Hitos antárticos: base naval Arturo Prat y base científica Julio Escudero

La ligazón vital de Magallanes con la Antártica es innegable y lo es desde todas las aristas que se desee explorar: geológica, geográfica, biológica, climática, cartográfica, histórica, heroica y epopéyica, soberana, marítima, aérea, militar, comercial, diplomática, turística, medioambiental, meteorológica, científica, militar, social, arquitectónica, literaria, artística, logística, comunicacional, geopolítica, administrativa, conservacionista… ¡en fin! 

Así, el nexo y la presencia chilena en dicho continente tiene un largo devenir y uno de ellos es el de la instalación y operación de bases militares y científicas.

Por estos días, se celebró el aniversario de dos de las instalaciones antárticas que mantiene nuestro país en tal continente: el domingo se celebró un nuevo aniversario de la base científica del Instituto Antártico Chileno (Inach) Profesor Julio Escudero, inaugurada el 5 de febrero de 1995 en la bahía Fildes, isla Rey Jorge. Ayer, fue el turno de la dependencia naval Arturo Prat, continuadora de la histórica Estación Naval Meteorológica y Radiotelegráfica Soberanía, fundada el 6 de febrero de 1947.

Marcada de numerosos hitos, la relación con la Antártica tiene en la apertura de la base Soberanía a uno de ellos. Esto tuvo una gran significación para Chile y sus pretensiones sobre el gélido territorio. Se trata de la primera base antártica chilena, cuya construcción se inició el 20 de enero de 1947, iniciándose un nuevo capítulo en la historia.

A 76 años de aquella heroica instalación, esta base no sólo ha servido para afianzar la presencia soberana y de la Armada chilena en tal continente, sino para aportar a la logística de diferentes operadores y otras bases, a la investigación científica y a las tareas de patrullaje y salvamento.

La base Julio Escudero lleva el nombre del renombrado jurista chileno que redactó el decreto que fijó los límites del territorio chileno antártico y que tuvo una crucial participación en lo que fue el Tratado Antártico.

A 28 años de su inauguración, ha realizado un aporte fundamental al desarrollo de la ciencia nacional y tiene el merecido reconocimiento internacional por ser una verdadera plataforma para muchos programas antárticos nacionales.

Recordar estos aniversarios es rememorar nuestra historia y cómo Magallanes y la Antártica Chilena no sólo dan el nombre a nuestra región, sino que están vitalmente unidos.