Necrológicas
Análisis de la izquierda global y guiños a Lula

Lo que dejó la clase magistral del Presidente Gabriel Boric en la Universidad de La Sorbonne

Viernes 21 de Julio del 2023

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  • Ante más de un centenar de personas, el Mandatario llamó a la mancomunión del progresismo y reconoció que en Chile la unidad de la alianza de gobierno “nos ha costado” y “todavía no termina de cuajar”.

Una clase magistral en la Universidad de La Sorbonne realizó el Presidente de la República, Gabriel Boric, en su primer día de actividades oficiales en París. 

En el desarrollo de su alocución, el Mandatario compartió una reflexión sobre “la necesidad de la unidad de los sectores progresistas” teniendo a la vista el retroceso de las colectividades de este signo en el mundo. 

“La familia política de la cual yo vengo, si tuviéramos que hacer un símil en Europa, estaría más cerca de Syriza en Grecia; Die Linke en Alemania; de La France Insoumise en Francia; Podemos en España y de movimientos de esas características. Sin embargo, en Chile tenemos una alianza, la cual yo creo tiene profundo sentido entre la izquierda y la centroizquierda y hemos visto cómo en Europa (…) hay en este momento, de los 27 miembros de la Unión Europea, cinco gobiernos progresistas en Europa y esa familia política a la que yo hacía referencia, ha ido por diferentes motivos, con diferentes realidades, pero con amenazas comunes, de una u otra manera, también retrocediendo”, sostuvo. 

Dicho lo anterior, el Mandatario indicó que “tenemos que preguntarnos políticamente por cuál es nuestra táctica, si es que creemos tener objetivos comunes. En particular lo pienso desde América Latina, pero hay uno que debiera ser común a todos nosotros, que es el fortalecimiento, primero defensa -pero no sólo defensa defensiva, sino defensa también ofensiva- de lo que entendemos por democracia y ahí creo que la unidad de las fuerzas progresistas es insoslayable para aquello”. 

Ahora bien, Boric reconoció que la convergencia de las fuerzas “es difícil” y que “a nosotros en Chile nos ha costado -todavía no termina de cuajar- muchísimo. Pero creo importante destacarlo porque las amenazas que tenemos al frente son mucho mayores y eso no necesariamente significa renunciar al compromiso de transformación estratégica y estructural que tenemos y es el cual nos guía”. 

En el marco de su alocución, el Mandatario hizo un guiño al disenso que tuvo con su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, respecto a la condena de la invasión de Rusia sobre Ucrania. “Podemos haber tenido diferencias con algunos otros liderazgos del mundo progresista y de la izquierda en el último tiempo, pero acá yo creo que es importante sostener una cuestión de principio. Cuando hablamos de la violación de los derechos humanos en Nicaragua por ejemplo, desde la izquierda no tenemos que responder ‘no, pero es que en Israel también; no pero es que Estados Unidos también. Mira lo que hizo Estados Unidos antes’. Estos son temas que nos deberían importar en sí mismos”. 

“La verdad, en cualquier país, Nicaragua es un ejemplo, pero quizás uno de los más groseros en este momento, pero en cualquier país, incluido por cierto el nuestro, en donde alguien ocupando las banderas de la izquierda meta presos a sus adversarios por el hecho de ser adversarios, coarte la libertad de expresión, viole los derechos humanos de sus opositores, tenemos que ser capaces también de levantar la voz. Mañana, estimados y estimadas, podríamos ser nosotros”, advirtió. 

Los 30 años

Un pasaje del discurso, el Mandatario lo llevó al debate de los 30 años: “El informe del PNUD, del Programa de las Naciones Unidas del 2017, sobre orígenes y cambios de la brecha social en Chile, ya daba cuenta entonces de los grandes índices. Los buenos índices macroeconómicos en el país escondían una realidad que era menos auspiciosa porque los frutos y las oportunidades del progreso no alcanzan a todos por igual”, señaló. Y agregó que “ustedes se acordarán que antes del estallido social hubo una serie de declaraciones, para ser elegantes, desafortunadas de autoridades de la época que hablaban de Chile como un oasis en América Latina, que era bueno levantarse temprano para ir al consultorio, la gente se levantaba temprano para ir a socializar al consultorio, no porque en verdad la salud pública no estuviera funcionando, cuestiones de esas características y creo que durante mucho tiempo en nuestro país nos mareamos con un discurso oficial en donde presentábamos hacia afuera los grandes éxitos de Chile”. 

Si bien el Presidente acotó que estos triunfos “son ciertos” y “vale la pena enorgullecernos”, indicó que “no son suficientes en sí mismos para sostener la cohesión social”. “Las grandes tasas de crecimiento durante tanto tiempo, el haber disminuido la pobreza durante tanto tiempo desde la llegada de la democracia, aumentar la matrícula en educación, que son logros importantes que tenemos que destacar y que no se tienen que negar -acá no tenemos que elegir entre uno u otro- eso no esconde que no hayamos sido capaces como país de enfrentar una desigualdad que era profunda y que en términos estrictos se ha mantenido profunda”. 

Bajo esa consideración, Boric afirmó que “tenemos que tener una visión crítica respecto del período histórico inmediatamente anterior al que vivimos. No significa que veamos la historia en blanco y negro y esa es una síntesis que estamos logrando intentar políticamente en la alianza entre la izquierda y la centroizquierda”. 

Emol