La nueva cofradía magallánica

Siguen resonando las anécdotas e historias relacionadas con el reciente cambio de mando presidencial que tuvo lugar el pasado 11 de marzo.

Luego de la asunción de Boric en Valparaíso, se produjeron diversos encuentros en el salón de honor del Congreso nacional. Uno de ellos fue el saludo y gran abrazo que le dio el propio Presidente a su coterráneo Alejandro Kusanovic, quien había asumido su cargo parlamentario sólo horas antes en el hemiciclo del Senado. Lo cierto es que Boric iba pasando y, en medio de tantas manos estiradas y peticiones de saludos que recibía mientras abandonaba el salón de honor, le llamó la atención la mascarilla con los colores de la bandera magallánica que llevaba Kusanovic. Le dio una segunda mirada y lo reconoció, dándole un fuerte abrazo y diciéndole que tenían que trabajar juntos.

Mientras el Mandatario se enfilaba a La Moneda, se produjeron otros encuentros entre los parlamentarios regionales: el senador Karim Bianchi, el diputado Carlos Bianchi, la diputada Javiera Morales y su colega Christián Matheson. Selfies, apretones de manos, fotos con sus nuevas bancadas… Todo ello hasta que se acercó un verdadero personaje del Congreso: el abogado Miguel Landeros Perkic, el secretario general de la Corporación. El también hijo de estas tierras australes, hizo ver que con Boric en La Moneda y un número importante de coterráneos en el Congreso -incluidos parlamentarios y funcionarios- se había creado una verdadera cofradía magallánica del poder. Claro está, sin querer desmerecer la ya tan mentada “Cofradía del Calafate”.

De paso, Landeros envió calurosos saludos a uno de sus parientes que, a mucha honra, trabaja en La Prensa Austral y El Magallanes: Alejandro Antonio Perkic Almonacid.