Trabajadores del Hogar de Cristo volvieron a manifestarse ante decisión de cerrar residencia: “Si se inyectaran los dineros o si el gobierno se hiciera cargo, esto podría mantenerse”
A más de una semana del anuncio del cierre de la emblemática residencia del Hogar de Cristo, en calle Balmaceda, las voces en contra de esta medida, tomada desde la dirección general de la Fundación en Santiago, continúan haciéndose notar. Son los funcionarios los que más han insistido en que se revierta esta decisión, que se concretará el 31 de enero, y quienes convocaron a una nueva manifestación el viernes último, afuera del emblemático edificio.
Claudia Mella es una de las funcionarias que asistió a esta manifestación. “Somos del Sindicato Ignacio Vivar, que pertenece al Hogar de Cristo, y convocamos a una manifestación pacífica, que se difundió por redes sociales, para evitar el cierre de la residencia. El motivo que nos dieron fue solamente el financiamiento y a la fecha, no hemos recibido ninguna documentación, la cual hemos solicitado por Ley de Transparencia. Sabemos que ingresan dineros por parte de Senama, el gobierno, aporte de socios, pero lamentablemente, las platas se van a nivel central y de ahí, se reparten los dineros. Tampoco uno podría decir que son en partes equitativas, estamos a la espera de todas esas resoluciones y lo más lamentable y que también nos da para pensar es que las cartas de aviso comenzaron a llegar el mismo día que se anunció que la residencia iba a cerrar sus puertas, así que esto es algo más programado”, sentenció.
Aunque la decisión parece irreversible, los trabajadores esperan que “si se inyectaran los dineros o si el gobierno se hiciera cargo, esto podría mantenerse, porque el punto que se ha enfocado es netamente financiero. Nosotros aquí hemos tenido conversaciones con autoridades y hay que buscar fondos. Nos hemos contactado con los concejales, diputados, con diferentes entidades, para solicitar una ayuda y que puedan generar un plan de acción, para revertir esto antes del 31 de enero; nos queda poco tiempo, pero son 28 adultos mayores que van a quedar a la deriva, ese es el punto y casi treinta trabajadores que quedarán cesantes, más tomando en cuenta lo golpeada que ha sido la región por la cesantía”, apuntó Mella, que en este sindicato reúnen a técnicos en enfermería y asistentes de adulto mayor, que son quienes más sufren la incertidumbre respecto del futuro de la residencia.