Mentirillas respecto de la Reforma a las AFP. La falacia del Hombre de PajaMentirillas respecto de la Reforma a las AFP. La falacia del Hombre de Paja
Hernán Rocha Pavés
La falacia del hombre de paja se entiende cuando un contrincante Z, llamémoslo así, refuta una afirmación de X con la pretensión que el oponente quede sin defensa frente a la argumentación que este último entregue. Implica entonces que lo lleva a un estado tal que es asimilable a un Hombre de Paja, o más conocido en nuestra cultura como un Espantapájaros, que se encuentra estático, sin salvaguardia, indefenso, pues un Espantapájaros no llora, no ríe, no está triste, es un Hombre Relleno de Paja. Así las cosas la conversación o la discusión en el buen sentido de la palabra es desigual, con trampa y la “verdad” con la que se contesta al Hombre de Paja sólo existe en la cabeza de quien pone el argumento falaz. El Hombre de Paja frente a estos oponentes es fácil de vencer pues su contraparte genera argumentos tergiversados, distorsionando la discusión de fondo a tal punto que todos creen que el Hombre de Paja está errado pues la conversación se trasladó del fondo del asunto.
Un ejemplo es lo que vivimos respecto a la discusión de la reforma al sistema de AFP y para ejemplificar la Falacia del Hombre de Paja veamos el argumento repetitivo de hoy respecto del modelo impuesto en dictadura el año 1980 y su consolidación durante los gobiernos sucesivos ya en democracia. La gran preocupación de los ministros de Hacienda y la ministra del Trabajo son las bajas pensiones que por supuesto no pueden esconder con los datos existentes: en un estudio de la Fundación Sol se muestra que la tasa de reemplazo del 50% de los pensionados es menos del 20% de su último salario, subiendo a un 40% si se considera el Aporte Previsional Solidario. Recordemos que la promesa del Sr. Mercedez Benz fue que estas serían de entre un 70 a un 80% . Pero en realidad lo que esconde su defensa al sistema no son las pensiones, pues ese no era el objeto cuando se crea, lo que nace es una adecuación a nuestro tristemente conocido modelo neoliberal que se nutre de los Fondos de Pensiones que mañosamente dirigen las AFP, para entregárselas a las Corporaciones Empresariales, quienes invierten en jugosos negocios rentables y donde esas rentabilidades no se trasladan ni existe la necesidad u obligación de hacerlo, a mejores salarios que permitan la posibilidad real de ahorro y así percibir mejores rentas de pensiones en el futuro. En síntesis, llevar la discusión a mejorar las pensiones con el mismo sistema, es una falacia evidente. El sistema amparado en la ley 3.500 lo que hizo fue generar una estructura financiera que permitiera la sustentabilidad macroeconómica del pais a través del crecimiento y desarrollo económico y que finalmente se disputan los que conforman el 1% que se queda con el 26,5% de la riqueza del país, según la Cepal.
Una segunda falacia es cuando la discusión se traslada hacia la réplica a favor de la existencia de las AFP con el argumento que el sistema de Reparto no funcionó, es más, quebró porque las entidades atomizadas, no tenían fondos suficientes para cubrir la demanda de pensiones. ¿Alguien con argumentación seria, ha expresado que hay que volver al sistema de reparto?. Nadie. Entonces discutir si el sistema de reparto es mejor o peor que las AFP es una falacia inconfundible que sólo pretende encubrir la verdadera discusión de fondo, esto es como erradicar el sistema de las AFP con todos los adornos que le colocaron moros y cristianos en el Congreso y Gobierno de turno desde 1990, cada uno a su tiempo.
El problema que tienen ahora gobierno y legisladores, le llamen como le llamen al 18 de octubre de 2019, es que la conversación cambió. Los Hombres de Paja crearon corazas, ahora tienen sentimientos, sangran y lloran, y también se rebelan ante el argumento falaz y requieren respuestas sinceras a partir del reconocimiento que las AFP no eran para sustentar sus pensiones, tenía una mentirilla escondida en el regazo.