Más de medio centenar de fieles llegó hasta Río Verde para vivir una nueva peregrinación a la Virgen de Montserrat
Como es tradición desde hace ya más de 30 años, cada segundo domingo del mes de enero se celebra la peregrinación a la Gruta Natural Virgen de Montserrat, ubicada a 110 kilómetros al norte de Punta Arenas, en la comuna de Río Verde. En la instancia, a diferencia de años anteriores, sólo acudieron al lugar poco más de 50 fieles, quienes llegaron en sus vehículos particulares para ser parte de la ceremonia religiosa.
No obstante, el frío imperante durante la jornada dominical no fue un impedimento para los asistentes, quienes recitaron cada una de las oraciones que dirigía el obispo Bernardo Bastres acompañado de sus clérigos. “Como siempre nos reunimos el segundo domingo de enero celebrando el bautismo de Jesús, aquí donde se encuentra la imagen de la Virgen de Montserrat. Damos gracias al Señor porque este año nos podemos reunir; es cierto que somos pocos, pero no hicimos mucha propaganda, porque sino nuestro seremi (de Salud, Eduardo Castillo) nos ‘corta el cogote’ y tenemos que ser responsables en tomar los resguardos para no seguir propagando el virus”, comentó el prelado que próximamente dejará su alto cargo eclesial, tras serle aceptada su renuncia por el Papa Francisco.
Un reencuentro anhelado
Por su lado, los asistentes estaban felices de ser parte, nuevamente, de una peregrinación a la Virgen de Montserrat, debido a que el año pasado no se pudo realizar a raíz de la delicada contingencia sanitaria generada por el coronavirus. Aunque la convocatoria sin dudas fue bastante menor que años normales, igualmente llegaron varias familias acompañadas de niños, adultos mayores y mascotas, bien abrigados para no sufrir las inclemencias de la estepa magallánica.
Rol municipal
La municipalidad de Río Verde fue la encargada de gestionar parte de la celebración, junto a funcionarios públicos y Carabineros, y la alcaldesa Sabina Ballesteros, quien comentó que “damos gracias por este reencuentro que la pandemia no había permitido. Sabemos que todos los años el aforo es bastante mayor, pero esto es un reinicio para retornar con tranquilidad en estos tiempos complicados. Este es un espacio sagrado, la Virgen ha estado aquí por años y qué bonito que en esta fecha podamos también celebrarla”, comentó la jefa comunal, quien afirmó también que descendió a la gruta a saludar a la Virgen.
Los dos mensajes del obispo
En la ocasión, el pastor Bastres quiso poner énfasis en dos temáticas: en la primera parte, se refirió a la importancia del agua, aclarando que “esta fiesta nos recuerda la importancia del significado del agua en nuestras vidas que es un don de Dios. Hemos visto como la industria ha sacado miles de productos como diluyentes, jabones, etc, pero sin agua no funciona nada, porque el agua nos ayuda a purificar y dar vida. Es triste ver estos tiempos de sequía donde se seca la naturaleza y comenzamos a apreciar este preciado bien como es el agua”.
Un Dios que acompaña
Luego, el obispo Bastres continuó diciendo que “lo segundo es que todos los que hemos sido bautizados tenemos que dar testimonio de Dios y de Jesús, ya que hemos podido constatar que en estos tiempos de pandemia pareciera que hemos tomado las medidas necesarias de quedarnos en casa y cuidarnos ante el virus, pero al parecer también hemos recluido a Dios. No hay que olvidarse de que los mayores tenemos la responsabilidad de enseñar a los menores que hay un Dios que se ha preocupado por nosotros y nos acompaña”.
El mensaje de los feligreses
Sin dudas que el alma de estos actos religiosos la componen los asistentes, quienes con su energía y fe logran hacer que para cada uno la celebración se transforme en una jornada especial y mágica, ya sea de manera solitaria o acompañado con sus familias.
La Prensa Austral conversó con Alicia Altamirano, una devota ferviente de la Virgen de Montserrat, quien afirma haber experimentado verdaderos milagros. “Es una devoción única. Yo tengo una figura de la Virgen en grande en mi casa, desde la vez en que una señora se cambió de religión y la dejó afuera de su casa; yo pensé, ¡no puede ser! En ese momento me la llevé y desde entonces me ha hecho milagros… Usted no se imagina la fe que tengo en la Virgen de Montserrat. La virgen es lo más sagrado y milagroso que pueden ver los ojos de Dios”, comentó Alicia.
Por su parte, José Olavarría asistió junto a su señora, suegra e hijos, y nos relata que todos los años ellos asisten sagradamente a la jornada de peregrinación. “En los inicios veníamos en los buses que se disponían, pero luego nos compramos un auto así que ahora venimos solos, sino hoy no podríamos haber venido”, dijo el fiel católico.
Agregó que “nos llamó la atención la poca difusión que hubo, porque de hecho vinimos por la fecha, pero nos encontramos con la actividad y la verdad no teníamos idea. Aunque de repente uno no venga a pedir algo, venimos de todas maneras por la fe que tenemos en la Virgen”. En la ocasión también habló su suegra, Patricia Pérez, quien comentó que “siempre venimos en familia, de chiquititos hemos venido con nuestros hijos. Empezamos a venir cuando los buses paraban más lejos y teníamos que caminar, y desde esa fecha que venimos todos los años con toda la fe y la idea de compartir en familia”.
Sebastián Valdebenito es uno de los acólitos de la Iglesia Jesús de Nazareno, quien participó de la ceremonia en la pérgola junto al obispo Bastres y otros eclesiásticos. Al ser consultado por el significado que entrega para él esta instancia, manifestó que “la verdad es que no te podría dar un significado claro porque no es algo que se haga todos los días, con el viento, una cascada cerca, es algo muy especial y diferente. Este lugar sigue siendo una iglesia, el ambiente que se forma es algo lindo y pienso que la gente que vino es realmente comprometida, porque no les importa el lugar, sino que donde haya misa y ahí están”.