In memoriam de Fernando Dougnac Rodríguez, el gran abogado ambientalista

Por Nicolo Gligo V.

Falleció este miércoles 8 de febrero, un abogado ambientalista brillante como profesional y como académico. Me tocó estar en el jurado que le dio el Premio Nacional de Medio Ambiente 2003. Antes había estado con él aplaudiéndolo cuando fundó en 1998 la Fiscalía del Medio Ambiente (ONG FIMA).

Obtuvo innumerables triunfos en pro del medio ambiente, como Alumysa, el Mauro, HidroAysén y Río Cuervo, contaminación de polimetales en Arica. Profundamente estudioso, leía permanentemente ecología y otras ciencias químicas y biológicas.

Magallanes le debe mucho a Fernando. Se involucró desde 1993 hasta 2004 en la lucha para impedir que Forestal Trillium impusiera su demente proyecto en Tierra del Fuego. Me tocó tener el honor de ser invitado a presenciar su alegato en la Corte Suprema en contra de esta forestal, la que había contratado a famosos abogados para defenderla, y que además tenía todo el apoyo de poderes públicos, económicos y fácticos. El alegato fue de una brillantez inusual y la sentencia final, a favor nuestro por tres votos contra dos, trascendió mundialmente y ha sido estudiada en muchas universidades de otros países.

Pero no sólo Magallanes le debe a Fernando el apoyo y su participación para que los bosques fueguinos no sean cortados, sino que además contribuyó a acelerar el término del negativo proyecto carbonífero de Mina Invierno, que afectó a isla Riesco. El se constituyó en un asesor permanente de la ONG Alerta Isla Riesco y contribuyó en acelerar el término de este anacrónico proyecto.

Nos deja un gran abogado, un gran defensor ambiental, una persona íntegra y honesta, pero, por sobre todo, un hombre comprometido con la naturaleza, con sus recursos naturales, y con el poblador y el hombre rural, que siempre tuvo en él un defensor de su entorno.