Un verano con o sin adultos mayores?
Estamos viviendo el verano en Magallanes. Los días de buen clima son una oportunidad que vemos cómo se aprovecha y disfruta por todos. Las áreas verdes y costaneras son lugares de visita y recreación. Enhorabuena, por todos quienes tienen la posibilidad de salir a pasear o por los más osados que disfrutan de la playa y el agua.
Pero lo que no deja de llamar la atención es la ausencia de mayores en esas actividades. Están mayoritariamente ausentes. Como si no fueran parte de nuestra sociedad.
Lamentablemente quienes salen a pasear pocas veces piensan o incluyen a sus mayores en estas actividades. No sólo es en la familia, también en las actividades planificadas para ellos.
El verano es la mejor época para salir de las casas. Los días son más largos, más templados y agradables. Están las condiciones para que los mayores estén en parques y plazas disfrutando, sino fuera por las actividades programadas por los municipios habría una sequía de acciones por ellos.
Reiteramos: esta debiera ser la oportunidad para que desde las familias y la acción del Estado se desarrollen más actividades para ellos. Una gran oferta de actividades en que deban elegir qué hacer. Pero no es así. La mayor parte del estado está de vacaciones hasta marzo. Es periodo de baja para este esencial trabajo.
Por las condiciones de Magallanes, este es el mejor momento para que puedan y deban dejar sus casas para hacer actividades, la oferta sigue siendo poca lamentablemente. Es tan así que las familias no han internalizado que también tienen una tarea para con ellos. Debemos plantearnos como tarea el que en verano nuestros mayores estén desarrollando actividades fuera. Es mucho más seguro en esta época que en el frío y peligroso invierno.
Pero como el Estado funciona de marzo a diciembre muchas de sus acciones se concentran en épocas invernales. Eso es algo que debemos cambiar en un enfoque más regional y local. Siempre ponerlos en el centro a ellos: ¿cuándo es el mejor momento y más oportuno para que estén fuera de sus casas? A nadie le cabe duda que estamos viviendo ese momento y no se condice con la oferta que el estado realiza por ellos en esta etapa.
Siempre hemos sostenido que el trabajo con los mayores y sus necesidades sea los 365 días de cada año. Dejarlos en reposo durante estos meses es un retroceso para sus condiciones de vida. El trabajo y acción debe ser continuo.
Debe haber un presupuesto para estos meses. Hacer alianzas con los municipios para colaborar en el financiamiento de talleres y actividades sociales y recreativas para ellos, si es que institucionalmente no lo pueden hacer. O bien recurrir a fondos regionales para planificar una parrilla de actividades que los motive a salir de sus casas. Este es el momento que sean más visibles nuestros mayores socialmente. No en sus casas esperando que reinicien esas actividades en marzo. Estas debieran ser vacaciones fuera de sus casas. Aprovechando los buenos días para tener actividades al aire libre. Esas serían claramente unas buenas vacaciones para ellos, con talleres, jornadas, festivales, bailes entretenidos en parques y plazas.
En época de verano los turistas van poblando espacios comunes de nuestra ciudad. ¿Por qué no darles un espacio a los clubes de mayores? Con sus actividades como conjuntos folclóricos o bien vendiendo lo que han trabajado durante el año. Llevar un recuerdo de la visita a nuestras ciudades con el sello del trabajo de los mayores tiene una relevancia social que muchos visitantes valoran. Es la oportunidad para ello.
Hacerles espacio a nuestros mayores en las actividades de nuestras ciudades es la consigna y la tarea para las familias y el estado. Falta una asociación más propositiva que coordine los distintos esfuerzos por ellos. Ya basta de planificar en plantillas Excel lo que se hace, basta de listados. Hay que pensar en lo que se requiere y hacer partícipe a todos los entes sociales de una comunidad. Incluir los centros de formación para que también aporten en esta tarea. El Estado con instituciones involucradas en el hacer, otras en el financiamiento y otras en la promoción. Es tarea para muchos. Pero se necesita un Estado que funcione proactivamente y coordinadamente; que sepa convocar y aunar esfuerzos distintos. Que ponga un sello en el trabajo intergeneracional y permanente con y para ellos.
Los mayores necesitan un trabajo continuo. Cada día que no desarrollan actividad física o recreativa es una pérdida. Por eso necesitan un estado que trabaje en eso. Es urgente. Es verano. No son momentos de vacacionar para quienes trabajan para los mayores. Es el momento de intensificar el trabajo.
Otro Magallanes es posible si nos abocamos a trabajar por ellos. Preocuparse y ocuparse por los mayores es el signo de un verdadero estado social y de derechos. Se lo merecen. Merecen nuestro trabajo y acciones. Tarea pendiente y urgente. Partir por los mayores este año es imperioso y esencial.