El vínculo de Margot Duhalde con Magallanes

Margot Duhalde, primera mujer piloto de guerra en Chile, pionera en la aviación hispanoamericana, combatiente en la Segunda Guerra Mundial y primera controladora aérea en nuestro país.

Estas frases resumen los títulos e hitos que hicieron que Margot Duhalde Sotomayor sea una de las mujeres más destacadas y señeras de Chile.

Es la misma Margot que vivió más de 20 en Magallanes, dejando también acá un legado y su impronta.

Nacida en 1920, su deceso ocurrió el 5 de febrero de 2018, a la edad de 97 años. Ayer, su figura -que ya está inscrita en la historia de la aviación nacional y mundial- volvió a ser resaltada al haber sido electa por la ciudadanía para ser el rostro del billete conmemorativo de los 280 años de la Casa de Moneda de Chile. Esto, tras un concurso realizado por redes sociales que concitó sobre 100 mil votaciones.

Su nombre se incluyó en una lista de nueve compatriotas que con coraje, profesionalismo y visión adelantada han marcado su tiempo e influido en sus generaciones y las posteriores.

Junto a Margot, se postuló a la escritora María Luisa Bombal; la primera médico de Chile, Eloísa Díaz; la escritora Isabel Allende; la embajadora de Onu Mujeres, Valentina Muñoz; la astrónoma María Teresa Ruiz; la artista, música, compositora y cantante Violeta Parra; la expresidenta Michelle Bachelet; y la futbolista profesional, Christiane Endler.

Considerando a las otras ocho mujeres, es aún más destacable que la figura de Margot Duhalde haya concitado la mayor votación y que sea el rostro de la campaña “Mujeres Valiosas” de la casa encargada de la impresión de billetes y acuñación de las monedas de curso legal.

Margot llegó a Punta Arenas en 1969 destinada a trabajar como controladora de tráfico aéreo al aeropuerto Carlos Ibáñez del Campo. Se desempeñó en aquel tiempo como instructora de vuelo en los clubes Cerro Sombrero y Punta Arenas. En 1972, fue destinada a la Base Aérea Bahía Catalina a cargo del Servicio Aéreo de Búsqueda y Salvamento de la IV Brigada Aérea y, en 1979, regresó al aeropuerto como relacionadora pública. En aquel entonces, ya formaría su propia escuela de vuelo, la que llevaría su nombre.

Para los magallánicos, constituye todo un honor y debe ser motivo de orgullo que el nombre y el rostro de Margot sean los que serán estampados en el referido billete conmemorativo, pues parte de nuestra historia está ligada a su vida.

La iniciativa de la Casa de Moneda resulta, además, loable, en cuanto tal instrumento conmemorativo será un elemento más de recuperación de la memoria chilena y de instalación en ella de las mujeres, cuyo aporte ha sido tan invisibilizado.