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Cuatro años de Trump: cómo ha cambiado el mundo tras su llegada a la Casa Blanca

Lunes 2 de Noviembre del 2020

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El Mandatario estadounidense ha marcado una línea distinta respecto de sus antecesores en materia de política exterior. Muchas de sus decisiones han incidido en el mundo, por lo que el líder republicano ha sido un actor constante a nivel internacional.

Quedan sólo dos días (quizás tres) para saber quién será el próximo Presidente de Estados Unidos. Puede que el actual Mandatario, Donald Trump, consiga seducir a los electores y mantenerse por cuatro años más en la Casa Blanca, o puede que el demócrata Joe Biden se quede con el triunfo y recupere el gobierno para su sector. Al menos hay una cosa clara a esta altura del partido: los ojos de todo el mundo estarán puestos en los comicios estadounidenses.

Y no es sólo un decir. Es evidente que el planeta está más que alerta a lo que pueda ocurrir este martes. Y así lo estuvo hace cuatro años cuando Trump, contra todo pronóstico de las encuestas, venció a la demócrata Hillary Clinton y se convirtió en el nuevo mandatario estadounidense. Desde entonces, muchas cosas cambiaron.

Cambiaron las cosas en Estados Unidos y también en el mundo. Tras su llegada a la Casa Blanca, el líder republicano comenzó a tomar una serie de medidas con amplísima repercusión, marcadas por su visión más proteccionista y nacionalista. Esto le ha llevado a enfrentarse con otros gobernantes, aunque también ha contado con algunos aliados.

“En estos cuatro años hemos visto varios cambios. En primer lugar, con su política de ‘America First’, Trump aceleró una tendencia que ya venía de los años de Barack Obama: el paulatino repliegue de Estados Unidos como potencia global”, dijo a Emol el director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, Alberto Rojas.

El académico agrega que “ciertamente, Obama tuvo que hacerse cargo de sacar a EE.UU. de las guerras de Afganistán e Irak, herencia del Presidente George W. Bush, pero eso también generó una fuerte resistencia de Washington a involucrarse en nuevos conflictos y situaciones de crisis a nivel global. Y Trump reforzó esa postura. Por ejemplo, en estos años EE.UU. hizo muy poco por lograr el fin de la guerra en Siria o escenarios similares”.

Reticencia al multilateralismo

Uno de los puntos que más llamaron la atención de la política exterior de Donald Trump fue su duro cuestionamiento al orden mundial y las instituciones internacionales. En palabras de Rojas, el Mandatario estadounidense “debilitó fuertemente el multilateralismo con varias de sus decisiones, imponiendo una especie de unilateralismo aislacionista frente a la comunidad internacional”.

“Trump desconfía de organizaciones como Naciones Unidas o la Unión Europea, al tiempo que parece considerar que muchos tratados y acuerdos son como ‘camisas de fuerza’ para su gobierno”, agrega.

Y fueron varias las señales que dio en ese aspecto. El 23 de enero de 2017, tres días después de haber asumido la Presidencia, el líder republicano cumplió inmediatamente con una de sus promesas de campaña: retirar a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), un ambicioso proyecto suscrito junto a otros 11 países (entre ellos Chile) que el Mandatario consideraba “un desastre potencial para el país”, ya que dañaría al sector manufacturero estadounidense.

También en materia económica, Trump logró poner fin al acuerdo con Canadá y México (Nafta) y formular un nuevo pacto con ambos países, según aseguró, más justo y provechoso para la industria estadounidense.

Así siguieron otras decisiones, como el retiro de EE.UU. del Acuerdo medioambiental de París, que suscitó una gran cantidad de cuestionamientos de diversos países. Otra medida que causó polémica fue la salida de Washington del acuerdo nuclear con Irán, uno de los grandes logros de la Administración Obama. Trump también retiró a EE.UU. del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio firmado con Rusia a fines de la Guerra Fríal. Finalmente, el Mandatario también ha expresado su descontento con organismos nacidos al amparo de Naciones Unidas. Fue así como sacó a su país de la Unesco por su “continua discriminación a Israel” al admitir a Palestina, a lo que se sumó su más reciente retirada de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la cual Washington es su principal financista. En este caso, Trump criticó la gestión de la OMS de la pandemia de Covid-19 y la acusó de seguir los planteamientos de China.

La pelea con China y la “nueva Guerra Fría”

Sin lugar a dudas, el punto clave de la política internacional del gobierno de Donald Trump es su relación con China, y en este sentido, vaya que ha cambiado la política internacional. Tras el inicio en 2018 de la llamada guerra comercial que trajo consigo una serie de medidas económicas para contrarrestar el poderío chino, el mundo ha estado en vilo, impaciente, sabiendo que los golpes de una u otra potencia tendrían consecuencias en el resto. Se dio así lo que varios analistas internacionales han interpretado como una “Guerra Fría 2.0” que ha tenido distintos episodios. Uno de los más mediáticos ha sido la batalla entre Washington y Huawei, luego de que Trump acusara a la gigante tecnológica de estar detrás de un plan de espionaje concertado por el gobierno chino.

El deterioro de las relaciones de EE.UU. con China ha tenido otros capítulos bastante delicados, afirma Alberto Rojas, como el apoyo de Washington a los movimientos de protesta en Hong Kong, la venta de armas a Taiwán y la tensión naval en el Mar del Sur de China.

A eso hay que sumarle la tensión por la pandemia de Covid-19. Desde su inicio, Trump no ha dudado en llamarle “virus chino” y culpar al país asiático de su propagación.

Un nuevo orden en Medio Oriente

Medio Oriente es otra región donde las cosas han cambiado desde la llegada de Donald Trump a la presidencia. Y si bien Israel es un aliado histórico de Washington, el Mandatario ha ido más allá en esta relación tomando medidas nunca antes vistas, como el traslado de la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv a Jerusalén, instando a otros países a hacer lo mismo.

Esto, como parte del plan de paz de Medio Oriente impulsado por el Presidente estadounidense y liderado por su yerno, Jared Kushner, que entre otras cosas ha apoyado la anexión por parte de Israel de territorios de Cisjordania, provocando la ira de Palestina y la reprobación de buena parte de la comunidad internacional.

Trump también ha sido el artífice de una serie de acuerdos de establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y tres países árabes: Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Sudán. Esto llevó incluso a un diputado noruego a proponer al Mandatario estadounidense al Premio Nobel de la Paz 2021.

Todo esto también forma parte del plan de la Casa Blanca de restarle poder a Irán en la región. Las relaciones con Teherán están cada vez peor desde la salida de EE.UU. del acuerdo nuclear y las diversas sanciones económicas tomadas contra empresas y funcionarios iraníes. A eso se suman episodios como la tensión en la zona del estrecho de Ormuz y la muerte del general Qassem Soleimani por un ataque estadounidense.

Relación con aliados,  Corea del Norte y Venezuela

Otro aspecto importante ha sido cómo Trump ha cambiado la relación con algunos países y gobiernos. “Por ejemplo, la relación con aliados históricos en Europa, como Francia y Alemania, se ha deteriorado mucho; lo mismo ha ocurrido con sus socios de la Otan”, explica Alberto Rojas.

“Por otra parte, desde el primer momento vimos un particular acercamiento con Rusia y eso, más que una afinidad ideológica, parece tener una razón más personal. Pareciera que Trump respeta mucho más a los líderes fuertes, aunque no sean muy democráticos”, dice el académico.

Y si de hablar de líderes fuertes se trata, hay que incluir sí o sí a Kim Jong-un. En esta línea, la política de Trump ha sido rupturista e inédita, al reconocer al líder norcoreano como un interlocutor válido y reunirse con él, algo nunca antes hecho por un Presidente estadounidense.

Con quien no ha habido cercanía alguna es con el Presidente venezolano, Nicolás Maduro. Desde el comienzo de su gobierno, Trump ha impulsado una serie de sanciones económicas contra el país sudamericano e, incluso, fue uno de los primeros países en reconocer al líder opositor Juan Guaidó como Mandatario encargado. No obstante, con el paso de los meses también ha cuestionado al parlamentario.

Con el resto de Latinoamérica, el trato varía. Con México, por ejemplo, Trump ha tenido una muy buena relación con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien también lo ha elogiado públicamente. Todo esto, pese a que el líder estadounidense no ha claudicado en su plan de un muro fronterizo y ha endurecido su política migratoria.

Otros aliados de Trump en la región son el colombiano Iván Duque y el Presidente brasileño, Jair Bolsonaro, con quienes ha intentado mantener una alianza y se ha alineado en su rechazo al régimen de Maduro en Venezuela. Ahora, a dos días de la elección, queda saber si el Presidente estadounidense podrá seguir con su plan de política exterior y marcar un nuevo orden mundial.

Emol