Necrológicas

El auge del turismo antártico

Por La Prensa Austral Domingo 25 de Septiembre del 2022

Compartir esta noticia
117
Visitas
  • Punta Arenas, por mar y aire, son las dos vías principales de llegada a dicha península desde Chile. Nuestros vecinos, de Ushuaia, Argentina, también tienen mucho que decir en turismo antártico, pues su puerto concentra más del 90 por ciento del movimiento de cruceros hasta este inhóspito y misterioso rincón del planeta.

En los últimos años, el continente antártico se ha convertido en un imán para aquellos turistas que buscan emociones.

Punta Arenas, por mar y aire, son las dos vías principales de llegada a dicha península desde Chile. Nuestros vecinos, de Ushuaia, Argentina, también tienen mucho que decir en turismo antártico, pues su puerto concentra más del 90 por ciento del movimiento de cruceros hasta este inhóspito y misterioso rincón del planeta.

El reciente anuncio de que la mayor compañía de cruceros del mundo, Grupo Royal Caribbean, operará en alianza con la empresa magallánica Dap desde Puerto Williams, como puerto base, para sus viajes al territorio helado, construyendo de paso en dicha austral ciudad un hotel con 200 habitaciones, no hace más que reforzar un fenómeno creciente como es el turismo antártico, que atrae cada vez a más visitantes que buscan experiencias diferentes.

Más allá de este auge, también es un paraíso que proteger.

El biólogo español Javier Benayas, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, junto a su equipo lleva viajando hacia la Antártica desde 2009, investigando los efectos de este turismo. Y, advierte, que esta actividad económica, la única permitida en el continente más remoto, podría desbordarse, siendo necesario estudiar sus impactos reales, pero desde el Tratado Antártico, no desde proyectos científicos, como ocurre ahora.

Para limitar los daños, el Tratado Antártico puso en marcha hace años unas medidas de control ambiental en zonas especialmente protegidas y se han establecido directrices de obligado cumplimiento con la Asociación Internacional de Operadores Turísticos en la Antártica (Iaato). Según estas exigencias, no pueden bajar a tierra más de 100 pasajeros a la vez, en un horario concreto, no pudiendo acercarse a la fauna salvaje y debiendo estar siempre acompañados por un guía naturalista.

Es el caso de la isla Barrientos (Shetland del Sur), una de las más visitadas, que en 1990 tenía 271 visitas al año y ahora tiene 7 mil.

No es menos cierto que de seguir aumentando el turismo podría ser problemático para el ecosistema, por lo que se debe apostar a que haya una gestión óptima de la biodiversidad, la ciencia y el turismo, sin llegar a prohibirlo.