Necrológicas
Once niños han tenido instrucción escolar a pesar de su enfermedad y de la pandemia

Ir a clases entre controles médicos y problemas graves de salud

Martes 3 de Agosto del 2021

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Mamás valoraron el trabajo del Aula del Hospital Clínico de Magallanes.

“La ‘Jo’ entró al aula hospitalaria, después de muchos intentos en colegios regulares. La inscribí en el mismo colegio en que estaba mi otro hijo, pero la verdad es que no están preparados para atender a niños con necesidades especiales”. Con estas palabras Estercita Salcedo da cuenta de lo que significa para ellos el Aula Hospitalaria del Hospital Clínico de Magallanes, donde asisten sus dos hijos.

Su hija Jhosefina Ojeda es alumna de tercero básico, ella tiene una alergia alimentaria severa, por lo que vive conectada a una bomba de infusión continua y cada tres horas debe alimentarla con la leche especial por un botón gástrico. La “Jo” además tiene epilepsia y autismo y padece otros problemas médicos que la mantienen en controles médicos y que cada tanto implica que debe viajar a Santiago.

“El trastorno del espectro autista fue un grave problema en el colegio. La ‘Jo’ no quería ir con uniforme, quería ir con ropa roja porque ella es detonante al rojo. Hubo tres juntas médicas en el Hospital Clínico con el colegio, pero ni aun así accedieron, nunca hubo un trato para ella”, comentó la mamá, quien explicó que fueron los especialistas los que la derivaron al Aula Hospitalaria, donde pudo compatibilizar sus clases y sus tratamientos de salud.

Su otro hijo Ignacio, de quinto básico también tiene alergia alimentaria y otras enfermedades, pero asistía a la educación regular. “La situación se agravó en pandemia y el colegio regular sólo enviaba guías y mi hijo cayó en un trastorno disociativo y en una depresión muy grande. Ello fue fruto de que los colegios regulares no se estaban conectando y no canalizaron el daño a los alumnos. Pero, también tuve la facilidad de ingresar por unos meses para que pudiera ver niños y conectarse”, comentó.

“Muchas veces los colegios tradicionales me dijeron que me iban a denunciar, me cuestionaron hasta por lo que comían y Jhosefina también se siente muy cómoda porque nadie la discrimina. En los colegios regulares, me piden ser psicóloga, profesora, mamá y hacer de todo porque me enviaban las guías y me cuestionan. Acá se preocupan y esa es la diferencia”, comentó reconociendo la falta de apoyo en pandemia.

Martina Mancilla también asiste al Aula Hospitalaria. Su abuela Sandra Arteaga reconoce que en el caso de su nieta es súper importante porque ella tiene hospitalización domiciliaria. “En pandemia cobró más importancia porque los acerca a los establecimientos educacionales a ella y se evita exponerla. El aula ha sido un apoyo invaluable y el profesor tiene mucho contacto con los apoderados y conoce a cada uno de sus niños”, dice.

Martina estuvo cinco años en la Unidad de Cuidados Intensivos de Pediatría en el Hospital Clínico de Magallanes. La niña nació con una hidrocefalia, por lo que a los pocos días de nacida hubo que instalarle una válvula derivativa. No obstante, en el 2013 una falla en el dispositivo le generó hipertensión cerebrovascular, por lo que debió ser conectada de urgencia a un ventilador mecánico, hasta que el marcapasos diafragmático le permitió dejar el hospital. De manera que para ella, el apoyo del Aula Hospitalaria es fundamental.

El Aula Hospitalaria

Las Aulas Hospitalarias son establecimientos educacionales reconocidos por el Ministerio de Educación, generalmente ubicados dentro de los recintos de salud, que entregan educación compensatoria a niños con alguna enfermedad, en forma permanente o transitoria. Acogen a estudiantes desde preescolar a cuarto medio.

La directora de Fundación Inclusiva, Carolina Bahamonde, comentó que han estado trabajando de manera telemática desde el inicio de la pandemia y, aunque ahora se ha ido normalizando, en la mayoría de los establecimientos se va a continuar trabajando de esta manera.

“Estamos a cargo del aula hospitalaria en el Hospital Clínico de Magallanes desde el año 2020 y, por lo tanto, estuvimos trabajando presencialmente por muy poco tiempo, aunque, como parte del convenio con el hospital, nosotros contamos con un espacio físico allí, el que ahora se está usando como instalación sanitaria… El Hospital Clínico nos envió un decreto donde nos informó que no tenemos autorización de ingresos por la reestructuración que está teniendo el hospital y vamos a seguir en clases telemáticas. Aunque estamos evaluando complementar con clases domiciliarias”, dijo.

Trabajan con 11 niños, con enfermedades crónicas y críticas en distintos cursos. Los alumnos son derivados por el médico tratante que suscribe la enfermedad. “Este método se va adaptando a las necesidades médicas y de horario de todos los estudiantes. Todo depende del estado de salud en que se encuentren los niños, por lo que es un sistema bien flexible”, explicó Carolina Bahamonde.