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Los desafíos de una nueva Constitución

Por Carlos Contreras Martes 10 de Noviembre del 2020

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En atención a la necesidad de generar un nuevo texto constitucional, como cuestión previa es bueno recordar que no se pueden esperar resultados distintos cuando se actúa de la misma forma, así como también tener absoluta claridad que, siendo vital la voluntad popular, el trabajo y la discusión será jurídica lo que no implica la prescindencia de aquellos que carecen de esta formación. Sólo estos dos aspectos me permiten sostener que existen desafíos que se deben resolver de manera previa a la elección de los constituyentes, algunos de los cuales, considero, son los que paso a señalar.

La definición de la forma de instalar en la discusión los temas ciudadanos. Si bien es cierto existen muchas propuestas que han sido sostenidas por los ciudadanos y despreciadas por los integrantes de la clase política, el primer dilema consiste en la forma en que el clamor popular llegará a la convención constitucional. Desde ya podremos constatar que, la realización de asambleas representativas, para vincular a los convencionales no parecen como posibles, por lo menos con la regularidad que se requiera, habida consideración de los plazos y de la pandemia, lo que obliga a establecer un mandato previo al funcionamiento de la convención con aquellos que sean elegidos para representar a la ciudadanía. No debemos olvidar que una vez elegidos los convencionales su mandato no puede ser revocado, por ello el compromiso previo es fundamental.

Siguiendo la línea de lo planteado es evidente que el mandato, la exigencia de los electores a quien resulte electo, no puede ser pormenorizada, aunque sí específica, así como tampoco puede extenderse en detalles que fundamenten las posiciones fundamentales. De este modo, me parece que es necesario comprometer a los candidatos con los temas fundamentales, entendiendo dentro de aquellos, los siguientes: a) Estado solidario o social; b) República democrática; c) derechos y obligaciones ciudadanas; d) derechos sociales; e) Poderes del Estado; f) instituciones fundamentales; g) derechos ancestrales; h) mecanismos de participación ciudadana directa; i) sistema de administración descentralizada o regional; j) potestades, facultades y autonomías locales; k) control y sanción de los poderes públicos; l) definición del Estado chileno en cuanto a su estructura e integrantes.

Como se puede apreciar los temas planteados han sido exigidos de distinta manera y con diversos matices por los ciudadanos, pero es evidente que, para la discusión, se requiere mucho apoyo y conocimiento de todos y cada uno de los temas planteados, pues de otra manera la técnica vencerá los imperativos y necesidades ciudadanas lo que haría del todo inútil el enorme esfuerzo desplegado a la fecha.

La necesidad que los independientes, entendiendo por tales quienes no militan en partidos políticos, pero que detentan un pensamiento y una posición determinada, sean convenientemente representados en el proceso, de modo tal que éste no sea monopolizado por los partidos políticos.

Con lo planteado me atrevo, entonces a dar cuenta de los siguientes desafíos o exigencias:

La representación mayoritaria en la Convención Constituyente de independientes que reflejen el legítimo sentir del pueblo chileno.

La necesidad de comprometer a cada constituyente en los aspectos determinantes del Estado Chileno y los contenidos constitucionales, estableciendo mecanismos de cuentas y de información a la ciudadanía a medida que avanza el proceso.

La claridad que es imprescindible contar con conocimientos precisos y extensivos en las diferentes temáticas lo que obliga a establecer sistemas de asesoría popular a los convencionales, de modo tal que cuenten con los contenidos y argumentos que le permitan defender, durante el proceso, las posiciones para las cuales fue electo.

La necesidad de hacer un seguimiento ciudadano permanente del proceso con sentido, convicción y fundamentos de modo tal que los convencionales sientan el peso de su mandato.