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-Juan Leopoldo Cárdenas Inayao

Buques inmortales: lancha Alacalufe, uno de los guardianes del fin del mundo

Martes 23 de Agosto del 2022
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La Lancha de Servicio General 1603 Alacalufe desarrolla distintas tareas en las zonas aisladas australes de nuestro territorio nacional, siendo parte de la historia de buques inmortales de la Región de Magallanes y Antártica chilena.

La unidad naval fue construida entre los años 1987 y 1989 en los Artilleros y Maestranzas de la Armada, realizando el izamiento del pabellón nacional el 26 de abril de 1989, para posteriormente en julio del mismo año ser bautizadas bajo la denominación de Lancha de Estación de Prácticos.

El 20 de mayo del año de 1993 tanto la lancha Hallef y Alacalufe fueron incorporadas oficialmente a la lista naval de buques de la Armada de Chile, adquiriendo la denominación de Lanchas de Servicios Generales (LSG).

En la actualidad, esta lancha depende de la Gobernación Marítima de Puerto Williams, mantiene como roles principales el de policía marítima, patrullajes, vigilancia y control de aguas jurisdiccionales, búsqueda y rescate y transferencia de prácticos en paso Richmond y en el mítico cabo de Hornos, estando marcado en sus dotaciones el espíritu de sacrificio necesario que todo hombre de mar requiere.

Su nombre arraigado

en la zona austral

El nombre de la nave es en homenaje al grupo indígena de la zona austral de Chile, denominado kawésqar o alacalufes, compuesto por nómades canoeros que recorrían los canales de la Patagonia occidental, entre el golfo de Penas y el estrecho de Magallanes, también se desplazaban por los canales que forman las islas que quedan al oeste  de Tierra del Fuego y al sur del estrecho. Su idioma es el kawésqar, nombre con el que ellos se autodenominan, esta palabra significa “persona” o “ser humano”.

Las voces de
sus tripulantes

La mística de los buques se va impregnando con el paso de los servidores navales, los cuales viven y crecen en sus cubiertas, forjando historias muchas veces silenciosas.  Estas son parte de aquellas voces que han sido marcados por una unidad que ha logrado “lo imposible”.

El actual comandante, teniente primero litoral, Alejandro León, señala que “desempeñar el cargo de comandante en la LSG 1603 Alacalufe es uno de los desafíos más importantes y enriquecedores que me ha tocado vivir durante mis años en la Armada de Chile. Requiere empeñar todos los esfuerzos para mantener la cohesión del equipo de trabajo y utilizar los conocimientos profesionales para planificar las navegaciones considerando las condiciones adversas de mar y viento, en donde se debe velar en todo momento por la seguridad del buque y de la dotación”. 

Comentando finalmente que “es muy importante destacar que el ejercicio del mando en las aguas más australes del mundo, se hace muy ameno, debido al alto nivel de preparación de mis oficiales y gente de mar, quienes responden fielmente por sus cargos de desempeño y mantienen una actitud muy positiva frente a la adversidad”. 

El segundo comandante de la LSG 1603 Alacalufe, teniente primero litoral, Gianluca Maggio Góngora, afirma que “ser el segundo comandante me llena de orgullo y a la vez siento una tremenda responsabilidad, debido a las complejas labores que debemos realizar en una área de operación sumamente hostil, tanto por su accidentada geografía como por las condiciones adversas de mar y viento predominantes en esta zona. Y es en base a esto, que mi función como segundo comandante es primordial, ya que tengo la difícil tarea de mantener a un equipo cohesionado, motivado y entrenado, que tenga la capacidad de cumplir con las tareas asignadas de forma eficiente, de las cuales destacó, el apoyo a la comunidad aislada, el mantenimiento a la señalización marítima, la fiscalización pesquera, la transferencia de prácticos, búsqueda y salvamento marítimo, entre tantas otras, contribuyendo de esta forma, al desarrollo nacional y a la acción del Estado y a salvaguardar la vida humana en el mar”. 

El teniente Maggio comenta que “finalmente, quiero destacar el profesionalismo de quienes forman o formaron parte de la lancha de servicio general más austral de Chile y el mundo, unidad naval que me ha acogido durante casi tres años, en los cuales, he sido testigo del cariño y afecto con el que aguerridos marinos, la han mantenido y operado durante sus 33 años de servicio de forma ininterrumpida, navegando por estrechos, canales, senos y esteros rodeados de islas, complejas rutas que alguna vez navegaron los pueblos yaganes y kewésqar hace aproximadamente 6.000 años y quienes lideraron famosas expediciones desde Jacob Le Maire en 1615 a Robert Fitz Roy en 1831 a bordo del Beagle”. 

El oficial piloto, subteniente Adam Shafiee afirma que “es un honor ser parte de una dotación que me ha brindado la sabiduría en las diferentes labores que se cumplen día a día, destacando la gran satisfacción y felicidad que me ha traído ser el tercer oficial de la unidad. En lo profesional, sin duda puedo afirmar que ha sido la mejor escuela para mi formación, dado que la nave cumple diferentes tareas, lo que ha enriquecido vastamente mi mochila profesional”. 

Señalando que “como oficial piloto es un privilegio poder navegar desde Punta Arenas hasta cabo de Hornos, considerando que nuestra área jurisdiccional es extremadamente desafiante dadas las condiciones climáticas en las que se opera, lo cual sin duda, esta unidad logra efectuar sin importar la hora, condición o tarea que se deba realizar”. 

Finalizando, el subteniente Shafiee señala que “en lo personal, el ser uno de los integrantes más jóvenes de la unidad me ha abierto puertas a aprender y relacionarme con mi cámara de oficiales y dotación de una manera muy cercana, lo cual ha sido lo más importante para mí en este año y que seguramente nunca olvidaré y dejará un sello en mí como persona y oficial”.

El teniente primero litoral, Felipe Pérez, señala que “haber sido comandante de la LSG Alacalufe durante el año 2021, fue el desafío más importante que me ha tocado liderar en mi carrera profesional. Desde mi punto de vista, el ser comandante de buque es la razón de ser de un oficial de marina. Este puesto integra todos los valores y tradiciones que la marina posee, por lo que la responsabilidad que conlleva este cargo es trascendental”. 

Comenta además que “esta unidad naval tiene puerto base en la localidad de Puerto Williams, por lo que tiene otro ingrediente especial para mí. Entre los años 2001 y 2004 vivimos como familia en esta ciudad del fin del mundo, en donde fui alumno de enseñanza media, y en donde además postulé a la Escuela Naval. Mi padre fue un factor importante de motivación en esa época para optar por este camino de servicio y vocación. Por lo que haber vuelto a Puerto Williams 17 años después, ya con una familia conformada y como comandante de la LSG Alacalufe fue demasiado especial”. 

Al concluir, el teniente Peréz comenta que  “desde el segundo comandante hasta el marinero más ‘mote’. Siempre estaré agradecido por todos esos momentos de camaradería, risas, pero también momentos tensos y de preocupación, pero que siempre supimos sobrellevar. Atesoro todos esos momentos a bordo de la mejor unidad marítima, siempre avante LSG Alacalufe”.

El teniente primero litoral, Santiago Herrera, ex comandante de la unidad naval, comenta que “me tocó comandar a este pequeño, pero versátil buque el año 2020, luego de haberme desempeñado dos años como segundo comandante, y hasta donde recuerdo he sido el único oficial que ha tenido esa suerte y ese privilegio”.

Agrega que “las características de nuestro buque, nos permite acceder a lugares y sectores muy difíciles para otros de mayor tamaño; lo que quedó demostrado en el salvataje que nos tocó realizar al yate Powsitive Latitude en caleta Olla, el cual  había varado en una de sus costas y con muy poco espacio para realizar las maniobras necesarias para su rescate, o los constantes apoyos a la pareja que vive hace más de 40 años en la estancia Kanasaka, donde para llegar, es necesario navegar por un estrecho canalizo de entrada. Pero nada de esto, se podría lograr sin la mística que caracteriza a la unidad, la llamada ‘estrella de la Alacalufe’, el trabajo diario, las largas jornadas de navegación, las estadías en puertos deshabitados hacen que la dotación, pese a la formalidad y formación que nos caracteriza como marinos, se termine transformando en una familia, nuestra segunda familia, y no es cosa sólo de un año, a cualquiera que haya pasado por sus cubiertas en estos 33 años, le invaden los mismos sentimientos y recuerdos”.