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En 2018 se produce el mayor arribo de migrantes a la Región de las últimas décadas, con más de 3 mil personas

Martes 20 de Diciembre del 2022

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Vesna Mladinic, directora regional del servicio de Migraciones, destacó que es importante reconocer la contribución de las personas migrantes a las sociedades en las que viven y trabajan.

Para 2019 se genera otro aumento significativo, aun cuando a un ritmo menor de cerca de 25%

El 18 de diciembre se conmemoró el Día Internacional de las Personas Migrantes, una ocasión para recordar que las migraciones son tan antiguas como la historia de la humanidad y han tenido un papel importante en la formación y evolución de las sociedades.

Para explicar este fenómeno, Vesna Mladinic, directora regional del Servicio de Migraciones, detalla algunas cifras, como la del Censo de 2002, cuando los migrantes en Magallanes eran 467 personas. Diez años después, para el Censo de 2012, ya alcanzaban los 2.661, o sea un aumento de 469,8%. Si bien para el Censo de 2017 nuevamente se aprecia un aumento importante llegando a 4.714 personas, un 77,2% más que el Censo anterior, es para el año siguiente, en 2018, cuando se estima el principal arribo de migrantes a la región de las últimas décadas. Más de 3 mil 300 personas arribaron sólo ese año, sobre el 70% de los que había el año anterior. Para el año 2019 se produce otro aumento significativo, aun cuando a un ritmo menor de cerca de 25 por ciento.

“Con todo, si comparamos los migrantes estimados del año 2019 con los censados en 2017 el incremento en sólo esos dos años más que se duplica. La mayoría de estos nuevos migrantes, tres cuartas partes de ellos, viene de tres países: Colombia, Venezuela y Argentina. En la década de los setenta fueron más bien esos países los que recibieron migrantes chilenos. Era común que jóvenes magallánicos fueran en busca de oportunidades a la Patagonia argentina. Cuando cambia la situación económica los flujos migratorios se revierten. Esto ha sido la historia de las migraciones desde que se conocen”, subraya Mladinic.

Por el cierre de las fronteras que trajo consigo la pandemia y las restricciones en todo el mundo, el número de migrantes se mantuvo relativamente inalterable desde 2019 en alrededor de diez mil personas y de alguna manera los nuevos migrantes se han compensado con aquellos que deciden retornar. Sin embargo, destaca que “aun cuando muchos puedan considerar que regionalmente ha habido un aumento significativo de migrantes en los últimos años, si los comparamos en términos relativos a la población nativa, nos arrojan porcentajes bastante inferiores a los que se observan en otros partes del mundo tanto de nuestro continente como de Europa o Asia. De hecho, la población migrante en la región equivale al 5,6% de la población regional lo que está bastante por debajo de la media nacional”.

Enseguida la directora regional del Servicio de Migraciones, agrega que “cuando una persona migrante llega a un nuevo país, se enfrenta a muchos desafíos y obstáculos para construir una nueva vida. Tiene que adaptarse a un nuevo entorno y a una cultura distinta, aprender un idioma nuevo y conocer códigos culturales diferentes. También pueden tener que lidiar con la soledad y la ausencia de su familia y amigos y con la pérdida de sus redes de apoyo. Además, es probable que en las ciudades de acogida existan prejuicios y estereotipos hacia los migrantes, lo que puede dificultar aún más su integración y aceptación en la sociedad. A veces, los migrantes pueden enfrentar discriminación y exclusión por motivos culturales o raciales. Por todo ello, es importante que las sociedades de acogida sean sensibles a la diversidad, es necesario que desarrollen una cultura de respeto y valoración por la diversidad cultural”, explica.

En este contexto, enfatiza que “es importante reconocer y valorar la contribución de las personas migrantes a las sociedades en las que viven y trabajan, y garantizar que se les brinde respeto, independientemente de su estatus migratorio. Las migraciones son un fenómeno natural e ineludible en la historia de la humanidad, y que muchos de los problemas que enfrentan las sociedades de acogida son el resultado de factores más amplios y complejos y que por tanto no podemos culpar a los migrantes de todos los problemas que enfrentan las sociedades”.