Nueva sección femenina de la cárcel: garantizando derechos

Respondiendo a gestiones impulsadas con mucho ahínco por la ex Defensora Pública, ayer se logró inaugurar la sección femenina de la cárcel de Punta Arenas, obras que demandaron una inversión de $730 millones, recursos financiados con el presupuesto del gobierno regional.

Se trata de un proyecto que era absolutamente necesario y que va en la línea de garantizar los derechos humanos de las reclusas, ofreciéndole no sólo espacios más amplios, sino áreas adecuadas para capacitarse y para que aquellas que son madres puedan atender a sus hijos.

La iniciativa implicó trabajos de normalización, reconstrucción y rehabilitación del espacio destinado dentro de la cárcel a las prisioneras.

Se trataba de una deuda que existía con la población penal femenina, pues, si bien estas mujeres se encuentran allí en calidad de imputadas o cumpliendo sus penas, ello no implica que las condiciones de su confinamiento sean inadecuadas y poco estimulantes para su desarrollo. Se tiene que procurar siempre darles herramientas para apostar a su futura reinserción social y laboral.

Con el apoyo financiero entregado a estas obras, el gobierno regional quiso reconocer que la realidad de las mujeres es diversa y con ello se avanza hacia el objetivo de garantizar la seguridad de éstas y de proporcionarles espacios de intervención procurando la rehabilitación. 

A nivel mundial, las mujeres representan entre el 2% y el 10% de las poblaciones penitenciarias nacionales y un número global de más de 700 mil reclusas. En nuestro continente, las mujeres niñas representan al 8,4% de la población carcelaria. El aumento de las presas ha sido el triple del incremento para los hombres y el hacinamiento carcelario de mujeres ha llegado a ser un problema en casi todos los países de la región. 

Auscultando sobre sus realidades, la coincidencia que hay entre la cantidad de mujeres solteras y madres privadas de libertad es que una gran proporción de ellas también es jefa de hogar.

El mejoramiento de la sección femenina de la cárcel se condice con el imperativo de aplicar perspectiva de género al sistema penitenciario y permite reducir su discriminación y visibilizar una realidad que tiene grandes impactos familiares y sociales.