A raíz del asesinato de Raquel Díaz

La comunidad magallánica nuevamente se ha estremecido por el asesinato de una mujer, cuyo cuerpo fue hallado en una quebrada, camino a la Reserva Forestal de Magallanes.

El hecho podría ser calificado de femicidio y tuvo como víctima a Raquel Díaz Jiménez, una madre de tres hijos que estaba desaparecida desde el jueves de la semana pasada.

Según las cifras de Sernameg, en los primeros cuatro meses y medio de este año se han registrado 11 femicidios consumados y 81 femicidios frustrados en el país.

Empero, estos números se elevan si se recurre a las estadísticas que baraja la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, que cifra en 14 los asesinatos de mujeres que pueden tipificarse como femicidios. Se agrega un suicidio femicida.

El inicio de este año no resultó auspicioso respecto de la violencia extrema contra las mujeres, pues enero quedó registrado como el primer mes de año con más femicidios desde 2008, entre asesinatos consumados y crímenes frustrados.

La brutalidad de estos asesinatos nunca dejará de llamar la atención y, particularmente, en los casos magallánicos resultan de violencia salvaje, incomprensible.

En el caso de Raquel, se constituye en el primer femicidio en Magallanes y llama la atención que el asesino es una persona reincidente, pues ya había cumplido una pena de 15 años luego de prender fuego a una mujer embarazada al interior de un vehículo en 2007.

Desde 2010, la legislación chilena tipifica el femicidio a través de la Ley Nº20.480. Aquello, si bien fue celebrado en su momento porque implicó una adecuación necesaria de nuestra legislación, a poco andar resultó insuficiente pues considera en forma parcial los asesinatos de las mujeres, consignando sólo los que son cometidos por sus cónyuges, convivientes, ex cónyuges o ex convivientes. En efecto, esto implica sólo circunscribir al ámbito de la familia este tipo de violencia, excluyendo los homicidios que se cometen en otros ámbitos y que obedecen a las mismas causas: misoginia, sometimiento, opresión, desprecio por la vida de la mujer, búsqueda de control de su sexualidad y capacidad reproductiva. A través de algunas leyes, surgidas en memoria de diversas víctimas, se ha buscado ir corrigiendo esto, pero sigue siendo insuficiente.