Necrológicas

– Emilio Cárdenas Aguilar
– Salvador Fernández Fernández
– Liliana Juanita Vrsalovic Ostoic
– Lucila Alvarado Márquez

Primeros Auxilios Psicológicos: una invitación para todos

Por Eduardo Pino Viernes 14 de Octubre del 2022

Compartir esta noticia
106
Visitas

Durante la presente semana en diversas instituciones se ha celebrado la “semana de la salud mental”, por lo que me permito saludar a todos(as) aquellos(as) profesionales y funcionarios(as) cuya labor aporta al desarrollo de este importante componente de nuestro bienestar general. 

El Centro de Estudiantes de Psicología de nuestra Universidad tuvo la gentileza de invitarme a impartir una charla acerca de una temática relacionada: la aplicación de los “Primeros Auxilios Psicológicos” (Pap), interesante herramienta de contención emocional en estados de crisis que cada vez ha ido ganando mayor notoriedad desde que se impulsó hace dos décadas aproximadamente, siendo la pandemia una instancia que contribuyó a su difusión.  Por esto me pareció interesante compartir con ustedes algunos principios básicos que, más allá de informar aspectos relevantes, despierten en parte de la audiencia el interés por buscar y consultar información que permita conocer este valioso y útil conocimiento, para que incluso las personas más motivadas accedan a capacitaciones gratuitas que se encuentran a disposición de quien lo desee (Google “Pap cursos gratuitos” y obtendrá una interesante oferta). 

Como comenté hace dos semanas en la anterior columna de opinión, internet es una fuente inagotable y muchas veces desconocida de variados conocimientos al alcance de todos nosotros, siendo mucho más que redes sociales para buscar legítima entretención. 

Los Pap son una herramienta de apoyo humanitario que se aplica en casos de crisis, tanto colectiva (personas damnificadas por desastres naturales por ejemplo) como individual (alguien que sea víctima de un accidente de tránsito, la muerte de un familiar, una pérdida relevante que provoque ansiedad o angustia, etc.),  siendo su objetivo recuperar parcialmente el equilibrio emocional a través de la contención, atenuando la dinámica psicológica desadaptativa producto del shock experimentado. Debe destacarse que si bien está dirigido a profesionales de la salud especialmente, esta técnica es de tipo asistencial y la puede administrar cualquier persona que incluso no tenga una formación profesional en salud ni psicología, pero destaque por su vocación humanitaria de ayudar a quienes lo necesitan. Y si bien el objetivo de aliviar la ansiedad o angustia presentada por la persona afectada a raíz del estrés vivenciado se podría observar de manera más inmediata, se espera que su alcance se extienda también en favorecer la mejor adaptación del individuo a su entorno, además de prevenir o atenuar futuros trastornos psicológicos producto de la dinámica post traumática. Aunque aún no hay evidencia tajante acerca de este último punto, algunas investigaciones han entregado resultados asociados a la disminución de recuerdos traumáticos cuando se ha efectuado una intervención rápida y efectiva. 

De todas maneras es importante señalar que los Pap no reemplazan la intervenciones psicológicas terapéuticas tradicionales que presentan un alcance mucho mayor, tanto en extensión como en profundidad de los aspectos abordados por un profesional clínicamente capacitado.

Algunos de los ejes de intervención de los Pap se refieren a la capacidad de escucha activa, priorizando la expresión y catarsis de la persona afectada por sobre las directrices o discurso del quien apoya, promoviendo un ambiente de acogida y evitando el cuestionamiento. Entre las técnicas comunicativas relacionadas a este eje se encuentran el refuerzo constante al recibo de información, el parafraseo y la atención focalizada permanente. Otros ejes se refieren a la relevancia de regular la respiración como forma de recuperar mayor control ante el desasosiego físico provocado por la ansiedad, establecer una categorización de necesidades donde se priorice lo más urgente o que podría provocar un cambio en la realidad que vivencia la víctima, así como la coordinación con redes de apoyo disponible que entreguen ayuda concreta inmediata, o en última instancia recurrir a la psicoeducación a fin de facilitar una mayor comprensión de lo que está pasando cuando se haya logrado controlar en parte las sensaciones desadaptativas más agudas. 

La recomendación a quienes deseen conocer esta herramienta es que más allá de informarse a través de manuales, videos y un variado y abundante material, se procure recurrir a instancias formales que permitan un entrenamiento que posibilite una mayor efectividad en la adquisición de competencias, como también ayude en el análisis de la vivencia personal experimentada  ante potenciales respuestas de las personas afectadas que podrían resultar desconcertantes, complejas e incluso disruptivas a nivel cognitivo como afectivo para este(a) voluntario(a). El conocer este tipo de reacciones será fundamental en la seguridad y dominio de la situación que enfrentará quien esté a cargo de entregar la ayuda.  

Aunque hay mucho más que decir de los Pap, por motivos de espacio lo dejo hasta acá, invitándoles a informarse de su funcionalidad que si bien se orienta a situaciones de crisis, nos hace más conscientes de claves comunicacionales cotidianas que influyen en la calidad de nuestras relaciones interpersonales. Competencias como la empatía o la asertividad se deben analizar y entrenar constantemente a fin de hacer más grato nuestro ambiente cotidiano y favorecer una salud mental que parece en estos tiempos estar más amenazada que nunca.