Dap sufre fuerte descenso de 90% en vuelos a la Antártica esta temporada
-Compañía proyecta realizar unas 20 operaciones aéreas en circunstancias que en tiempos normales realizaba entre 140 y 150 vuelos.
-Hoy sus principaales operaciones se proyectan desde Santiago a la zona norte en apoyo a la gran minería.
Rolando Martínez
“Hay una cancelación masiva de todo lo que es el turismo antártico”, describe Nicolás Pivcevic, gerente de la compañía aérea Dap, que esta temporada operará al mínimo con sus aviones Bae entre Punta Arenas y la isla Rey Jorge en la Antártica.
Si en las temporadas normales realizaban entre 140 y 150 vuelos entre el aeropuerto Presidente Ibáñez y el aeródromo Teniente Marsh en la base antártica Presidente Frei, ahora proyectan sólo unos 20, registrándose una baja de un 90% en las operaciones, dice Pivcevic.
Admite que la crisis generada por la pandemia del Covid-19 ha golpeado a todo el mundo y que no escapa lo que se realiza al continente antártico. “No hay nada positivo. La Antártica es un destino que se proyecta con mucha anticipación. El turismo antártico viene de otros continentes y para ello también deben llegar los barcos para la temporada. En su mayoría no están acá, sino en el Hemisferio Norte, salvo el de la compañía Antarctica21 que es chilena”.
Sin embargo, pese a este negro escenario en las operaciones al continente antártico, el representante de la compañía Dap dice que, si bien las actividades al continente blanco se centran en turismo, ciencia y logística, al menos mantendrán algunos vuelos de apoyo a logística antártica y a la ciencia.
Faltó una estrategia
Nicolás Pivcevic reconoce que cuando comenzó la pandemia nadie sabía cómo evolucionaría, pero cree que no hubo una definición clara por parte de Chile, a nivel de gobierno central y regional por dar un lineamiento claro a las empresas con respecto a las estrategias a seguir.
“En mayo y junio los clientes, entendiendo que estaban ellos viviendo los peak de la pandemia en Europa, querían saber cuáles iban a ser los protocolos que se iban a implementar en Chile para poder entrar en la temporada turística. Uno preguntaba a las autoridades y la respuesta obvia era que no se sabía cómo íbamos a estar a fin de año. Pero nadie hizo el ejercicio de decir: ‘Bueno, si estamos bien haremos esto; si estamos más o menos, haremos esto; y si estamos mal, será así”, señala.
Pivcevic afirma que los operadores no estaban dispuestos a asumir la incertidumbre y cancelaron. “Ahora estás viendo en la práctica que si no hubiesen cancelado la temporada antártica por Chile, cualquier turista que iba a la Antártica podría haber transitado por nuestro país. Santiago ya se está abriendo y a través de Magallanes podrían haber hecho corredores sanitarios perfectamente, porque si la gente que va al continente blanco pasa por el aeropuerto y eventualmente se queda una noche por contingencia climática. Pero a esa gente la puedes aislar perfectamente y además ellos son los más interesados en no contagiarse”.
Lamenta que finalmente no hubiese ningún motivo real o técnico para no haber puesto un lineamiento que permita haber pensado en otorgar facilidades para las operaciones desde Punta Arenas.
“Ahora se abre el parque Torres del Paine, pero si se hubiese dicho esto en junio nadie iba a cancelar. No digo que hayan dicho acá no va a pasar nada. Era saber si la cosa está muy grave qué es lo que vamos a hacer para recibir, bajo qué formato, pero para que haya claridad, en qué volúmenes, qué cantidad máxima. Nadie se puso en esa perspectiva”, opina el ejecutivo.
Aumento de
operaciones en el norte
Pese a que Dap es una empresa que nació en la Región de Magallanes hoy sus operaciones se extienden a lo largo de Chile y actualmente el 90% de ellas nacen en Santiago rumbo a la zona norte con vuelos regulares en apoyo a las empresas mineras.
Nicolás Pivcevic sostiene: “Afortunadamente para nosotros hemos logrado consolidar muy bien nuestra actividad en el norte con la minería. Si bien acá el movimiento ha bajado, en el norte ha aumentado, porque los mineros han tomado protocolos de distanciamiento social, entonces han tomado más vuelos. Eso se ha estabilizado en los últimos meses y tiene una buena proyección”.
Agrega que esto les ha permitido tener una estabilidad y continuidad en mantener un flujo de caja adecuado para pasar esta ola hasta que se reacomode el movimiento a la Antártica.
Además, mantienen la operación entre Punta Arenas y Balmaceda y es una frecuencia semanal que realizan con el avión Bae.
Sí lamenta los efectos que ha generado la menor actividad aérea en la Región de Magallanes desde que se declaró la pandemia con la suspensión de las operaciones a Puerto Williams y Porvenir.
Ello, porque repercutió en tener que bajar la dotación de pilotos y personal de apoyo que estaba detrás de estos vuelos. Así tuvieron que desvincular a unas 20 personas, algo que ha dolido mucho al interior de la empresa.
Explica que la actividad de Williams tiene rentabilidad muy baja para la empresa y es un porcentaje muy menor. Mantienen los vuelos por lo que significa la conectividad regional, pero no genera el gran impacto en relación a los flujos de caja y rentabilidad de la empresa.
“Sí ha sido un impacto importante en la oferta de trabajo de nuestros pilotos y mecánicos porque como esos vuelos se acabaron y seguirán muy disminuidos nosotros nos vimos en la imposibilidad de mantener a todos los pilotos que teníamos. Imagínate de tener un vuelo que sale todos los días del año o a veces dos veces al día y pasar a nada hay un montón de gente detrás de eso que sí necesitaba la fuente laboral, lo mismo que para Porvenir, casi tres vuelos al día. Eso ha repercutido fuerte desafortunadamente en la cantidad de gente, nuestros colaboradores y pilotos que no hemos podido mantener”, señala.
Recuerda que intentaron aguantarse dos o tres meses, pero los flujos de caja no se podían proyectar de esa manera. Por eso lamenta que la mayor pérdida que han tenido en esta crisis por la pandemia ha sido en recurso humano. Mantienen 270 trabajadores, pero una veintena sigue adherido a la Ley de Seguro de Empleo.