Así es la política

La política nacional es bien repetitiva y cada cierto tiempo nos trae a la memoria recuerdos de conductas de antaño, pese a todos los cambios y procesos que se han vivido. Por ejemplo, las amenazas a veces matonescas de algunos líderes añosos que, ya no corren o más bien están fuera de época, que bien pudieron funcionar en tiempos convulsos como la UP, después del Golpe o en el mismo estallido, casi parecieron funcionar, pero el país se dio cuenta de que los matones amenazantes no llevan a ningún lado. Como lo expresa Sergio Muñoz Riveros, la extorsión del miedo ya no rinde. Para él, “este país anduvo extraviado, pero es fuerte, resistente y tiene enormes deseos de salir adelante.” En pocas palabras, hay que aprender a trabajar, construir y armar equipos, esa es la forma de hacer país y política de la buena, no de la grandilocuente, gritona y amenazante, que embolina la perdiz y no lleva ni trae nada bueno.

Lo que se viene encima y muy pronto, es la disputa política por apropiarse de la banda más ancha del espectro y que muchas veces corresponde al centro. Aquí resulta clave mirar que tanto se arrincona la izquierda hacia su extremo y qué tanto se expande la centroderecha y la derecha hacia el centro con Republicanos y Chile Vamos. En esto puede volver a ocurrir, como lo expresa Ernesto Ottone, que “de tanto empujar al país hacia la izquierda terminó apareciendo por la extrema derecha”.

Pero también hay que tener presente lo que menciona recientemente Noam Titelman en un medio electrónico, “la idea de centro tenemos que entrar a discutirla, al menos tenemos que entrar a reevaluar lo que entendemos, porque claramente lo que entiende la élite política por centro no es lo mismo que están entendiendo la mayoría de los ciudadanos”.

En nuestra farándula politiquera, también ocurren cosas curiosas como que el Partido Radical al parecer no sólo perdió los votos, también habría perdido hasta la sigla, ya que PR, si uno analiza la prensa y el caudal de votos, al parecer ésta se le ha asignado al Partido Republicano. Los tiempos cambian y así es la política, na’que hacerle.

Otros más antiguos y cancheros, de seguro tendrán que pronunciarse explícitamente de si van a avalar y validar la violencia política como forma de acceder al poder o por el contrario relevarán sus cartas democráticas jugando dentro del sistema. Si no lo hicieran, solitos se estarán poniendo fuera de la ley y ya se sabe lo que aquello puede significar, esto se experimentó en el pasado.

Pero en todo este proceso que se viene encima, es importante sacar lecciones de los errores cometidos en el pasado, la centroderecha debe necesariamente reconsiderar su relación con las ideas y los intelectuales que anticipan tendencias y pueden señalar rutas hacia adelante, ya que el menospreciarlos no conduce a nada bueno. Basta de quedarse solamente en el cosismo y el crecimiento económico, hay que ampliar la paleta de colores y abrirse a la diversidad. Así como la izquierda debe perderle el miedo a su pasado y aprender a valorarlo, aunque algunos jovenzuelos los critiquen. La mixtura virtuosa de edades y el coincidir en un diagnóstico común con una visión de futuro amplia que aglutine las fuerzas será el gran desafío. A ese Chile apuntando hacia esa meta, nadie lo para.