Necrológicas

-Juan Leopoldo Cárdenas Inayao

No news, good news

Por Diego Benavente Viernes 27 de Octubre del 2023
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James Howell en 1640, citando a los italianos con su, ‘Nulla nuova, buona nuova’, acuñó el dicho inglés “no news, good news”, que traducido al castellano significa, el “que no haya noticias, es una buena noticia”. Este antiguo y muy usado dicho, refleja lo que ocurre normalmente en las comunicaciones en general y en los medios especialmente, donde el poder golpear con una mala noticia significa un mayor impacto que no tenerla. Es parte de la idiosincrasia del ser humano, las malas noticias no corren, vuelan.

Los comentaristas apocalípticos siempre están y estarán presentes y es una característica de nuestra sociedad actual nacional y global. Promover y vender las buenas y nobles ideas no vende diarios, no abre noticiarios de TV, ni hace famosas a las noticias, ni menos aumenta los clics, como si lo hace la negatividad y el tremendismo. A medida que se anuncian las siete plagas o que viene el lobo terrorista, lo que se busca es llamar la atención y por ende impactar, impresionar y muchas veces intencionar. Todo esto queda en evidencia, por ejemplo, en el proceso constituyente, cuando lo que se necesita muy por el contrario, es endilgar, entusiasmar y conducir hacia un destino común que permita como país superar nuestras debilidades y aprovechar nuestras fortalezas.

El cansancio de la gente con el tema constitucional ya ha llegado al máximo. Hay que terminar de una con una buena y, que si no es la “más mejor” como diría Leonel, nos pueda servir para enfrentar lo que viene y por qué no, en el camino ésta se podrá ir arreglando. Vamos ojalá todos, por una buena de una buena vez y así podremos cerrar este ciclo que nos tiene empantanados hace mucho rato.

Algo similar ocurre en los conflictos bélicos, como el que acaba de resurgir en Israel y Gaza, con Hamás aterrorizando. Aquí el ruido más que ayudar sólo entorpece. Es tiempo de callar y ya viene siendo hora de que los silencios hablen. Menos protagonismos, más observación y reflexión, si luego se justifica y aporta, ahí comunicar. La verborrea exagerada y sin control, para decir presente en las redes sociales, porque no vaya a ser cosa que se olviden de uno, buscando y ansiando el mayor volumen de interacciones, no sirve para construir realidades, sino más bien para confundirlas y enredarlas. En esto nadie la lleva, sólo el silencio es fecundo. 

Después de recuperar y revalorar la calma silenciosa, es posible avanzar en cómo recuperar la confianza, para posteriormente comenzar con la conversación a encontrar espacios de articulación y vinculación, los que permitirán construir realidades consensuadas y convocantes. Sin lugar a dudas, juntos es más fácil y se puede llegar más lejos.

En esto no hay varita mágica ni receta conocida para poder lograrlo, hacerlo dependerá de cada uno de nosotros, aportando y sumando todos los esfuerzos en una comunidad que  sea capaz de construir con confianza para hacer apuestas transversales en pos de un futuro de consenso. Con humildad, comprensión, delicadeza y sencillez, sin querer alcanzar la luna de un manotazo, sino más bien iniciar un viaje largo y complejo pero convocante y de mucho trabajo en equipo.