“El Punto de Encuentro”, una invitación al mundo de tejidos y macramé
Este emprendimiento ofrece materiales para tejer y crear, venta de tejidos y macramé
para decorar el hogar, además de clases personalizadas y talleres grupales.
Eugenia Valeska Muñoz Contreras es la emprendedora que da vida al “El Punto de Encuentro”, una tienda online y taller dedicada al mundo de las manualidades, tejidos a crochet, palillos e, incluso, macramé que se dan vida en este emprendimiento, en que también se realizan clases personalizadas y talleres grupales.
La emprendedora, a quien todos le dicen “Vale”, explica que también realiza artesanía y bisutería, dentro del tejido, por ejemplo, macramé. “Entonces, de la misma técnica se sacan varias cosas, ya sea para decorar, ya sea para vestir, por ejemplo. Ahora estoy trabajando mayormente en línea de decoración de hogar sobre la base de la técnica de crochet y macramé. Por ejemplo, murales de macramé y varias piezas son con esa técnica y también lo mismo con el crochet”, comentó.
Quienes se quieran poner en contacto con esta emprendedora la pueden buscar en Instagram, @elpuntodeencuentro, que es la red social donde más expone su trabajo y las distintas creaciones a las que les ha dado vida. Esa misma cuenta está conectada con una página de Facebook, donde la pueden contactar.
Respecto de los inicios de este emprendimiento, comentó: “Yo siempre he tejido desde pequeña porque me enseñó mi mamá cuando tenía como 7 años, ahí aprendí a tejer a palillo, crochet, pero, ¿de ahí a dedicarme a vender los productos, a vender insumos para tejer? Eso partió en mayo de 2020, que es el año de la pandemia, entonces llevamos alrededor de casi 3 años y un poquito más vendiendo los productos en el fondo, porque toda mi vida tejí e hice cosas, pero siempre en los ratos libres, como para regalar o para mí. De a poquito, bueno, empezamos a traer los insumos para venderlos en conjunto con mi esposo por el tema de la pandemia. Empecé a vender los insumos hasta que el fin de ésta y cuando volvió todo a la normalidad. Por ende, ya los insumos no eran el fuerte, porque la gente ya retornó a sus labores, su trabajo y a su oficina y de ahí comencé con la venta de los tejidos”, comentó.
Tras el fin de la pandemia, la emprendedora comenzó con las clases y talleres presenciales, personales y grupales. “De ahí fui buscando dentro de la misma gama cómo reinventarme, por decir de alguna forma, para no quedarme solamente con los hilados”, dijo.
Agregó que decidió empezar a tejer, por ejemplo, a pedido. Iba a las ferias de Zona Franca, llevaba muchos productos, a la gente le gustaba y, después, empezó a sacar distintos tipos de líneas, por ejemplo, línea de decoración. “No sé, por ejemplo, espejos de macramé, murales de macramé, después las cestas de trapillo, por ejemplo, porta macetero y así he ido tejiendo cosas”, dijo.
Una de las cosas que destaca es que siempre está trabajando con buenos hilos. Cuando teje con lana es 100% natural de oveja de raza Corriedale o Merino. “Es la que encontramos acá en Chile. Cuando tejo, por ejemplo, piezas con fibras vegetales siempre elijo el algodón o el bambú, que son muy buenas para, sobre todo, la gente que sufre de algún tipo de alergia porque son fibras antialérgicas. Entonces, siempre estoy tratando de tejer y de crear con hilados de muy buena calidad.
“De hecho -añadió-, mando a buscar, ahora por intermedio de una proveedora, hilados de España y de Turquía porque son de muy buena calidad. Entonces, por ende, las piezas que yo tejo, aparte de lo lindas que quedan, también tienen un valor extra por la calidad, no es un tejido cualquiera ni que te puede provocar una alergia o que le vaya a salir motitas”, destacó.