deban quedar en la región a “precios prudentes y accesibles”, para que la alimentación de nuestras maravillas, lleguen a nuestras mesas, o ¿sólo quedarán para engrosar los bolsillos de quienes las exportan? Eso es también parte de la cultura.