Creador magallánico presentó intervención artística junto a artista francesa en Europa
“The hair virgin” (la Virgen peluda) se titula la instalación de arte presentada en Santiago y en París, en octubre y noviembre pasados, respectivamente.
La intervención artística corresponde a una iniciativa de la francesa Andrée Weschler y el artista plástico magallánico Javier Canales.
Ambos profesionales llevan un par de años colaborando en proyectos conjuntos.
Weschler cuenta con un nutrido currículo en variadas obras, en las que utiliza el cuerpo físico y activo como herramienta para el descubrimiento. Tal como ella lo señala, “explorando los límites de las construcciones ideológicas sociales aceptables”. En ese contexto, expande su quehacer en el performance, video, fotografía e instalación. Y su experiencia artística la ha llevado desde 2003 hasta ahora por destinos como Seúl, la capital de Corea del Sur; Singapur; Tokio, Japón; Berlín, Alemania, París, Francia; y Santiago de Chile.
Comenta que “un día encontré por casualidad una imagen de la hairy virgin (virgen peluda) y su historia. ¿Por qué me llamó la atención esta historia? ¿O fue sólo el título lo que me llamó la atención? ¿O fue la imagen? Desde el año 2000 trabajo en ‘The Hairy Virgin’. Al principio hice una serie de fotografías de axilas peludas, que proyecté al aire libre, a gran escala en las paredes de los edificios de Ginza, en Tokio. Posteriormente hice una instalación con maniquíes y finalmente en 2003, en Seúl, hice mi primera representación artística, llamada ‘The Hairy Virgin’, y en Santiago de Chile, la última, hace unas semanas”.
En el caso de Javier Canales, éste se encargó de documentar la acción de arte de Andrée Weschler en París y en Santiago, con fotografía y video en distintos espacios comunes, de tránsito y movimiento, con resultados muy diferentes. La gente, la cultura, la arquitectura, la política y la historia de estas dos capitales tiene referentes muy distintos.
“Mi impresión fue mayor en París, por la reacción de la gente, muy individualista, distante y fría, caso sin resistencia a la acción, con mucha distancia y respeto observaban y fotografiaban mientas Andrée deambulaba por las calles y puentes de esta gran capital francesa. En Santiago, hubo más temor por las reacciones, miradas, gritos y mayor conocimiento de no que pudiera suceder, pero aun así una gran experiencia”, señaló Canales.
Sobre la instalación de arte, precisó que en ella “no existe restricción, ni un guión. Es una intervención del cuerpo en un espacio abierto, la obra se desarrolla en la acción, cada uno trabajando de manera instintiva, muy libre, haciendo un registro visual diferente a una galería, donde el espacio es el formato, y dentro de eso debes trabajar con otros códigos”.
¿Quién es la Virgen Peluda?
En 1560, durante el Renacimiento, un médico francés llamado Pierre Boaistuau escribió un libro titulado “Histoires Prodigieuses” (Historias extraordinarias). En su libro presenta una serie de monstruos: los describe, cuenta sus historias y explica su existencia en un mundo de tradición, ciencia, religión y superstición del siglo XVI.
La Virgen Peluda es la historia real de una niña cuyo cuerpo entero estaba cubierto de pelo, Incluso fue presentada al rey, como lo muestra el dibujo.
El médico Pierre Boaistuau explica que durante su embarazo, la madre de la Virgen Peluda había visto una estatua de San Juan que estaba cubierta con pieles de animales. Con el poder de su imaginación, la madre “transfirió” el cabello al cuerpo de su próximo bebé. La imaginación materna tiene el poder de dar forma a la progenie, se llama “imaginación monstruosa”.
Hay muchas otras historias similares en Occidente y Oriente que cuentan cómo una imagen o un color podría imprimirse en el niño que todavía está en el útero de la madre.
El mismo Pierre Boaistuau hizo todos los dibujos de su libro pero nunca había visto a la Virgen Peluda y, por supuesto, en ese momento no había fotografías de ella. El dibujo de la Virgen Peluda surge de la imaginación de un médico que vivió durante el Renacimiento… y el artista se inspiró en el dibujo de Pierre Boaistuau y la Virgen Peluda.