Necrológicas

En la ciudad de las filas, ¡el distanciamiento social no existe!

Martes 22 de Diciembre del 2020

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No sólo del mall y Zona Franca vive el ser humano, porque ayer en el inicio de la semana de Navidad fueron cientos los magallánicos que llegaron hasta las tiendas comerciales de calle Bories.

¡El distanciamiento social no existe!, manifestaba a viva voz un vecino, con mezcla de sarcasmo y molestia. La sonrisa tras la expresión delataba su estado de ánimo y reflejaba fielmente la “postal” que se apreciaba ayer no sólo en el BancoEstado de Plaza Muñoz Gamero,  sino que también en buena parte del comercio del centro de Punta Arenas.

Salvo por las largas filas, lo observado no dista mucho de años anteriores en víspera de las fiestas de fin de año. Pasadas las 10 horas la calle Bories comenzó a atestarse de personas que se debatían entre comenzar por las compras o hacer trámites. El principal punto de encuentro era la tienda Corona. Decenas de personas esperaban ingresar seducidas ¿por ofertas? El único indicio de lo anterior era un cartel en el frontis dando cuenta de “2×1”, al costado de otro que establecía un ingreso máximo de 40 personas.

Luego de 20 minutos en la fila que daba la vuelta hasta calle Chiloé, para muchos la mejor opción era desertar. “Pasé a ver si hay ofertas, aprovechando que bajé para hacer trámites. No pensé que había tanta gente y tanta lentitud. Mejor hago trámites y vuelve más tarde”, señala la joven Fabiola Mansilla, quien rauda cruzó hasta Correos.

Lo que se apreciaba en las dos tiendas Tricot (tanto para damas como varones) tampoco distaba de lo anterior. Nada que hiciera pensar en ofertas fuera de toda lógica y 10, 20, 30, 40… personas esperando por el ingreso.

A escasos metros la espera era menor para entrar a las farmacias, mientras los pequeños emprendedores comenzaban a acomodar sus productos en los módulos dispuestos por el municipio en el cerrado tramo (para el tránsito vehicular) de Bories a pasos de Waldo Seguel. Prácticamente es el retorno a la atención después de un inicio donde prácticamente vendieron todos sus productos, limitados a frutas y verduras. “Fuimos rigurosos con eso, porque en la partida sólo fueron productos esenciales y había que contar con el certificado sanitario correspondiente”, explicó el alcalde Claudio Radonich, agregando que desde ayer comienzan a sumarse a Bories nuevos emprendedores con otro tipo de productos. “Lo más importante es que la iniciativa ha resultado todo un éxito, con algunos que vendieron todo lo que instalaron en cosa de horas”, enfatizó.

Venta ambulante

Ya en el tramo que va de José Menéndez a Avenida Colón (incluyendo el bandejón central) los vendedores ambulantes efectuaban las primeras ventas de la jornada. Patricio López destacaba que “ando buscando algunos regalos pequeños (compraba un cinturón), ya mañana veré si me atrevo a ir al mall o Zona Franca, pero para eso hay que tener tiempo y paciencia”. Aquí, justamente, es posible encontrar desde el artículo más pequeño hasta el regalo más impensado, y sin hacer fila.

Al margen de la espera, aquí y allá, el denominador común es el “cero” distanciamiento social que se aprecia, aunque donde más llama la atención es en las afueras del BancoEstado. Al margen de la espera, que llega hasta el edificio Enap, resulta inexplicable la aglomeración de personas en la esquina frente al ingreso principal de la sucursal bancaria. La gente no quiere hablar y la molestia es evidente, sólo el grito que da inicio a esta nota rompe lo que parece la somnolencia por una larga espera.

Más aún, el sistema de tarjetas plásticas sufrió durante la mañana problemas que afectaron las operaciones. Un comunicado emitido por el BancoEstado dio cuenta que durante la mañana de este lunes se registró una caída en el funcionamiento de los sistemas del banco que afectó los canales de atención. “El incidente se produjo por la interrupción de los servicios de comunicación prestados por terceros, el cual ya se encuentra solucionado”, señala.

Una situación de espera similar se apreció en la agencia de encomiendas, en Magallanes esquina José Menéndez y, peor aún, en Caja de Compensación Los Héroes.

De vuelta ya en el centro, cerca del mediodía, la impaciencia había cobrado varios desertores en las grandes tiendas: Sin embargo, el recambio no se haría esperar. A eso de las 15 horas el mismo cuento, la misma historia.