Notas sobre la colección literaria: “La espada encendida”
“Nos ocuparemos de hacer una síntesis de los títulos que conforman hasta el momento, el catálogo de la colección “La espada encendida”, una selección bibliográfica creada para revivir obras narrativas que marcaron época en la historia literaria de Magallanes, libros de gran significación, pero que carecieron de la difusión adecuada”
Por Víctor Hernández Godoy
Presidente de la Sociedad de Escritores de Magallanes
Saludamos a nuestros lectores después del reconfortante y necesario descanso que supone para muchos, las festividades de Navidad y de Año Nuevo junto a la familia, y que para algunos, es el espacio en el calendario reservado para el análisis, que inevitablemente nos conduce a la evaluación de aquello que hicimos bien o mal, de las ideas y proyectos que por diversos motivos quedaron inconclusos, pendientes, o que no se pudieron cristalizar.
Imbuidos de este propósito, comenzamos este año escribiendo las semblanzas de iniciativas culturales que se encuentran en plena etapa de ejecución. Varias de ellas no alcanzamos a reseñarlas el año anterior, como el importante trabajo de reedición de antiguas obras literarias de escritores regionales, que viene desplegando desde hace unos años la Editorial de la Universidad de Magallanes, (Umag) a cargo del profesor de Castellano y doctor en Educación, el también reconocido escritor Oscar Barrientos Bradasic.
En esta oportunidad, nos detendremos para hacer una síntesis de los títulos que conforman hasta el momento, el catálogo de la colección “La espada encendida”, una selección bibliográfica creada para revivir obras narrativas que marcaron época en la historia literaria de Magallanes, libros de gran significación, pero que carecieron de la difusión adecuada, y que debido al olvido o al transcurrir del tiempo, terminaron convertidos en verdaderas rarezas, que sólo es posible hallar en viejos anaqueles, en archivos de anticuarios o en reservas privadas de bibliófilos.
“Un adiós al descontento”
Así se llama la primera novela escrita por Eugenio Mimica Barassi (1949-2021) publicada en Santiago por Mosquito editores en noviembre de 1991. Por aquel entonces, el autor magallánico era conocido en el ambiente literario por sus libros de cuentos “Comarca fueguina” (1977) y “Los cuatro dueños” (1979) que le valió el Premio Municipal de Santiago en 1980; además, de su participación en el ciclo organizado por la Agrupación Amigos del Libro, donde 47 escritores revelaron sus inicios en la literatura a través del ensayo autobiográfico denominado ¿Quién es quién en las letras chilenas? y por el valioso testimonio que representaba la crónica reportaje editada por la Umag sobre el primer cruce de los andes fueguinos realizado por montañistas chilenos, aventura plasmada en el libro “Travesía sobre la cordillera Darwin” (1983). Unos años antes, en 1978, el taller Lacolet del Centro de Escritores Jóvenes había estrenado la pieza teatral de su autoría, “Una dama para Juan”. Eugenio Mimica en su calidad de divulgador cultural y dirigente societario, fue secretario y presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech) filial Magallanes, redactor del suplemento literario de aquella entidad e impulsor principal del Premio Antonio Pigafetta. En 1990 fue nombrado miembro de la Academia Chilena de la Lengua.
Seguramente, los que leyeron la primera edición de “Un adiós al descontento” no imaginaron nunca que la pequeña novela, lejos de ser un simple juego lúdico, se convertiría luego de treinta años, en una verdadera obra de anticipación. En la trama, Mimica describe a un grupo de amigos que suelen reunirse en un céntrico café de Punta Arenas. Las conversaciones se vuelven a menudo en deliberaciones. De pronto, conciben la idea de fundar un nuevo país en la Patagonia: “Meridionía”. Los empujan no sólo las ansias de libertad, sino de sacudirse de la burocracia centralista, con sus fracasadas medidas para apoyar al territorio austral. En la novela van apareciendo conceptos que hoy nos suenan comunes, una asamblea constituyente como forma de gobierno o símbolos como el escudo, la bandera y el himno de “Meridionía”.
El acierto de reeditar “Un adiós al descontento” se relaciona con la actualización histórica que propende la Editorial de la Umag, a través de la articulación de una propuesta estética, cuyo resultado se evidencia en una acertada producción iconográfica, una tónica en los títulos de “La espada encendida”. A una cuidada reimpresión, -realizada en todos los libros por Gráfica Lom de Santiago-, se agrega el dibujo del logo de la colección efectuado por el periodista Rafael Cheuquelaf Bradasic, una ilustración de portada hecha para la ocasión por Juan Carlos Muñoz Alegría y un estudio preliminar acerca de la obra, escrito por la académica de la Universidad Católica del Maule, Lorena López Torres, que permite dimensionar con la perspectiva que otorga el tiempo, los verdaderos alcances que adquieren nueva connotación, cuando los protagonistas de la novela deciden fundar “Meridionía”. En esta interpretación, subyace la idea de instaurar una comarca para honrar a los antepasados mediante un renovado compromiso ciudadano. En la novela se hace hincapié en que los meridioneses habían sido siempre “pioneros, iniciadores, fundadores”. En palabras de López Torres:
“La novela se aboca al rescate de esa identidad, de su historia fundacional y de su período de mayor auge en sus primeros años de vida, en una suerte de refundación de la región como un nuevo país, proyectándose a un futuro en el que Magallanes amalgama ese pasado nostálgico con los avances tecnológicos, el desarrollo económico y la independencia política que hasta entonces se le ha negado. Es el anhelo que la pequeña comunidad revolucionaria aspira concretar”.
“Oro maldito”
Es el nombre de la novela escrita por el historiador de origen yugoslavo radicado en Magallanes Lucas Bonacic Doric Bezzi, (1884-1961) obra publicada inicialmente en 1941. De por sí, la vida de Bonacic es fascinante, si consideramos su inmenso aporte al estudio de la historiografía regional, en general, sobre la inmigración eslava a Sudamérica y en particular, a la Patagonia. Periodista y escritor, fundó el Instituto Chileno Yugoslavo de Cultura sede Punta Arenas, del que fue su primer director. Creó varias sociedades de beneficencia y cooperó con otras, de carácter mutualistas. Fruto de sus investigaciones, nacieron las monografías “La monarquía de los Habsburgo o la tierra de la tiranía” (1914); “Congreso yugoslavo o el grito de Antofagasta” (1916); “Resumen histórico del Estrecho y la colonia de Magallanes” (1939); y los tres tomos de “Historia de los yugoslavos en Magallanes”, publicados a mediados del siglo pasado.
En “Oro maldito”, Lucas Bonacic recrea la época de los aventureros y buscadores del preciado metal en Tierra del Fuego, encarnada en la personalidad de Antonio Deanov, cuya trágica historia es contada a Bonacic por el agrimensor, funcionario público, principal autor del plano de hijuelación de áreas rurales de Punta Arenas, Domingo Canales. Consignemos, que cuando apareció “Oro maldito”, el género novelístico era aún, toda una novedad para los literatos magallánicos. Apenas se conocía “Paralelo 53 Sur” (1935) de Juan Marín y “Aves de rapiña” (1923) de Luis Swart. En Santiago Francisco Coloane recién estrenaba su ópera prima, “El último grumete de la Baquedano” (1940) y aún faltaba mucho tiempo para que se descubriera la obra señera de Mariana Cox Stuven, “La vida íntima de Marie Goetz” (1909).
La reedición que nos brinda la Umag incluye un prólogo del destacado escritor Juan Mihovilovich Hernández quien se atreve a igualar la odisea y el destino de Antonio Deanov con un personaje clave en la literatura del ruso Fiodor Dostoievski: “Deanov se yergue cual Raskolnikov patagónico como émulo del héroe contradictorio predestinado al triunfo o el fracaso en un mundo veleidoso”.
“Alvarado”
Es el único título de la colección que no responde a la idea primigenia de reeditar obras antiguas. Se trata de un libro nuevo, escrito por Guillermo Mimica Cárcamo, autor del texto de crónicas literarias “Una corbata que ata” (2015); de las novelas “El exiliado y la mamushka” (2017); y “Almas errantes” (2020). Recordemos que Mimica es coautor del libro de cuentos “Tres de la tribu” (2018).
“Alvarado” es un documento y un testimonio a la vez. Escrito con la estructura de una novela, dos periodistas radicados en Santiago viajan a Castro, en Chiloé, con el propósito de entrevistar a Luis Alvarado Saravia, uno de los principales dirigentes de la Unidad Popular, sindicado por las autoridades del régimen de facto instaurado tras el golpe de Estado de septiembre de 1973, como uno de los cabecillas del mítico Plan Zeta, ideado supuestamente por los partidarios del gobierno de Salvador Allende con el objeto de eliminar a los altos mandos de las Fuerzas Armadas y así, tener el control total para instalar un dictadura comunista en Chile.
La revelación de los hechos históricos y las nuevas investigaciones periodísticas han demostrado la falsedad del Plan Zeta. Convertido en una cortina de humo para justificar el golpe de Estado, el macabro plan, sirvió para ocultar los fusilamientos masivos, las torturas y las muertes ejecutadas por miembros de la dictadura cívico militar.
En “Alvarado” Mimica reconstruye los dramáticos momentos en que el protagonista fue sometido a los más crueles vejámenes. Es aquí donde el libro adquiere su verdadera dimensión. El autor no escatima detalles para referirse con los nombres y apellidos de pila a los soplones, interrogadores y verdugos. Muchos de ellos -conspicuos personajes de la realidad local-, transitaban impunemente, hasta hace muy poco, por las principales calles de Punta Arenas. En este sentido, la novela, a través de la ficción, ha permitido no sólo recrear la realidad, sino además, ha servido como elemento de prueba que desenmascara e incrimina definitivamente a sujetos que por décadas, eludieron a la justicia.
“El vengador”
Si un libro como “Oro maldito” de Lucas Bonacic debió esperar ochenta años para lograr una segunda edición, entonces no debiera sorprendernos que un libro de cuentos escrito por una mujer, feminista, con un marcado acento social como Rosa de Amarante, tardara siete décadas para lograr una reimpresión.
Y no es para menos. “El vengador”, un volumen de cuentos publicado en Santiago por la imprenta Cultura en abril de 1951, pasó casi desapercibido en Punta Arenas. La Ilustre Municipalidad de Magallanes de aquél entonces, se encargó de distribuir los pocos ejemplares de esa primera edición del texto a algunos liceos e instituciones sociales y desde ahí, al libro se le perdió el rastro. Rosa de Amarante fue conocida siempre como poeta, la eterna vencedora de las Fiestas de la Primavera y como sempiterna dirigente deportiva, política y societaria.
Para los escritores “El vengador” se transformó en un objeto de culto del que se hablaba casi desde la esfera del mito, hasta que pudimos hallar en una librería de barrio, un ejemplar que permitió cerciorarnos de su existencia definitiva y comprobar su discurso literario rebelde, denunciador, valiente, que caracteriza a los diez cuentos que conforman el libro.
El texto reúne los relatos “Jubilada”, “Cuatro cartas”, “El alma de la multitud”, “El buscador de oro”, “Veracidad femenina”, “¿Madre?”, “Pecado de imaginación”, “Obsesión”, “El presidiario Nº57” y el “El vengador”, cuento que sirve como título y apertura del volumen.
La primera versión de “El vengador” incluía un breve ensayo del escritor y político Baltazar Castro (“Sewell”, “Mi camarada padre”, “Me permite una interrupción”) y un epígrafe dedicado a la autora magallánica por la escultora Laura Rodig.
Desde un principio, “El vengador” nos revela los profundos conflictos de clase que afectaban a la sociedad puntarenense en la primera mitad del siglo XX y que pocos escritores describieron con la minuciosidad de Amarante. Su lectura es un recorrido por un mapa cultural de la ciudad, con nombres de calles que han desaparecido; de profesiones y oficios extinguidos; retratos de añosas escuelas con sus preceptores normalistas y de poderosas organizaciones sindicales de otrora. Se percibe en cada una de sus narraciones, el trasfondo humano y social que recuerda la propuesta estética de los autores que corporizaron a la llamada Generación del 38, como Nicomedes Guzmán, Juan Godoy, Carlos Droguett o Miguel Serrano.
“Mañana hacia el ayer”
Es la última publicación que por el momento nos ofrece la Editorial de la Umag. Y no deja de ser una verdadera sorpresa, -independiente de su calidad literaria-, la aparición de esta novela circunscrita al ámbito de la ciencia ficción del actor, cineasta y músico José Bohr (1901-1994).
La primera edición de este libro se concretó en septiembre de 1975, en los Talleres Gráficos Corporación Ltda. De la Editorial del Pacífico. Se imprimieron dos mil ejemplares, de una obra que llegó a contar con un diseño de portada del mismísimo Jorge Délano (Coke) y un exordio escrito por el ex ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Pedro Aguirre Cerda (1940-41) y embajador en el Reino Unido por espacio de doce años, (1941-1953) Manuel Bianchi Gundián (1894-1982).
El propio Bianchi se muestra sorprendido con la nueva veta artística de Bohr y confiesa que “continuamos en una lectura que se hace liviana, a pesar de que el caso de Julius Drive hasta ahora la ciencia no ha sabido descubrirlo”.
En esencia, Julius Drive el protagonista de esta novela, es un hombre de 71 años que luego de comer unas algas en el mar del Norte, empieza a rejuvenecer. Después de enviudar, conoce a una joven mujer con la que inicia una intensa relación sexual, a la vez que recorre el mundo en busca de aventuras. A medida en que avanza en la edad calendario, rejuvenece en la edad biológica.
La reedición propuesta por la Editorial de la Umag estuvo a cargo del Premio Regional de Cultura 2022, el poeta y narrador Pavel Oyarzún. El texto viene acompañado de un interesante estudio sobre la vida y la carrera artística de José Bohr, realizado por el periodista Rafael Cheuquelaf.
“Se viene Mandradel”
Mientras redactamos estas líneas, se encuentra en prensa la reedición del libro de cuentos “Pa…thagon” del escritor chilote avecindado en Puerto Natales, Manuel Andrade Leiva (Mandradel).
Como sabemos, este autor fue uno de los primeros periodistas que sobresalió en la literatura. Carpintero, trabajó en varias estancias, entre ellas Oazy Harbour y Sofía en Argentina. En 1925 comenzó su carrera como articulista en el vespertino El Magallanes. Para 1930 se diplomó con la nota más alta en un Concurso de Periodismo por Correspondencia en la Universidad Interamericana de Nueva York, siendo el primero en Magallanes en recibir este título y el noveno en Chile.
“Pa…thagon” fue un libro impreso en Argentina en noviembre de 1938 por la aclamada Editorial Thor. Contiene un prólogo del médico y escritor Juan Marín e incluye los relatos, “Pa…thagon”, “Flor sensitiva”, “Para chilenizar a Magallanes”, “El don Juan de las pampas”, “El cortejo fúnebre de una sola persona”, “Cuando el caballo se sacude con el jinete encima”, “Preferencia”, “Caballo Blanco, el hombre que se alimenta de carne mortecina”, “El misterio de los tres cerros”, “Cuando caen los zepelines”, y “El hombre que se reprochaba a sí mismo”.
El periodista Carlos Vega Delgado en su texto recopilatorio “Mandradel el chilote” (1993), nos asegura que antes de publicar este libro, Andrade Leiva editó un volumen de cuentos con el título de “Los tres puntos” (1936) y que luego de obtener varios premios literarios, se aprestaba a imprimir nuevos trabajos entre los que se contaban el de crónicas, “Gobernadores de la Colonia”; el volumen de cuentos “Extremo Sur” y la novela “El infierno de los hombres solos”.