Algunos recuerdos del “Barrio Prat” (5ª parte).
En cuanto al esparcimiento, los niños y niñas del sector tenían las calles, veredas y algunos sitios a su disposición para la práctica de los juegos infantiles y juveniles: el “tejo” (o “luche” como le dicen en “el norte”) el zuncho, la bicicleta o los juegos de invierno, por ejemplo.
Un sitio de esparcimiento, a la vez, límite natural y factor determinante es el Río de las Minas. La historia del Barrio Prat está indisolublemente ligada a este curso fluvial, al punto que su comportamiento en cuanto a crecidas y desbordes, ha determinado en parte la expansión o contracción del poblamiento. Los más antiguos recuerdan que muchas de las casas aledañas al río, fueron trasladadas a tiro de buey desde los márgenes fluviales hacia el centro del barrio, por razones de seguridad y en la medida que se tuvo acceso a estos sitios.
Para los adultos hubo lugares de reunión que marcaron época (y todavía existe uno que otro) como la Sociedad de Socorros Mutuos y el Club Prat en General del Canto y algunos bares: el “Buenos Aires”, en la misma calle, el “Pingapulli” en General Salvo, o el de la familia Muñoz en la esquina de esta arteria con Zenteno, el bar de Contreras en Señoret a media cuadra de Sarmiento o “Las Brisas” en Zenteno con Rómulo Correa. Durante un tiempo, década de 1980, un “Night Club” animó la noche “pratina”; se trataba del “Gato Negro” en Sargento Aldea antes de llegar al Pasaje Arica (vereda cerro en dirección sur).
La conexión del barrio con “el centro” se hacía principalmente por la calle Maipú (Pasaje Bermúdez, de por medio) Angamos y la Calle o Avenida República, bordeando el Río de Las Minas (una vez que el río fue canalizado y desviado su curso original). Esas eran las vías de circulación preferentes de los peatones. La movilización colectiva ocupaba de ida la ruta Pasaje Bermúdez – Maipú y de vuelta la Calle Angamos. En esta materia el barrio también ostentaba alguna autosuficiencia: los tres principales empresarios pioneros del rubro vivían en él o sus alrededores: el Sr. Díaz (dueño de las micros “Tiki I” y “Tiki II”), el Sr. Vivar y el Sr. Marín, este último, propietario de la micro conocida como “La Popular” y del “Surtidor” que estaba en Maipú antes de llegar a España, frente al Pasaje Meteoro. Estamos hablando de la década de 1960, de cuando estas micros (“góndolas”, les decíamos) competían con las “liebres” Borgward, Mercedes Benz y Transit, antes que llegaran las primeras micros en serie; las Dodge “americanas” con carrocería Wayne financiadas por la “Alianza para el Progreso”. El barrio también tenía sus propios paraderos de taxis: el primero de ellos en Condell esquina Sargento Aldea, luego el tradicional paradero en Arauco frente a la entrada del “Hospital Viejo” por Angamos y el de Zenteno, a un costado de la UTE.
En cuanto a la fisonomía arquitectónica, no podríamos categorizarla o clasificarla tajantemente. Los pobladores fueron levantando sus casas por cuenta propia, una suerte de auto construcción diversa, destacándose, eso sí, la gran cantidad de viviendas modernistas (“Art Decó”) aquellas de estilo “barco” con techos escondidos detrás de las fachadas escalonadas, ventanas circulares (“ojo de buey”) o, en algunos casos, formas redondas de remate de las fachadas, en especial en viviendas esquina. A diferencia de las construcciones de este estilo presentes en el centro de la ciudad (edificadas en mampostería de ladrillo) las de los barrios privilegian el uso de la madera, y para las fachadas, el latón (ver al respecto: Baeriswyl, Dante; “Arquitectura en Punta Arenas en el inicio del modernismo”, Huella urbana patrimonial, década del 30 y del 40).
Dos excepciones a la diversidad de estilos, la constituyen la Población “Magallanes”, inaugurada en 1929 y emplazada entre las calles Angamos, pasaje Ancud, Condell y Señoret, se constituyó en la primera “población” de la ciudad de Punta Arenas (entendido este concepto, como el de conjunto habitacional de características homogéneas). Fue construida por la Caja de Habitación Popular (Osorio, Juan; “La comuna de Punta Arenas”). Por otra parte, en noviembre de 1939 se coloca la “primera piedra” de la “Población Arturo Prat”, conocida como “Población Obrera” o “Casas Obreras”, con la asistencia del Presidente de la República don Pedro Aguirre Cerda, acompañado del senador Elías Lafertte, quien pronunció el discurso por encargo del Presidente (Diario “El Magallanes”, 20 de noviembre de 1939). Ubicada en el cuadrante que conforman las calles Zenteno, Rómulo Correa, Riquelme y Carlos Britos, la población también fue financiada por la Caja de Habitación Popular, es decir, inversión fiscal. Se construyó durante 1940, según lo indica el historiador Mateo Martinic en su obra “Punta Arenas, Siglo XX”.
Continuará…