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Por dos años médico condenado por abuso sexual de una paciente queda bajo el control de Gendarmería y no podrá ejercer en hospitales públicos

Viernes 13 de Octubre del 2023

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Por abusar sexualmente de una paciente con cáncer terminal, el médico oncólogo Manuel Gerardo Alvarez Zenteno fue condenado ayer a cumplir una pena de 818 días de presidio.

Estos son el equivalente a dos años y tres meses. La Fiscalía pedía cuatro y con cárcel efectiva.

Pero los jueces reconocieron la irreprochable conducta anterior del facultativo y la “colaboración sustancial al esclarecimiento de los hechos”. Por ende le otorgaron la libertad vigilada intensiva. Principalmente porque la pericia psicológica practicada “refiere que el acusado ha logrado mantener un estilo de vida prosocial”.

Tampoco podrá acercarse y mantener alguna forma de comunicación con el grupo familiar de la víctima que declaró en el juicio.

Y tampoco, durante el tiempo que dure la pena, podrá ejercer la medicina en centros asistenciales de carácter público. A esto se suma que deberá cumplir con un plan de intervención individual del Centro de Reinserción Social de Gendarmería, según el fallo de los jueces Constanza Sutter, Guillermo Cádiz y Julio Alvarez Toro.

Abuso

El equipo de cuatro abogados del acusado no logró acreditar la inocencia de su cliente.

Mientras que el fiscal Fernando Dobson Soto sí pudo acreditar ante los jueces la culpabilidad del médico magallánico, sindicado como autor de abuso sexual en contra de una paciente terminal de cáncer, de 49 años, quien dos meses después de realizar la denuncia falleció.

En visita de médico, Alvarez fue a ver a la paciente el 18 de mayo del año 2019, en ese entonces funcionario del Servicio de Salud Magallanes.

Ella estaba postrada en cama. Le pidió a la hija y al cónyuge que lo dejaran solo en la habitación con la paciente. En esas circunstancias el oncólogo consumó el abuso sexual.

El Tribunal tomó muy en consideración la declaración que prestó la propia víctima a un funcionario de la PDI. Un relato que para ellos “describe claramente una conducta abusiva, y las circunstancias que derivan de su obtención están en concordancia con las habituales consecuencias de la exposición de hechos de similar naturaleza, ya que el funcionario policial describió que la víctima estaba emocionalmente muy afectada, lloraba, estaba lábil e indicaba que tenía miedo, y no quiso decir nada porque los procesos eran muy largos”.

La hija señaló en el juicio que tras la visita del médico se acostó al lado de su mamá, pero no le decía nada y luego le contó que el doctor le había hecho algo feo.

Tranquilo

“Nuestra sensación es de tranquilidad en relación al resultado de este juicio, con una investigación extensa y la complicación de no poder contar con el testimonio de la víctima”, destacó el fiscal Fernando Dobson tras conocer el fallo.

“El trabajo realizado por la Fiscalía fue siempre apegado al principio de objetividad, sin consideraciones o aspectos mismos de los intervinientes que están siendo investigados”, concluyó.