Hidrógeno verde
Chile es parte del conjunto de países que se ha comprometido en hacer esfuerzos para reducir la huella de carbono, lo que contempla llegar a lo que se denomina carbono-neutralidad al 2050 y disminuir los gases de efecto invernadero.
En tal senda, es que se ha querido poner los ojos en el hidrógeno verde (H2) y regiones como Magallanes podrían tener un rol capital en su producción y, derivada de ésta, las de combustibles sintéticos, como metanol y amoniaco.
El H2 se vuelve importante porque es un gas que puede ser obtenido a través del uso de energías renovables, como la solar y eólica, siendo ilimitada su capacidad potencial.
Sin embargo, el desafío está en crear las condiciones propicias y dar los pasos para que Chile y Magallanes, en particular, se presenten como zonas competitivas a nivel mundial.
En tal contexto, es importante que el primer proyecto para desarrollar una planta piloto cercana al complejo de Cabo de Negro ya ingresó al sistema de evaluación ambiental.
Esta iniciativa considera invertir US$38 millones para, en una primera etapa, levantar una planta de producción de hidrógeno verde y, con éste, de metanol y gasolina (combustibles carbono neutral), a partir del dióxido de carbono del aire e hidrógeno del agua.
Este proyecto debería ser el primero de una serie de iniciativas, si se considera que se proyecta que más de 800 empresas podrían participar en la industria del hidrógeno verde en el país y que 107 de éstas están creciendo sobre el 20% anual.
Así, la apuesta está en que existe en Chile una gran cantidad de empresas con potencial, en su mayoría con base tecnológica, y que, además, hay un alto interés de compañías internacionales por aportar al desarrollo de esta industria en nuestro país.
Magallanes puede tener una gran oportunidad y aprovechar el potencial de la energía eólica y su capacidad exportadora dada por su ubicación geográfica en un paso marítimo privilegiado.