Necrológicas

– Olga Patricia Yáñez Vásquez
– Janett Cristina Fariña Mac Donald
– Antonio Eduardo Ruiz Inostroza
– Marta Rosa Figueroa Contreras
– María José Bermejo Pérez
– Ana Celia Douglas Dobson

¡Hasta siempre, Patricio Bañados!

Por Jorge Abasolo Jueves 18 de Mayo del 2023
Noticias relacionadas

Compartir esta noticia
180
Visitas

La noticia sacudió el ambiente de las comunicaciones.

Tras una enfermedad prolongada, Patricio Bañados había fallecido. Se sabía que estaba severamente enfermo, y que el hecho de no poder leer ni libros ni diarios, sólo atormentaba su existencia. Y es que Bañados era de una curiosidad múltiple.

¿Qué poder agregar de un hombre del cual ya se ha dicho casi todo? Me limitaré a las veces en que estuve con él. Fueron dos entrevistas y varios encuentros en un café…o en un lanzamientos de libros.

Lejos de las fanfarrias publicitarias y de una sobriedad espartana, brilló con luces propias.

Mi primer encuentro con “Pato” Bañados debe haber sido allá por el año 1995. Le dije que era un asiduo auditor de radios, y que en mis tiempos de infancia me encantaba escuchar la famosa “onda corta”. Terminé diciéndole que me halagaba enterarme que en las encuestas la Radio le sigue ganando en credibilidad a la pantalla chica, donde todo es más preparado que funeral de obispo. Además, la radio tiene una ventaja sobre cualquier otro medio de comunicación: la instantaneidad. 

Tras escucharme con mucha atención (cosa frecuente en él) asintió completamente conmigo, agregando que se sentía mucho más cómodo en la Radio que en la pantalla chica, pues en Chile aún no se permite improvisar. “Todo debe ser debidamente pasado por el tamiz de los auspiciadores y quienes dirigen los programas. No arriesgan, y claro…ahora hasta los llego a entender, pues hay mucho opinólogo de cuarta categoría”.

Cuando le conté que uno de mis temas predilectos era nuestra idiosincrasia nacional, la conversación se precipitó un poco, pues Patricio también era un epígono del tema. Se levantó del asiento y sacó un papel que tenía muy guardado, diciéndome que estaba preparando un libro acerca de cosas muy chilenas. Estiró un poco el papel y procedió a leérmelo:

– Mira, Jorge…si tú metes a diez millones de alemanes en un territorio, a la larga resultará un país muy parecido a Alemania. Pero si tú metes a diez millones de chilenos en un territorio, a la larga resultará un país idéntico a Dinamarca si no fuera por:

a) El imperialismo norteamericano; b) que en mayo nunca llueve; c) que en julio llueve demasiado; d) que los ricos no trabajan; e) que los pobres no trabajan; f) que en el norte hace mucho calor y es muy seco; g) que en el sur hace mucho frío y es muy húmedo.

Sumando aderezos al tema le dije que no entendía por qué América Latina era la parte del planeta con el “Síndrome del Pingüino”. Es decir, aletea y aletea, pero no despega nunca. Se rió un poco y me agregó:

-“¿Sabes, Jorge? Lo que pasa es que en América Latina existe una aversión rotunda y emocional a admitir que la causa principal, básica aunque no la única de nuestra inestabilidad política, nivel económico y sistema de vida, somos nosotros mismos. Nuestro carácter nacional”.

La conversación continuó de manera plácida y cuajada de hitos anecdóticos y otros hilarantes.

Pero ello será motivo de otra columna…