Vicepresidente ejecutivo de Corfo: “La industria del hidrógeno verde es viable”
- José Miguel Benavente defendió la apuesta de la corporación por estos proyectos y dijo que el gobierno espera dejar “esto relativamente organizado para que tome la posta la administración que sigue y las que seguirán”.
“Pero, ¡por supuesto!”. Esa fue la respuesta rotunda que dio el vicepresidente ejecutivo de Corfo, José Miguel Benavente, cuando se le consultó si la estrategia e industria del hidrógeno verde son viables, pese a que el país y la región se presentan poco preparados para albergar a dicha industria naciente.
De paso por Punta Arenas para hacer dos anuncios – un centro tecnológico para la innovación en Magallanes y un subsidio para plantas de fabricación y/o ensamblaje de electrolizadores y sus componentes en Chile-, el máximo ejecutivo de Corfo se mostró optimista sobre las oportunidades que tiene el país y la región, en particular. “No sólo Antofagasta está mirando lo que está haciendo Magallanes, sino que el mundo está mirando porque, en términos relativos, estamos mucho más avanzados en la estrategia (del hidrógeno verde)”, aseguró.
Con una forma casual de vestir al estilo de Harry de Inglaterra o Brad Pitt, Benavente exuda un aire de hippie moderno y relajado. Uno se lo imagina sin zapatos sobre un césped verde o subiendo una montaña el fin de semana, más que hablando de electrólisis, aspas y aerogeneradores.
Centro tecnológico
Uno de sus anuncios fue el concurso para la creación del Centro Tecnológico para la Innovación en Magallanes, que buscará emular las experiencias positivas que Corfo ha tenido en otras regiones apalancando este tipo de iniciativas. Los tiempos son violentos por la premura: junio, apertura del proceso de postulación; agosto, cierre; octubre, adjudicación; diciembre, inicio del proyecto.
– ¿Existen capacidades regionales instaladas para postular al centro tecnológico?
– “Evidentemente, hay. Pero, no exclusivamente de acá. Hay varias distinciones importantes de capacidades. Primero, capacidad de infraestructura. Hay, pero no son suficientes para esta envergadura, pero hay trabajos previos que se han hecho, por ejemplo, en la Universidad de Magallanes, el Centro de Formación Técnica también tiene capacidades en formación de competencias, etc.
“La idea es que estos centros sean un aglutinador de capacidades, particularmente de la región, que se puedan complementar con capacidades de otros lados, ya sean nacionales o internacionales.
“Lo importante es: uno, que estos centros tengan la orientación para desarrollar conocimiento funcional a desafíos que tiene el sector privado que está creciendo y está siendo pionero en algo nuevo en el mundo asociado al hidrógeno verde y sus sectores vinculados. No pensamos estos centros tecnológicos como un espacio dominado por el mundo científico y una agenda, determinada por ellos mismos. Eso está bien, pero es más propio de un proyecto que desarrolle el Ministerio de Ciencias”.
– El centro, entonces, tiene que estar dedicado a soluciones.
– “Exactamente. Algunos mecanismos de evaluación de estos centros son cuántas patentes generan, cuántos servicios, cuántos recursos apalancas del sector privado. También, obviamente, la capacidad en términos de conocimiento, infraestructura, laboratorios, doctores. Pero, en el vínculo con el mundo privado, esperamos que se repita lo de otros centros exitosos que hemos tenido previamente, que se exprese en el board (directorio) o en los que participan. Nosotros exigimos aportes en dinero que venga del sector privado y eso señaliza que, potencialmente, lo que allí se va a desarrollar pueda ser útil para sus problemas y desafíos”.
– ¿Por qué esto, derechamente, no se hizo con la Universidad de Magallanes? ¿No son suficientes las capacidades?
– “Por dos motivos: el fortalecimiento de las capacidades de las universidades depende del Ministerio de Ciencias… Este instrumento es complementario. Descansa, de alguna manera, en estas competencias que ya existen. Por ejemplo, estos centros no forman doctores, sino que incorporan doctores. A veces, se hacen tesis de doctorado profesionalizante.
“El segundo elemento: por normativa legal, la Corfo no puede asignar a dedo a ciertas instituciones, sino que tiene que hacerlo en función de un concurso público”.
Posibles aliados:
¿VTT y/o Leitat?
– A Magallanes, han llegado misiones de entidades como el VTT de Finlandia y Leitat y han estado en conversaciones. ¿Ellos son candidatos a esta licitación?
– “A Leitat, como Corfo, lo hemos apoyado a través del centro tecnológico hace varios años. Ellos tienen ciertas competencias que podrían ser parte de estas complementarias que se puedan desarrollar en el ámbito local. Ellos, obviamente, tienen esto en el radar porque están establecidos en Chile desde hace mucho tiempo. El VTT es una institución de red de centros científicos de Finlandia muy conocida que también podría estar interesada en participar en forma conjunta con otras instituciones. Ellos también están enterados de este tipo de llamados.
“Por eso, para nosotros, es muy importante esta colaboración, no sólo en el ámbito privado-público y universitario, sino también en el ámbito universitario local, nacional e internacional. Traer las buenas prácticas de universidades y centros tecnológicos, como puede ser VTT, puede ser un aprendizaje enorme para una universidad como puede ser la Universidad de Magallanes y otros actores locales”.
– ¿El monto de la inversión proyectada es de unos 6 mil millones de pesos?
– “Sí, porque es un financiamiento contemplado para seis años, en que, en los tres primeros, es algo así como 4 mil millones de pesos. En los siguientes dos años, es mil quinientos millones. Y en el último año, unos quinientos millones”.
– Siendo concretos, ¿cuándo vamos a ver los magallánicos un rótulo que diga: ‘Centro Tecnológico…’ y que esté funcionando?
– “Es muy buena su pregunta. Estos recursos no están destinados a crear nuevos edificios…”.
– Pero, tendrá que tener una sede.
– “La decisión del lugar, la locación es decisión de los postulantes. El gobernador está interesado en empujar esta idea porque va a estar físicamente en Magallanes. Entiendo que él tiene algunas alternativas de edificios que ya existen y que pueden estar disponibles. Por ejemplo, puede estar perfectamente dentro de la Universidad de Magallanes o puede ser algún CFT o algún instituto público que también esté disponible o puede ser otro tipo de instituciones, como una empresa privada que tenga edificios.
“A su pregunta, como esto no financia infraestructura, las postulaciones van a venir con un edificio definido. Entonces, probablemente el cartel de esto va a estar en marzo”.
– Resultados esperables, tangibles, ¿cuándo?
– “Eso depende del ritmo que tenga el centro. Nuestra idea es que sea lo antes posible. Los primeros años, lo que pueden lograr son resultados, más bien, desde el punto de vista de conocimientos, patentes, licencias, desarrollo de prototipos, pilotos, etc. Después, a medida que pase el tiempo, uno esperaría que haya escalamientos y productos más terminados. El financiamiento público dura cinco años, pero no el centro. Esto es distinto al apoyo permanente que uno le da un centro científico y que se relaciona con el Ministerio de Ciencias. Ahí se justifica que tenga financiamiento permanente. Estos otros no. La idea es que presten servicios, tengan renta y con esa renta financien parte de su gente, la infraestructura y, potencialmente, puedan ir creciendo”.
¿Apuesta riesgosa?
– Frente a esta industria, parece que ni el país ni la región estaban preparados. En nuestra zona, de los seis a siete proyectos anunciados, sólo uno ha enviado dos iniciativas a evaluación ambiental y ha pedido casi un año para responder las primeras observaciones de los servicios públicos. Hay, entonces, preocupación legítima de si esta industria se va a instalar o no en Magallanes. Desde esa perspectiva, uno puede pensar que la inversión que está comprometiendo Corfo, por ejemplo, para este centro tecnológico, es riesgosa.
– “Nosotros no lo vemos así. Primero, porque esto forma parte de una mirada mucho más sistémica-comprehensiva que tenemos en Corfo y en la actual administración, que heredó la estrategia del gobierno anterior y que nosotros esperamos, a través del Plan de Acción del Hidrógeno Verde, siga en las siguientes administraciones. Hoy en la mañana (el viernes) nos juntamos, cinco ministros y nosotros como Corfo, con seis desarrolladores justamente levantando los temas que tú mencionabas, como el uso compartido de infraestructura en el tema de puertos; después todo el tema de la oferta en capital humano que tenemos que empezar a ver desde ahora; la permisología y la capacidad que tienen las instituciones para la tramitación de permisos y concesiones. Estamos enfrentando esto en forma sistémica, viendo todas las piezas y partes de manera coordinada junto con el mundo privado, la academia y la sociedad civil organizada.
“Queremos, al final de estos dos años que nos quedan como gobierno, dejar esto relativamente organizado para que tome la posta la administración que sigue y las que seguirán y continúen trabajando en esto cuando ya los proyectos se empiecen a materializar”.
– De acuerdo a la visión de Corfo, ¿estamos frente a una estrategia e industria viables?
– “Pero, ¡por supuesto! Los números y todo apunta, no sólo el estudio de viabilidad que hizo el gobierno pasado y que nosotros lo vimos y lo revisamos con más cuidado y hemos visto qué cosas están faltando…”.
– Pero el gobierno de Piñera fue muy ambicioso respecto de los plazos y volúmenes de producción.
– “Puede ser que no lo sea en los tiempos que planificaron ahí, pero puede ser que en los montos sea así. Recordar que el tema de hidrógeno verde no es sólo en Magallanes, sino también en la zona norte del país… Cuando uno es pionero tiene más incertidumbre que en un camino trazado, pues va construyendo camino. Esta es la visión que tenemos de un Estado emprendedor. Un Estado emprendedor tiene esa etapa de incertidumbre temprana en que, junto con el proveedor y el mundo privado, va construyendo un camino. No sólo Antofagasta está mirando lo que está haciendo Magallanes, sino que el mundo está mirando lo que está haciendo Magallanes porque, en términos relativos, estamos mucho más avanzados en la estrategia. Hay países que dicen que están haciendo cosas, pero uno va a mirar y, si escarba un poco, se da cuenta de que no hay nada. Nosotros tenemos un facility financiero que ya está funcionando, es el primero en el mundo; estos lanzamientos que estamos haciendo ahora del centro tecnológico, electrolizadores y aerogeneradores con una cantidad de recursos de Corfo que vienen de la industria del litio para empujar esta agenda. De hecho, Corfo creó el Comité del Hidrógeno Verde, con once ministros sentados, que le da una mirada de resolver estos problemas de coordinación”.
– En este camino en que está empeñado Corfo, ¿cuánto afecta o no el ambiente de incertidumbre y desconfianzas que denuncia el empresariado respecto de este gobierno.
-“Tengo una lectura distinta. Primero, pregúntele al mundo empresarial ligado al hidrógeno verde. Nos sentamos con ellos, conversamos, hicimos el Pacto Magallanes firmado por ello y nosotros, con el Presidente como testigo. También están los avances en la estrategia nacional del litio, que han sido bien importantes…”.
– Pero la estrategia del litio ha sido muy cuestionada.
– “Pero por ninguno de los incumbentes nacionales e internacionales. Los cuestionamientos han sido de otro tenor. Hoy día -y esto es una hipótesis personal- estamos mirando el surgimiento de un nuevo actor productivo y privado en Chile. El mejor ejemplo de ello es Hif. Son grupos de ingenieros, relativamente jóvenes, que se criaron, educaron y su experiencia la hicieron al alero de empresas tradicionales, pero que están desarrollando y siendo pioneros en sectores nuevos y creo que esto es un contraste bien fuerte con un tejido empresarial tradicional asociado a servicios, particularmente, en Chile. Son buenas noticias y es un perfil distinto que tiene una mirada de entender diferente el desarrollo de sectores nuevos y es bien importante en cuanto a la señal que le dan a las nuevas generaciones que quieran transformarse en emprendedores y empresarios… Muchos de ellos se acercan en privado y también en público para decir que las cosas marchan bien; la macroeconomía para ellos es importante que esté estable; las reglas del juego que sean conocidas; ellos están invirtiendo no sólo en Chile, sino que en mercados internacionales… Yo soy más optimista y creo que las oportunidades que tenemos asociadas al cobre, al litio y al hidrógeno verde en un mundo que está sufriendo las inclemencias del cambio climático son enormes, pero el modo de aprovecharlas es distinto: generar encadenamiento productivo, contenido local, tejido productivo y en un trabajo colaborativo entre el mundo público y privado en ámbitos de confianza, acuerdos y de reciprocidades de deberes y derechos”.