Hidrógeno verde: Corfo apuesta por un balance que sopese los beneficios versus los impactos
- Para José Miguel Benavente, es “la primera vez que Chile tiene el sartén por el mango” en las conversaciones con las empresas y consorcios interesados, lo cual es una gran ventaja y permite imponer condiciones.
Elia Simeone R.
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Como buen ingeniero civil industrial, José Miguel Benavente plantea que la instalación y desarrollo de la industria del hidrógeno verde en Magallanes es un asunto de trade off, es decir, de sopesar tanto los beneficios como los impactos negativos, buscando maximizar los primeros y reducir los segundos.
Pero, para el Vicepresidente Ejecutivo de Corfo este ejercicio -que no es fácil- lo ve con optimismo porque “es la primera vez que Chile tiene el sartén por el mango en las conversaciones que se están llevando ahora con las empresas. Nosotros podemos poner condiciones en términos de empleo, energía más barata para la zona, el desarrollo de un sector manufacturero sofisticado y todo lo que tiene que ver con el reciclaje y el cuidado del medioambiente. Lo más interesante es que las empresas europeas asumen que esto debe ser así”.
Aunque prefiere no hablar de volúmenes de inversión esperables, sí plantea que los indicios están en la propia estrategia cuando formula que el objetivo es casi duplicar la actual generación de energía verde al 2035. “Hoy tenemos unos 27 GW y tendríamos que poner 25 GW adicionales”, apuntó.
Benavente llegó ayer a Punta Arenas para participar en una serie de encuentros y eventos relacionados con la instalación de la industria del H2V en Magallanes.
Hidrógeno verde, un ‘commitment’
Benavente coincide con lo planteado por el gobernador Flies de que esta semana habrá un punto de inflexión de la industria del H2V, dado por todo lo expuesto anteriormente, argumentando que la propia reunión del Comité Interministerial es una señal muy fuerte. “Uno, respecto de que esto es en serio; dos, es en el territorio y con el territorio; y, tres, como que te anclas y amarras a una trayectoria hacia el futuro asociado a este sector”.
– ¿Eso significa, entonces, una declaración de voluntad política irrefutable? Hasta el momento se había apreciado dos almas al interior del gobierno de Boric: una que quiere impulsar el progreso sostenible y la otra que es conservacionista.
– “De alguna manera, no sólo lo que estamos haciendo a través del Programa Transforma -que lleva más de un año- es recoger estas dos visiones y puede haber más, de hecho, para sopesarlas y darles un buen balance. Obviamente, es una enorme oportunidad que tiene Chile y el mundo, en general, de generación de valores económico, social, cultural y medioambiental. Pero, también esto se tiene que hacer de una forma amistosa balanceando estas dos miradas. A diferencia de lo que otras veces se ha hecho en Chile, que es pedir perdón y no permiso, es hacerlo con más calma, hacerlo desde el territorio viendo los distintos intereses. En el caso particular de Magallanes, esto es tremendamente importante y va a cambiar la fisonomía en ciertas dimensiones y la idea es que lo haga para bien y de forma organizada.
“La señal que hay es, obviamente, un ‘commitment’ (compromiso). Ya se han tomado muchas decisiones que son irreversibles”.
A ello, Benavente agregó que este gobierno ha dado continuidad a la estrategia de H2V, pero incorporando dimensiones adicionales como el tema del territorio y las consideraciones ambientales más presentes.
Benavente también dijo que hay que ir adaptando la legislación, fortalecer la institucionalidad para que la instalación de esta industria se haga en forma “transparente, rápida y creíble para todas las partes”.
“Entonces, uno de los elementos, que está incluso en el Presupuesto 2023, es fortalecer estas agencias para dotarlas de gente, sabiendo que viene este tsunami encima, para que los proyectos no salgan por la falta de capacidad institucional”, acotó.
También dijo que la Hoja de Ruta considera el estrés que tendrá para la región la materialización de distintos proyectos, pues tiene baja densidad demográfica y esto redundará en una demanda habitacional e impactará en la planificación urbanística, en las vías y rutas intercomunales, en la demanda de bienes y servicios y, por supuesto, desafiará la capacidad portuaria.
Dijo que, por ejemplo, que recién están dimensionando este último problema, siendo lo único cierto que “la solución peor de todas es que haya un puerto por cada una de las plantas. Eso es una locura”.
Asimismo, indicó que un mega puerto tampoco parece ser la mejor solución dadas las circunstancias y características de la ribera y que, por ende, puede haber algunas combinaciones considerando las instalaciones de Enap.
¿Un bloof?
– ¿Existe la posibilidad de que esto se convierta en un gran bloof, que sólo se transforme en mera especulación?
-“No. Hoy día, las conversaciones que escuchas en la COP27 o cuando te juntas con gente de Europa y se habla de la crisis que tienen ahora. Europa está viviendo una crisis tremenda y la están comenzando a vivir ahora con la entrada del invierno… La apuesta a largo plazo de estos países del mundo está hecha y la cuestión es quiénes son los que logran subirse más temprano a esto, pues todos, finalmente, tendremos que sumarnos a esta transición. En Chile, estamos haciendo estos procesos antes porque tenemos una ventaja enorme en la producción de energía, principalmente.
“Entonces, no diría que es un bloof. Lo que sí vas a ver -y el caso de HIF es el proyecto más ilustrativo- es que todavía no está definido cuál es el tipo de producto que va a ser el que va a tener la mayor norma”.
Impactos en el
medioambiente
Sobre el impacto visual que tendrán los vastos parques eólicos será tremendo y la falta de estudios que dimensionen cómo afectarán la flora y la fauna, Benavente dijo que esto es un trade off, pero que a favor tenemos que podemos imponer condiciones y que las empresas europeas asumen que esto debe ser así.
Agregó que Corfo está financiando estudios que levanten información que sea creíble y transparente para todos sobre los temas que tengan algún impacto asociado, como la contaminación acústica y sus efectos, los desplazamientos de los animales, las corrientes migratorias de las aves, entre otros.
“No puedes esperar que cada empresa lo haga por su cuenta, porque eso es lo que se llama técnicamente un bien público”, puntualizó.