Aumento de los intentos de suicidio

Por diversas consideraciones, en nuestra sociedad persisten los denominados temas tabú, aquellos de los cuales no se habla en los hogares y pocas veces se abordan en el colegio u otras instancias en que las personas sociabilizan.

El embarazo precoz y el aborto, la violencia intrafamiliar, las enfermedades catastróficas, la muerte y la eutanasia son temas que poco a poco se están poniendo sobre la mesa, en la medida de que la sociedad va aceptando que tales problemas y situaciones existen y persisten y se van produciendo cambios culturales y legales que buscan, primero, prevenir y, luego, dar un amparo necesario a quienes están frente a estas disyuntivas.

Pero, existe otra temática respecto de la cual la conducta familiar e institucional es soslayar su debate: el suicidio. Por su enorme carga emocional, parece que a todos les resulta más fácil no hablar.

Incluso los medios de comunicación han aceptado la premisa de que es desaconsejable informar sobre estos casos, al sostenerse que la publicidad de éstos puede alentar la conducta suicida en aquellas personas que están sumergidas en cuadros de desesperación y tormento.

Sin embargo, las estadísticas son claras y ya no permiten que sigamos bajando la cabeza sobre este problema.

Desde 2013 la seremi de Salud asumió liderar el sistema de vigilancia de intentos de suicidio y en 2018 se constituyó la Mesa Regional Intersectorial para la Prevención de Suicidio.

Los últimos informes indican que 169 personas buscaron quitarse la vida en Magallanes sólo en el primer semestre de este año. En 2020, se registraron 115 intentos.

Este aumento debe preocuparnos como magallánicos, sobre todo porque la mayor proporción de personas que buscan quitarse la vida son niños y jóvenes.

Llegó la hora de hablar sobre este tema, mucho más cuando se sabe que la conducta suicida es prevenible y que en ello tiene un gran rol la comunidad.