50 pañuelos, 50 Cuecas Solas: el canto y el baile se levantan como un instrumento de estremecedora protesta
Ante una gran convocatoria se realizó la intervención “50 pañuelos, 50 años: 50 cuecas Solas por la Memoria”, que estuvo a cargo de la Colectiva Taller Cueca Sola Punta Arenas, Colectiva Musai, mujeres autoconvocadas y la Coordinadora Feminista. Fueron 50 cuecas solas bailadas por víctimas de violaciones de derechos humanos. “Para nosotras, es muy importante haber trabajado en red con distintas colectivas, fueron más de 60 mujeres para la puesta en escena”, comentó Patricia Ojeda de la Colectiva Taller Cueca Sola Punta Arenas.
La Cueca Sola es una denuncia frente a las violaciones a los Derechos Humanos en dictadura, una protesta contra el abuso y, por sobre todo, un recordatorio de la Impunidad. La primera vez que se bailó la Cueca Sola fue un ocho de marzo de 1978, en la ciudad de Santiago de Chile, en un acto realizado en el Teatro Caupolicán. Ese día debutó en vivo el Conjunto folclórico de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. Nadie podía imaginar la marca tan profunda que generaría este baile.
La Cueca Sola es un canto con una letra de profundo lamento y contingencia. La mujer baila con la imagen en el pecho de un familiar detenido y hecho desaparecer por los organismos de represión de la dictadura chilena. Y ante cuyo recuerdo, agita su pañuelo desde una visible desolación. El canto y el baile se levantan como un instrumento de estremecedora protesta, de una austeridad conmovedora y de tremendo valor comunicacional que no apela a explicaciones ni audiencia, mensaje que conmovió y sigue conmoviendo a todos los países del mundo.