La historia de vida de la alumna de enfermería que se recupera del grave accidente protagonizado por conductor que participaba de carrera
– Cuando daba vueltas y vueltas producto del accidente, confiesa que en ese momento pensó que moría. “Me preocupé mucho, porque tengo una hermana con cáncer etapa cuatro y sólo pensaba en todo lo que ha sufrido mi mamá”.
Edmundo Rosinelli
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En circunstancias normales Monserrat Ruiz Almonacid tendría que haberse incorporado el lunes pasado a clases en la Universidad de Magallanes. Iba “viento en popa” para titularse de enfermera. Le faltaban sólo tres meses para terminar la carrera, pero un desgraciado y lamentable accidente de tránsito le truncó todos sus planes.
En vez de estar en el aula, ahora se recupera en el Hospital Clínico de las graves fracturas que recibió la noche del 24 de febrero, en la ciudad de Puerto Natales, Ultima Esperanza.
En conversación con El Magallanes recordó que ese día estaba en casa de un primo. Luego, conduciendo su jeep, fue a buscar a un amigo para salir un rato.
“Ibamos por la ruta que va camino a Bories, a unos 40 kilómetros por hora, porque de noche nunca manejo rápido ya que me da miedo, cuando de repente siento un fuerte impacto por la parte de atrás”.
“Recuerdo que mi auto se elevó, sentí que estábamos volando, y al momento de ‘aterrizar’ mi vehículo empezó a dar vueltas. Como a la tercera no me pude sostener más del volante y salí expulsada. Perdí el conocimiento hasta que en un rato mi amigo me estaba reanimando”.
En total dieron alrededor de siete vueltas. “Yo terminé a 40 metros de él. Al salir del auto como no me vio se preocupó mucho. Pero encontró unas gotas de sangre que salían de un charco, y cuando me fue a ver me estaba ahogando en ese lugar”.
El amigo la sacó del agua y recobró levemente el conocimiento. “En esos momentos me dolían mucho las costillas, después entendí que fue porque sufrí una perforación del pulmón. Además de que tragué esa agua sucia”.
Trató de ponerse de pie, pero no podía porque no sabía que tenía una fractura de fémur expuesta.
“En ese momento veo mi rodilla destruida completa. No entendía nada y sólo gritaba. Luego en el hospital me contaron lo sucedido y que los autores fueron unos muchachos que andaban haciendo carreras y que les estorbé en la pista, donde no se puede circular a más de 70 km y ellos andaban por lo menos a 150 kilómetros por hora. Si hubiese respetado la velocidad de seguro me topa, pero nunca hubiese volcado y con las consecuencias que terminó esto”.
Pensó que moría
Cuando daba vueltas y vueltas producto del accidente confiesa que “en ese momento pensé que moría”.
Me preocupé mucho (dice con voz entrecortada por un incipiente llanto) porque tengo una hermana con cáncer etapa cuatro y sólo pensaba en mi mamá. El dolor de ella, por todo lo que está sufriendo con la enfermedad de mi hermana y que me pase esto a mí, era una sobrecarga imposible de llevar”.
Ahora viene saliendo de la Uti luego de que le hicieran la cirugía de fémur. Está con curaciones día por medio y se suponía que vendría una cirugía plástica para la reconstrucción de rodilla, pero por la evolución que ha mostrado es probable que no sea necesario.
Vive la enfermería
del otro lado
El lunes pasado debía ingresar a su último internado de la carrera. Por eso dice que “ahora estoy viviendo la enfermería del otro lado, del paciente. Me faltaban tres meses para terminar y sacar mi carrera y lo que me pasó lo truncó todo, por ahora, porque la recuperación será larga”.
El canto le ayuda a distraer la mente. Guitarra en mano deleita a otros pacientes. Y los días en el hospital la impulsaron a escribir una canción, “semilla de amor”, que a decir de otros pacientes se coronará como todo un éxito.
Los fines de semana se apoyaba económicamente cantando en locales nocturnos, bares y restaurantes. “Me iba súper bien y eso también se paralizó por la irresponsabilidad de la juventud de un conductor”, lamentó.