Comunicación más empática

Ir a contracorriente, en un tiempo en que, como nunca, la comunicación se instrumentaliza.

Esa fue la invitación que el Papa Francisco I realizó a los medios de comunicación social, a los que instó a “hablar con el corazón”.

El llamado del Pontífice es más que una homilía o mensaje litúrgico endulzado de bellas palabras, pues interpela al mundo de las comunicaciones sociales a no ser agresivo y a dejar su propensión a la indiferencia y a la indignación.

Francisco I habló del dramático contexto global que estamos viviendo, marcado por las polarizaciones y contraposiciones.

En el marco de la 57 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, apeló al rol que tienen periodistas, reporteros, conductores televisivos y radiales y quienes usan las redes sociales para informar y comunicar. Se trata del necesario ejercicio de ver al otro para acogerlo, dialogar y compartir con él, para desencadenar la deseable dinámica de comunicar cordialmente.

Bajo tal influjo, el obispo de la diócesis de Punta Arenas invitó a los representantes de los medios de comunicación a dialogar sobre el rol que les cabe y a reflexionar en torno al marco que instala el Papa.

En tal contexto y sin desconocer las falencias, desaciertos, errores u omisiones, se valoró que, en comunidades más pequeñas como la nuestra, es grande el aporte que cada medio de comunicación entrega, recogiendo los problemas ciudadanos y las demandas de las personas más desposeídas y sin influencias.

También se destacó la forma en que los medios locales reaccionan oportunamente ante grandes catástrofes y crisis, como la reciente pandemia. Algunos, incluso, encabezando campañas para ir en ayuda de tal o cual causa.

Quizás, la proximidad, uno de los elementos de la noticia, hace que la prensa regional reconozca y empatice más rápidamente con el dolor, el sufrimiento y las necesidades de los otros, colocando sus espacios y medios al servicio de toda aquella causa que parece no sólo legítima, sino que universal, en el entendido que representa a cientos o miles de personas o familias que hoy pueden estar viviendo los mismos problemas.

Cada nota que promueve los derechos humanos -particularmente de los niños y las mujeres-, que destaca los esfuerzos juveniles en todos los ámbitos, que releva las demandas y aportes de las agrupaciones comunitarias y/o que remarca todos los empeños por extender la cultura y por preservar nuestro patrimonio es, en rigor, comunicar desde el corazón.