Necrológicas

Unas vacaciones entre melodías de piano y guitarra

Jueves 25 de Febrero del 2021

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Los veranos son sinónimos de descanso, relajo, juegos, nuevas actividades y en ningún caso equivalen a clases. Salvo excepciones. Hay veces en que son tan entretenidas que no parecen tener la carga del resto de las actividades lectivas del año. Por eso, no hubo vacaciones para la academia Scherzo, dirigida por el profesor Jorge Huidobro Durán, que ha continuado trabajando, durante enero y febrero, con sus estudiantes, en clases personalizadas de una hora de duración. Por el momento, se desarrollan en formato online, pero la idea es retomar pronto las clases en Condell 0854, villa Los Españoles.

Piano y guitarra son los instrumentos preferidos por los chicos, que además de tocar, han aprendido a leer partituras y un poco de historia de algunas de las composiciones con las que trabajan. El docente, con una trayectoria de treinta años en Magallanes, explicó que “en relación al resto del año, baja un poco la cantidad de alumnos, pero en este año de pandemia ha aumentado el número de estudiantes que quieren hacer música. Ahora en verano estoy trabajando con 24 chicos y durante el año, unos 37, por ahí. Las clases son todas individuales. Los textos de guitarra son de mi autoría y los de piano, hay uno que también es creación mía, de introducción a la lectura musical en piano y de ahí en adelante uso el Método James Bastien”.

Hay casos, como el de Camila Vera Tapia, que lleva diez años en clases de piano en la academia. La estudiante de tercero medio del Colegio Charles Darwin entró cuando tenía apenas cinco años, y destaca la manera en que el docente desarrolla sus clases, aunque haya tenido que adaptarla al formato virtual. “El profesor hace todo lo posible para que puedas lograr lo que quieres. Nos enviaba las partituras y practicábamos. Igual resultó todo bien, porque voy más avanzada, pues hay gente que entró el año pasado solamente”.

Javiera Azaldegui entrará a quinto básico en el Liceo Nobelius. Lleva cuatro años en la academia, a la que ingresó con 6 años. Siempre junto al piano. “Se aprende harto en la academia, porque además de la música, el profesor nos explica algunos aspectos de la historia o significado de algún tema. Ha costado trabajar online, pero ha resultado, el profesor tiene harta paciencia”. Aunque la posibilidad de seguir en clases durante el verano era optativo, decidió continuar, porque “quería avanzar más. Nosotros tocamos más clásico, pero igual vemos otros estilos”.

En tanto, Millaray Navarro, estudiante de quinto básico en el Colegio Miguel de Cervantes, se inclinó por aprender a tocar guitarra, ingresando en octubre de 2020 a la academia. “Siempre me ha gustado la música, pero es primera vez que intento aprender un instrumento. Me gustan varios estilos y he aprendido a tocar canciones de Violeta Parra y otros del folclore. Es distinto a las clases que tenemos en el colegio, porque ahí se enseña para todo el curso, pero en la academia es más personalizado”.

Otro pianista en ciernes es Bastián Oyarzún, que cursa segundo básico en el Colegio Alemán. En junio del año pasado comenzó a participar de las clases, obviamente en formato online, las que ha continuado desarrollando durante el verano. Su mamá reconoce que lo inscribió porque al ser muy inquieto, el aprendizaje de un instrumento musical podía entregarle más sosiego. Además, destaca que el profesor Huidobro “tiene paciencia, ayuda a practicar; es una persona muy amena con los niños y adecua el proceso para beneficiar el aprendizaje”.

Poco tiempo también lleva Luciano Valenzuela, apenas 4-5 meses. El estudiante de séptimo básico en el Colegio Cruz del Sur aprendió flauta en el colegio, pero ahora se encuentra aprendiendo los secretos de las melodías que regala el piano, “es súper entretenido y no tan difícil. Estuve en clases durante enero y en febrero descansé. Las clases son muy variadas y el señor Huidobro es buena persona y buen profe”.

La estudiante de quinto básico del Liceo Nobelius, Matilda Barría opinó que lleva dos años en la academia practicando piano y que aunque ha sido todo muy distinto, “no ha sido difícil, el profesor es entretenido y tiene paciencia”. Su mamá destaca el uso que el docente ha hecho del Método Bastien, que le ha permitido a la estudiante aprender desde lo básico a tocar temas de intérpretes reconocidos, pasando desde la teoría a leer partituras, reconociendo acordes, escalas y desarrollando ejercicios. “Una de las canciones que aprendió es ‘Hello, my baby’, de las caricaturas de Looney Tunes, la de la ranita”, apuntó la mamá de Matilda.

Finalmente, Ignacia Montenegro, estudiante de séptimo básico en la Escuela La Milagrosa, partió con guitarra y después se sumó a las clases de piano. Comenzó a ir a la academia en enero del año pasado y el proceso ha sido difícil, reconoce, pero valora la labor del profesor, que “es muy bueno, corrige, te ayuda a mantener la postura, y aunque es exigente uno aprende muy rápido”.