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Centro de Investigación Cebima busca recursos para asegurar financiamiento a largo plazo

Domingo 20 de Diciembre del 2020

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– Universidad de Magallanes y Universidad Católica dispusieron recursos para cubrir el mantenimiento de las operaciones, pero se postulará a proyecto basal que asegure mayor inyección de dinero a largo plazo.

Rolando Martínez

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Pedregoso ha sido el transitar, durante su primer año, del Centro de Biomedicina de Magallanes, que nació al amparo de la Universidad de Magallanes y de la Pontificia Universidad Católica para desarrollar investigaciones con el objetivo de contrarrestar patologías frecuentes en la región como la obesidad, alzheimer, diabetes, falta de vitamina D y desarrollar nuevos fármacos a partir de plantas de la región subantártica y antártica.

La falta de recursos es un hecho y se hace urgente una mayor inyección de dineros regionales, nacionales o internacionales para asegurar su vida a largo plazo o, de lo contrario, sucumbirá en menos tiempo.

Es la preocupación permanente que tiene el director el Cebima, neurobiólogo de la Universidad Católica, Nibaldo Inestrosa, quien admite que las cuarentenas por la pandemia del Covid-19 ralentizaron un poco el funcionamiento del centro, pero que igualmente fue un año de resultados.

“Una de las cosas que no hemos podido hacer es conseguir financiamiento del gobierno regional. No porque no haya querido el gobierno regional, sino que porque formalmente no hemos hecho ninguna petición, pero se entiende que cuando se entrega un edificio así alguna plata para funcionamiento tenemos que tener. Muchas cosas se han realizado con recursos del programa Care (Centro de Envejecimiento y Regeneración de la UC) acá en Santiago. Ese es un punto concreto para lo cual estamos viendo opciones con un proyecto grande de investigación”, explica Inestrosa.

El académico e investigador divide en tres puntos cruciales las acciones desarrolladas por el Cebima, que en tiempos normales debiera funcionar con unas 35 personas y en este año anormal de emergencia sanitaria lo hizo con cuatro investigadores y cuatro personas de apoyo logístico y administrativo.

Si alguien pensara que el Cebima está desaparecido hasta ahora, lo refuta porque han tenido 22 apariciones en medios locales y nacionales, además de charlas realizadas a colegios en el marco Explora y de manera independiente.

Paralelamente han estado definiendo opciones de trabajo con algunas instituciones y en otros ya activos como el vínculo con el Centro de Rehabilitación y otros proyectos orientados con gente del Hospital Clínico de Magallanes para avanzar en endocrinología, neurología y para estudios en torno al mismo Covid-19 como se planteó a mediados de año.

Además, se reunió con el director del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias, Francisco Sales, para evaluar futuras indagaciones del avance del alzheimer en corderos.

Igualmente se inició una interacción con Senda que evalúa el tema de las drogas, el alcoholismo, generándose un proyecto importante sobre los efectos del alcoholismo en el sistema nervioso.

Postulación a proyecto basal para más recursos

Nibaldo Inestrosa detalla que durante el año publicaron 21 papers o artículos, una cantidad similar a lo realizado en los últimos dos años y habrá que ver cuánto generarán en nuevas publicaciones científicas durante 2021, aunque ya cuentan con 15 papers enviados.

Además, recuerda que tuvieron una fallida postulación a un proyecto Milenio y ahora postularán a una iniciativa basal que les permita obtener recursos cercanos a $6 mil millones por poco más de una década de cobertura. Dice que es similar al que ha tenido para dar vida al Centro Care que expira en julio de 2021 y se prolongó durante 13 años.

“La idea es tener un proyecto en Punta Arenas, lo cual es difícil igual porque los santiaguinos agarran todos los proyectos grandes. Acá meteremos el argumento de la descentralización que es un centro nuevo y que se buscarán productos naturales en la región subantártica y antártica. Nadie que haga biomedicina en Chile está utilizando productos nuestros, sino más bien cosas del extranjero”, sostiene Nibaldo Inestrosa.

Recuerda que en el proyecto basal uno postula siempre y cuando sea capaz de conseguir el 20% de lo que está pidiendo. “Estamos consiguiendo los recursos frescos por empresas, estamos tratando de conseguir algo en Magallanes. Tenemos unos contactos con empresas, algunas que ya nos han ayudado. Si todo anda bien debiéramos obtener entre $900 a $1.000 millones al año. Deberíamos tener plata por 5 mil a 6 mil millones en promedio”, explica.

Además, destaca que la operación mensual del  Cebima está asegurada para dos años con los aportes de la Universidad de Magallanes y la Universidad Católica, considerando que el mantenimiento mensual se aproxima a los $50 millones.

Inestrosa agrega: ”Hay que asegurar financiamiento y la Umag siempre ha tenido poca plata. Lo mismo le pasa a la Católica. Necesitamos conseguir recursos con empresas o con proyectos basales. Necesitamos ayuda de la comunidad que le interesa la biomedicina”.

El edificio donde está el Cebima es el mismo donde funciona el Centro de Asistencia Docente e Investigación de la Umag, hoy uno de los laboratorios de análisis de los PCR contra el coronavirus.

El pasado jueves los rectores de la Umag, Juan Oyarzo y de la UC, Ignacio Sánchez, suscribieron un nuevo convenio de cooperación en investigación, innovación y transferencia de recursos para el Cebima. Este reemplaza al acuerdo suscrito el 23 de noviembre de 2014 cuando se echó a andar este proyecto.

“Los socios fundadores somos Católica y Umag y la idea es que esto trascienda a más universidades porque nosotros necesitamos confirmar un grupo de 10 a 12 investigadores independientes para lo cual ya no podemos seguir sacándole plata ni a la Umag ni a la Católica. Pero hay mucha gente interesada de la Universidad Andrés Bello, de la Universidad del Desarrollo, la San Sebastián, la Universidad de Santiago de Chile”, explica Inestrosa, independiente del interés de universidades extranjeras como de la Universidad de Bordeaux de Francia, entre otras.

Reflexiona que se terminará el Covid-19 con la vacuna, pero seguirán la diabetes, el cáncer, el alzheimer. “Yo espero que la comunidad científica chilena, el Ministerio de Ciencias y la Agencia Nacional de Investigación y de Desarrollo (ex Conicyt) ayuden y además que tengamos una ayuda local porque esto repercutirá en la problemática local que se relaciona con la biología de los magallánicos con déficit de vitamina D, obesidad, cáncer de colon”.