Hace 180 años que somos chilenos
¿Cómo que hace 180 años que somos chilenos, si acabamos de celebrar los 213 años de la independencia de Chile? Lo que sucede, y que muchos no saben, es que el 21 de septiembre, en Punta Arenas, hemos conmemorado los 180 años de la toma de posesión del estrecho de Magallanes y los vastos territorios de la Patagonia y Tierra del Fuego, por parte del estado de Chile.
Hasta el 21 de septiembre de 1843, estos territorios australes eran “nullius terram” (= tierra de nadie). Desde hacía años, la visión geopolítica de Bernardo O’Higgins insistía en que Chile debía tomar posesión del estrecho de Magallanes y los territorios australes, lo que tuvo lugar en el gobierno del Presidente Manuel Bulnes.
Era casi una carrera internacional en la que competían los intereses de la corona inglesa, que pocos años antes había tomado posesión de las islas Malvinas, y estaban los intereses franceses que buscaban controlar el paso hacia sus colonias en la Polinesia. Ante esas potencias de la época, el pequeño y pobre estado de Chile decidió emprender la empresa de toma de posesión de los territorios y mares australes.
Es una verdadera hazaña esta toma de posesión, la que se encomendó al capitán Juan Guillermos (John Williams) al mando de la pequeña goleta Ancud, construida por carpinteros chilotes para la ocasión. Zarpó desde Chiloé el 22 de mayo de 1843, con una tripulación de 22 personas, entre ellas dos mujeres, y luego de un arriesgado y azaroso viaje por los casi desconocidos canales australes, en la estación invernal, llegó al estrecho de Magallanes el 21 de septiembre de 1843, tomando posesión de él y de los territorios australes, creando el Fuerte Bulnes como signo y guardián de la soberanía chilena en estas tierras.
No es, pues, un sarcasmo decir que en la Patagonia somos chilenos hace 180 años y, posiblemente, por poco no fuimos un territorio francés de ultramar, pues al día siguiente, el 22 de septiembre, llegó a ese lugar -la punta de Santa Ana- la fragata francesa “Phaéton” para hacer valer las intenciones francesas sobre estas tierras y mares.
La hazaña de la goleta Ancud, llena de honra a la Armada de Chile y al pueblo chilote, que incorporaron a Chile los territorios y mares australes, hasta el cabo de Hornos, y le dieron a nuestro país la llave de la Antártica. Fue un puñado de valientes marinos y civiles los que hicieron posible a los que habitamos en el confín del mundo la gracia de ser chilenos, en una empresa realizada con débiles medios, pero con el esfuerzo profético de hombres y mujeres de Chiloé.
Como lo ha señalado el historiador magallánico Mateo Martinic, “no es un exceso retórico concluir que por el esfuerzo chilote, Magallanes entró a formar parte de Chile” y “Chiloé se convirtió en ciudad nodriza que veló por el crecimiento de la incipiente colonia magallánica”.
Así, primero Fuerte Bulnes y luego, en 1848, la fundación de Punta Arenas, son un don del pueblo chilote a todos los habitantes de la Patagonia y a Chile. Ya en 1870, Punta Arenas tenía unos mil habitantes, de los cuales el 70% eran venidos de Chiloé.
Para los habitantes de la Patagonia austral, este acontecimiento supera el mero hecho histórico, que ya es importante por sí mismo y poco conocido por los habitantes de otras regiones de Chile, sino que es una manifestación del genio espiritual del pueblo chilote, pues se trata de una ocupación pacífica, sin derramamiento de sangre y sin olor a pólvora, que no ha recibido el lugar que merece en la historia nacional, y en nuestra región seguimos esperando que esta gesta pueda ser celebrada con un feriado regional.
El talante espiritual del pueblo chilote ha impregnado la cultura magallánica, enriquecida luego con la llegada de migrantes de pueblos europeos, y le ha transmitido sus valores de espíritu de familia, su hospitalidad, su esfuerzo laborioso, su silencio elocuente, su sentido del misterio, y todo ello expresado en su rica religiosidad en torno a la persona de Jesús Nazareno y su Evangelio.
Sea, pues, esta fecha, el 21 de septiembre, un permanente homenaje a los marinos y al pueblo chilote que permitieron que en la Patagonia seamos chilenos desde hace 180 años.