Emotivo adiós presencial y por redes sociales a “Martillo”
“Vuelta alto”, “Loco lindo”, “alma libre” fueron algunas de las sentidas palabras, con algunos pidiendo perdón por haberle gritado su apodo sólo para verlo enojado.
No sólo un número importante de personas acompañó a Juan Petrovich Mayorga hasta su descanso en el Cementerio Municipal Sara Braun de Punta Arenas, también varios lo hicieron desde la distancia utilizando las redes sociales. Todo, para tributarle el adiós a uno de últimos “personajes populares” que durante décadas han recorrido las calles y los rincones de la capital magallánica.
“Vuelta alto”, “loco lindo”, “alma libre” puede leerse entre las decenas de mensajes, entre los cuales destacan también el de quienes un día, como adolescentes estudiantes, lo llamaron “Martillo” sólo para esperar la iracunda reacción que nunca pasó más allá de inentendibles palabras que hacían correr a quienes proferían tal apodo. Mucho de ellos, recién a través de la publicación de La Prensa Austral conocieron el por qué de este sobrenombre y su reacción. Muchos, incluso, le pidieron perdón en el adiós.
“Viejo querido… En más de una ocasión te gritaba por tu sobrenombre cuando iba en el liceo y salíamos corriendo con mis compañeros por tu pequeñas carreras con tu brazo en alto y gritando cuanto garabato escuchábamos… Vuela alto viejito”, señala Víctor Alberti a través de Facebook. Mientras Silvina Vera menciona que “me acuerdo de él con su gamulán de la foto….los chicos del Don Bosco lo jodían harto y él se enojaba….que bueno que pasó sus últimos años en un lugar tranquilo…..un abrazo al cielo don martillo…”
Quien se identifica como Polonia Karynna también recuerda: “Martillo aceleraba el corazón… corríamos asustadas y entre risas … descansa .!! Descansa en Paz …!
Los restos de Juan Petrovich salieron ayer durante la tarde desde la Casa del Samaritano, en calle Balmaceda, luego de un responso. Allí, en medio de un evidente sentimiento de pesar de quienes lo conocieron, salió hacia al cementerio de Avenida Bulnes para descansar en la sepultura familiar.
En su despedida queda el recuerdo de una vida marcada por una infancia de carencias, que ya en la adultez se revirtió de la mano de sobrinos. Sin embargo, sus cercanos lo recuerdan como un “alma libre” que ya había hecho de las calles magallánicos su lugar en el mundo, tal como lo había asumido en su adolescencia cuando se escapa del hogar institucional que lo cobijaba o cuando junto a sus dos hermanos pasaba las noches durmiendo al interior de un mausoleo, en el mismo cementerio donde sus restos descansan desde ayer.
“Martillo”, el hombre que mantenía ese apodo como único tesoro dejado por la madre que sus ojos vieron por última vez a sus 10 años, logró vencer hace algunos meses el Covid que lo aquejó. Sin embargo, los continuos problemas de salud y la demencia senil desarrollada a sus 82 años, lo hicieron entender que era mejor decir adiós a las calles y recibir el cariño y la dedicación que se brinda en el Casa del Samaritano.
Para el final, las palabras de Cristián Vargas en las redes sociales: “Q.E.P.D. que ahora estés mejor donde quiera que sea … adiós viejito gruñón y por última vez donde sea que estés …Martillooooooo!