Necrológicas
De la autora María Eugenia Meza Basaure

En el restaurante La Luna ya está disponible el libro que reúne la historia del mítico Café del Cerro

Domingo 12 de Junio del 2022

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  • “Miles de voces dirán que no fue en vano”, recopila testimonios y sorprendentes
    fotografías de los artistas que pasaron por el local santiaguino entre 1982 y 1992.

Diez años tardó en concretarse el libro que recopiló la historia del Café del Cerro, la misma cantidad de tiempo en que este espacio santiaguino, ubicado en el barrio Bellavista, otorgó a incipientes artistas nacionales la oportunidad de emerger. La lista de grupos, cantantes y hasta humoristas que pasó por su escenario es enorme, así como las historias que vivieron tanto ellos como quienes asistían, con el temor latente de algún allanamiento o detención en esos tristes años de dictadura, en que cierta música era considerada subversiva y escondida del ojo público, sin olvidar que existía toque de queda.

Los testimonios, anécdotas, dibujos de Hervi y Guillo y un sorprendente archivo de fotografías configuran “Miles de voces dirán que no fue en vano”, con el que la periodista María Eugenia Meza Basaure estructuró la biografía del Café del Cerro.

El dueño del mítico local, Mario Navarro, ofrece a la venta ejemplares de este libro, de 400 páginas y que se encuentra disponible en el restaurante La Luna, donde pueden apreciarse vestigios de lo que fue el emblemático café.

“Hay más de cien entrevistados, habla gente de los talleres, el público, los artistas, trabajadores, artesanos que se instalaban en la calle. Esto surgió porque María Eugenia fue al funeral de Nelson Schwenke en La Calera, y al regreso del cementerio, camino a Santiago, surgió la idea de escribir el libro, a través del Consejo del Libro y la impresión corrió por cuenta nuestra. Las fotos son recopiladas por nosotros, otras aportadas por el público, se compraron archivos de La Tercera y La Nación”, indicó Navarro.

El libro parte con el contexto social en que surgió el café, en 1982, año de marcados contrastes. “Hubo allanamientos que yo no supe y que me enteré por el libro, que contó la gente del sector”, apuntó el dueño del café, cuya idea inicial era “acoger todas las manifestaciones alternativas que surgían, no solamente Canto Nuevo. Hicimos mucho jazz, todo el pop, desde Los Prisioneros a Aparato Raro, Emociones Clandestinas, La Banda 69, Nadie, Viena; mucho folclor, poesía, teatro. Siempre se vincula al café con el Canto Nuevo, pero trabajamos todo tipo de expresiones”.

Antes de la consagración

Navarro recuerda, por ejemplo, la primera presentación de Los Prisioneros.”Llegaron como el 84 y habían sacado ‘La Voz de los ‘80’ y trabajaron ahí los jueves y viernes. Hicimos el prelanzamiento de ‘Pateando Piedras’, tres jueves con ellos, antes de su presentación oficial en el Estadio Chile, y batieron todos los récords de público”. También apunta que “La Ley se formó en el Café del Cerro, porque llegó su manager, Alejandro Sanfuentes que trabajaba en fusión con Carlos Fonseca y me dijo ‘Mario, necesito una sala, porque vamos a formar un grupo y llegó Andrés Bobe, Clavería, Aboitiz y el Beto Cuevas llegó como al medio año, no estuvo al principio. El tiene palabras muy bonitas en el libro, porque recuerda al café como tocar en el living de la casa”.

Mario Navarro recuerda también la presentación de Luis Alberto Spinetta, su primera actuación en Chile la cual ya es de culto.

Como fue tanto el material, no por nada hubo 500 artistas que estuvieron en el café, que el libro viene con un código QR para ver, en formato online, un cuadernillo con los datos duros de qué día fue el que actuó tal o cual artista y cuánto público llegó.

El libro tuvo su lanzamiento oficial el 12 de abril en el Teatro Caupolicán, donde estuvieron Congreso, Schwenke & Nilo, Santiago del Nuevo Extremo, Claudio Narea, Cecilia Echenique, Carmen Prieto, Sol y Lluvia, Pipo Guzmán, Ricardo Meruane, Arak Pacha y Eduardo Gatti. “Fue mucha gente, se transmitió por streaming y en unos días más lo vamos a subir a Youtube”.

El café llegó a su fin en 1992 y Navarro no puede disimular su sorpresa de que ya sean treinta años. “Nos sorprende que se cerró y siempre ha estado presente, es un referente para los músicos. Nosotros creímos que con una democracia ya no se justificaba ese espacio, que iban a surgir nuevos, un florecimiento cultural, que el arte iba a ser acogida y los artistas que lucharon por el regreso a la democracia… y no pasó nada. Además, borraron todo el tejido social, como los medios de comunicación, no sobrevivió ninguno. La Epoca, Fortín Mapocho, Apsi, Análisis, Hoy, Cauce, no sé si malagradecidos es la palabra, pero borraron a toda esta gente que se la jugó por la democracia. Con la música pasó lo mismo. Los Prisioneros comenzaron a tener mayor reconocimiento en los últimos años”, reflexiona finalmente quien fuera dueño del Café del Cerro junto a su esposa, Marjorie Kusch.