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Marcelo Navarrete: “Una de las posibilidades es que el Covid-19 se transforme en un virus endémico”

Lunes 24 de Mayo del 2021

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Para el médico es fundamental continuar con el proceso de vacunación, para alcanzar un equilibrio en la convivencia. De esta forma, es fundamental mantener las medidas de protección, siendo la más importante la del uso de mascarillas correctas, ventilación de espacios y evitar aglomeraciones.

Punta Arenas, Natales y Porvenir entran a su tercera semana de la tercera cuarentena total que vive su población desde que comenzó la pandemia por el Covid-19. Aunque el objetivo era bajar las cifras de contagios, la positividad y uso de camas críticas, lo cierto es que desde que se aplicó nuevamente la severa medida del Plan Paso a Paso del gobierno, el panorama prácticamente no ha variado. Los contagios están normalmente bordeando el centenar, y la positividad varía entre 7% y 11%. Más que bajar, pareciera que la situación se estancara, pero la amenaza del invierno y su aumento de enfermedades respiratorias, acecha a la comunidad. Mientras tanto, los controles a la movilidad de la población sí han disminuido, lo cual es notorio a cualquier hora del día.

Ajenos a todo ello, en el laboratorio del Centro Asistencial Docente e Investigación, Cadi, de la Universidad de Magallanes, analizan las muestras, observan cómo se comporta el virus y las variantes que puede adoptar. El coordinador del centro, el doctor Marcelo Navarrete resume que en este año de trabajo, se definieron tres áreas: apoyo al diagnóstico, a las terapias y al monitoreo epidemiológico. “El primero fue principalmente las PCR pero también se trabajó en test de anticuerpos por técnicas cuantitativas. En el área terapéutica, trabajamos en el protocolo de plasma para un grupo seleccionado de pacientes con mayor gravedad, con una red a nivel nacional y en los aspectos de apoyo al monitoreo epidemiológico, hicimos un programa piloto para la vigilancia genómica, que comenzamos en abril-mayo del año pasado”, sintetizó.

Respecto de esta última área, Navarrete indica que consiste en tomar casos positivos de manera aleatoria, para tener un muestreo representativo del virus que estaba circulando en la región y luego, a través de la técnica de secuenciación paralela masiva, se lee toda la secuencia genética de las 30 mil bases que la componen, lo cual permite clasificarlo a qué linaje pertenece y cuántas mutaciones nuevas van apareciendo, lo que se va monitoreando. “Lo que vimos el año pasado, coincidiendo con esta gran ola, que nos llevó a ser la cuarta región con mayor incidencia del planeta, apareció un linaje con mutaciones que no estaban presentes en otras partes; parecía haber cierta adaptación local de una variante, que luego seguimos estudiando y vimos que la proteína espiga, que es la que usa para unirse a las células, tenía una mutación que le confería ciertas ventajas”, detalló Navarrete, lo que explica el alza de contagios entre septiembre y diciembre del año pasado.

La razón de esto sería natural, porque “esta variante del coronavirus tipo 2 es nuevo y se está adaptando a convivir con nosotros, y en ese proceso, van apareciendo cambios, mutaciones, variaciones en la gravedad de las infecciones, hasta que se logra cierto equilibrio y una de las posibilidades es que se transforme en un virus endémico. Y eso para porque el inicio de la pandemia es el periodo de ajuste de convivencia entre las dos especies, hasta que alcancemos un equilibrio natural o artificial favorecido por las vacunas”, proyectó.

Aunque la posibilidad de que el virus vaya haciéndose más agresivo, el doctor Navarrete sostiene que “en general, el proceso de adaptación hace que las especies convivan entre sí. Si es demasiado letal, tampoco le ‘conviene’ al virus, porque necesita un huésped para reproducirse, por lo que en cierto momento, se logra un equilibrio”.

Cepas y mutaciones

Mucho se ha hablado en el último tiempo en el mundo, de nuevas cepas y más localmente, de variantes. “Hay todo un tema con las nomenclaturas, que ni siquiera hay un consenso completo en la comunidad científica. Pero lo cierto es que todos los cambios con respecto a la cepa original o salvaje, que fue la primera que se identificó en Wuhan, cada cambio se clasifica como una mutación. Un grupo de mutaciones genera una nueva variante, cuando se acumulan varias mutaciones con cierto efecto. Ahora, hay variantes sin relevancia, otras que son silentes y es prácticamente, el mismo virus. Hay otras, que le confieren cierta ventaja y llaman la atención, por lo que se llaman variantes de interés y el tercer nivel, es el de las variantes de preocupación que es cuando ese set de mutaciones da origen a una variante que provoca un cambio epidemiológico-clínico importante. El ejemplo típico es Reino Unido o la variante de Manaos, que generan una explosión de casos y se empieza a detectar en distintas partes del planeta. Lo que ocurrió acá fue un fenómeno contenido geográficamente y es probable que la adaptación haya sido buena para la zona, donde hay poca competencia, porque estamos aislados, pero las otras variantes son más ventajosas. Como fue un fenómeno local, contenido, que no se propaga es quizás de interés local, pero en términos de epidemiología, no llega a ser preocupante”.

– Eso claro, para la percepción mundial, pero para la gente de la región, ¿qué podría significar?

– “Es un fenómeno complejo, con varios factores. Ciertamente, es un virus de transmisión interhumano, entonces indudablemente, el factor social es innegable, y un determinante en cómo avanza la pandemia. Otro factor a tener en cuenta, es la biología intrínseca del virus. En este momento, empieza a circular en la región la variante de Manaos, que tiene una tasa de propagación más alta y por otra parte, tenemos la tan ansiada inmunidad, a través de las vacunas, que por lo que vimos en las que tenemos disponibles, son tremendamente efectivas en prevenir la gravedad y la muerte, pero no así para prevenir la transmisión”.

Es por eso que el exitoso proceso de vacunación desarrollado en el país y, puntualmente, en la región puede crear una sensación de que, al ser los síntomas menos graves, no se le tome al virus la importancia que requiere y así, las personas puedan contagiar sin darse cuenta y sin saber, siquiera, que están con el virus. “Ese fenómeno genera un grado de confianza, que todos lo sentimos, y que hace que uno relaje ciertas medidas, y la propagación sigue”, recalca Navarrete, que apunta al progreso del proceso de inmunización, pero en paralelo, cortar las cadenas de transmisión.

Pero, ¿por qué casos como el de Reino Unido, que aparecían como tan graves tienen ahora a Inglaterra abriendo sus puertas y con gente viviendo prácticamente de manera normal? Y aunque para este éxito influyen varios factores, para Marcelo Navarrete hay uno muy claro: “En este momento, Reino Unido tiene el programa de vigilancia genómica más grande del planeta, entonces desarrolla una herramienta muy importante para decidir e ir monitoreando y controlando. Y también el plan de inmunización de Reino Unido es de primer nivel”. Caso contrario al de India, que preocupa porque “este fenómeno de adaptación del virus se acelera mientras más contagios haya y generando nuevas variantes que puedan preocupar”.

Mensaje a la comunidad

Todo esto está dentro del ámbito científico, pero ¿qué queda para las personas en su vida diaria con todos estos antecedentes? Para el coordinador del laboratorio Cadi Umag, “es angustiante que no logramos tener un descenso sostenido, como el que se logró un tiempo”.

Al respecto, hay nuevamente, factores diversos a considerar. “Quizás la Región de Magallanes es la que mayor precisión en el diagnóstico local tiene, la que toma mayor cantidad de muestras por habitante. Innegablemente, buscar más hará que encontremos más. Por otra parte, se nos avecina la época en que el clima nos obliga a estar adentro, entonces tratemos de mantener la mayor ventilación posible, lo que cuesta mucho; y lamentablemente, no contamos con los espacios abiertos de esparcimiento de otras regiones. Por eso, las aglomeraciones, por más que sean pequeñas, siempre van a contribuir a los contagios”.

Sobre otras medidas que ha adoptado la comunidad, como sanitizar superficies, usar la mascarilla, lavarse las manos con alcohol gel, entre otras, Marcelo Navarrete estima que como la principal vía de transmisión es aérea y no por contacto, “no es que no exista, pero el riesgo es menor. Entonces, el lavado de manos y alcohol gel es una medida suficiente. Si hay que poner refuerzo a algo es usar buenas mascarillas, de uso clínico quirúrgico o las N95, son mucho más importantes que interfiriendo en una superficie de contacto, donde las chances no son tan altas. No está mal, pero el riesgo es mucho menor. Sí es mucho más probable contagiarse al utilizar una mascarilla de tela que haya sido lavada muchas veces, me preocuparía más por eso que por estar echando amonio cuaternario en las superficies”.

Pero claro, las personas no pueden estar comprando mascarillas desechables de forma permanente, por lo que en primer lugar, recomienda que primero, deben estar bien puestas, “porque si no están tapadas las fosas nasales o la boca por completo, la utilidad es muy baja. El segundo factor es el tipo de mascarilla, pero obviamente no hay presupuesto para estar cambiando todo el tiempo, pero las N95 duran tres días de uso continuo. Si uno está en la casa, no la necesita, entonces esos tres días se cuentan en 72 horas de uso, entonces si uno puede adquirir algunas, las puede utilizar en instancias de mayor riesgo, como ir de compras al supermercado. Ahora, si tengo que salir a caminar o entrar unos pocos minutos a un negocio o conversar al aire libre, ahí puedo usar cualquiera de las otras opciones sin ningún inconveniente. Es ir balanceando entre tener la mayor protección cuando haya más riesgo. Lo que hemos aprendido es que la principal vía es inhalatoria, entonces no es tan influyente el tema de la protección de los ojos, pero lo fundamental es distancia y ventilación”, finalizó el doctor Marcelo Navarrete.