Necrológicas

El radical cambio del escenario político

Por La Prensa Austral Lunes 29 de Noviembre del 2021

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as elecciones del pasado domingo 21 de noviembre implicaron un cambio en el escenario político nacional, con un reacomodo de fuerzas y el surgimiento de nuevos actores en la parrilla de los partidos políticos legales.

En sólo seis meses, todo pareció mutar. La derecha resultó fuertemente golpeada en los comicios de gobernadores regionales y también respecto de la conformación de la Convención Constitucional.

Los independientes, muchos de ellos reunidos en la denominada Lista del Pueblo, irrumpieron con fuerza en el proceso, hecho que, si se seguía con atención lo que venía sucediendo desde el estallido social, no debió haber extrañado, por el fuerte cuestionamiento ciudadano a la acción del Ejecutivo y del Congreso.

Tras la instalación de la Convención Constitucional, las fuerzas tradicionales resintieron la pérdida de control de dicho cuerpo colegiado y comenzó un camino ripioso de buscar acuerdos al interior del grupo de convencionales, especialmente para la derecha, sector que fue tratado como un paria.

Hoy, todo ha cambiado. Nuevamente fue relevante la arremetida del mundo de independientes en las elecciones parlamentarias. Quienes postularon fuera de pactos políticos o sin el apoyo partidario lograron gran representación. Pero esta vez, más que la derecha, los más relegados fueron los partidos de la otrora era concertacionista.

Y así como la Lista del Pueblo fue la estrella rutilante en las elecciones de convencionales, en los pasados comicios impactó el Partido de la Gente, de la mano de un candidato excéntrico, cuyos votos están siendo coqueteados por los postulantes presidenciales en su frenética carrera hacia La Moneda.

La derecha tradicional (RN, Udi, Pri y Evópoli) más el Partido Republicano resurgieron cual ave Fénix. Del magro 28,8% de representación en la Convención Convencional, este sector pasó al 43,8% en la Cámara de Diputados y al 50% en el Senado.

Se tiende a un reequilibrio que forzará a los convencionales más extremos a tener que morigerar su lenguaje y peticiones.

Para quienes temen el escenario de polarización que parece haberse abierto por los dos candidatos presidenciales que se medirán en el balotaje, este reacomodo de fuerzas les permitirá respirar más tranquilos, pues quien resulte Presidente de la República el próximo 19 de diciembre no podrá llegar con una agenda desequilibrante ni arrasadora, ya que tendrá necesariamente que negociar con el Congreso.