Necrológicas

-Juan Leopoldo Cárdenas Inayao

La comunidad chilota y la profesión de su fe

Por La Prensa Austral Martes 30 de Agosto del 2022

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– No fue extraño que, levantadas las prohibiciones impuestas en la pandemia, la Comunidad del Santuario de Jesús Nazareno retomara su tradicional procesión por las calles de la ciudad. Fueron cientos de personas las que salieron públicamente a manifestar su devoción a Cristo.

Entre las muchas expresiones humanas que se vieron afectadas por el advenimiento del coronavirus hace más de dos años, estuvo la profesión de la fe y la adhesión a distintos cultos.

El hombre es, por esencia, un ser social y requiere del contacto con los otros para tener una vida más bella y satisfactoria. Además, en este peregrinar muchos abrazan la fe para poder dar sentido a su existencia.

Este tiempo de pandemia también ha recordado la fragilidad humana. Así, en forma repentina, muchas familias vieron morir a sus abuelos y abuelas, padres y madres, hijos y amistades, no pudiendo, ni siquiera, acompañarles en sus últimos momentos ni estar presentes en velorios ni funerales a causa de las drásticas medidas de aislamiento social impuestas para evitar el contagio.

Ha sido un tiempo doloroso, en que los creyentes debieron asirse a Dios.

En Punta Arenas, una de las comunidades que destaca por la profesión de su fe es la chilota. Quienes llegaron de la isla grande y sus descendientes han mantenido vivas sus creencias y ritos religiosos.

Por ello, no fue extraño que, levantadas las prohibiciones impuestas en la pandemia, la Comunidad del Santuario de Jesús Nazareno retomara su tradicional procesión por las calles de la ciudad. Fueron cientos de personas las que salieron públicamente a manifestar su devoción a Cristo. Delegaciones de las distintas parroquias y comunidades de la diócesis se unieron a este paso procesional, que, al ritmo de bombos, acordeón y guitarra, se hicieron presentes con la imagen de la Virgen Dolorosa y de su hijo, escoltadas por el Juego de Banderas.

Este acto religioso tuvo, además, un componente extraordinario, pues se trató de la última procesión de Jesús Nazareno que encabezó Bernardo Bastres, quien por 15 años ocupó el cargo de obispo de la diócesis magallánica. Seguramente, el pastor de la Iglesia Católica guardará en su corazón todas las expresiones de cariño que la feligresía le brindó.